En su momento, con sus 47 plantas y 157 metros de altura, fue el rascacielos más alto de Madrid y de España.
Símbolo de una tipología de construcción en altura que nos remite a los setentas y ochentas, sigue presente en el skyline de Madrid con sus líneas verticales remarcadas por su propio sistema constructivo.
Es tan regular en sus formas y dimensiones que hace unos días comentaba en Facebook que “Si no fuera por el color, las líneas verticales y las proporciones, diría que bien podría ser uno de los monolitos de Arthur C. Clarke en “2001″ tan bien recreados por el Maestro Kubrick “
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