Revista Diario

Las 3 fases del aprendizaje

Publicado el 14 marzo 2013 por Alxndro @al_x_ndro

Acabo de encontrar y leer las tres fases del aprendizaje según Robert Greene (quien tiene todo un libro dedicado a la maestría). Y pienso que, si no las has encontrado y leído aún, es interesante y útil que las conozcas para identificar en qué fase te encuentras dentro de cualquiera que sea tu campo de contribución y, potencialmente, hacia dónde requieres moverte.

Esto es un modelo de cómo sucede el aprendizaje, no es absoluto. Pienso que estas fases no están tajantemente divididas y que hay casos en que pueden suceder simultáneamente y complementarse entre sí, si bien una será la dominante. Sin más pasemos a verlas…

 

1. Observación
Consiste en dedicar tu atención a conocer el medio donde has entrado, se trata de reconocer los elementos que lo componen e identificar las relaciones que existen entre éstos. Se trata de comprender los principios bajo los cuales funcionan las cosas dentro de este particular fragmento del universo.

Es decir, si, por ejemplo, quieres aprender un nuevo idioma, lo que primero que puedes hacer es conseguir un libro y ir conociendo algunas palabras. Puedes estudiar la estructura gramatical, la pronunciación. Eventualmente buscarás ir a una clase donde, alguien con más experiencia que tú, te mostrará con más detenimiento estas reglas, las intentarás memorizar y comprender cómo operan las relaciones entre sustantivos, adjetivos, verbos, y demás.

El principal objetivo de esta fase es aprender a reconocer las cosas por lo que son y no por lo que tú piensas que son. El punto es ser capaz de identificar qué es lo que sucede con el mayor desapego, estás reconociendo la realidad, investigando, haciendo preguntas. Esto lo haces de acuerdo a lo que consideras que te hace falta o siguiendo los esquemas convencionales que has encontrado.

 

2. Práctica
La práctica consiste en comenzar a desarrollar las habilidades tangibles sobre las que tu investigación previa ha estado hablando. En el caso de aprender un idioma es el practicar decir las palabras, tener conversaciones progresivamente más avanzadas con otras personas, acostumbrarte a escuchar estos nuevos sonidos y comprenderlos, poder comunicarte por medio de la escritura.

Ésta es probablemente la fase más frustrante ya que requiere de bastante tiempo y atención, requiere un esfuerzo consciente para que tu cerebro comience a crear las nuevas conexiones neuronales que te permitirán, eventualmente, hacer todas estas actividades de forma fácil y natural. De hecho, te estás programando para poder realizar esto como si fuera instintivo. La práctica hace al maestro, y el maestro es paciente con su práctica.

Por otro lado, nuevamente, requieres cierto desapego, pero en este caso hacia lo que tú haces, debes ser capaz de observar lo que haces para poder corregir y mejorarlo y alcanzar el nivel de competencia que deseas.

 

3. Experimentación
Esta última fase consiste en que, ya teniendo una base sólida de habilidades y comprensión de principios, te aventuras a salir de los esquemas dentro de los cuales aprendiste para encontrar otras posibilidades poco visitadas por otros o que son, incluso, desconocidas.

Volviendo al idioma, sucede que una vez que tu conocimiento y competencia lo permiten comenzarás a preguntarte si puedes decir ciertas cosas o hacer determinadas combinaciones de palabras que antes no pasaban por tu mente. En esta fase será cuando comiences a comprender los juegos verbales que existen dentro del idioma. Aquí es cuando terminas (o casi) de comprender cuál es su lógica particular de ver el mundo.

En esta fase es que uno desarrolla su propio estilo, aquí es cuando uno se pone en riesgo de tratar cosas que no están en el manual y que pueden conllevar la desaprobación de otros en cualquier forma. Mucha gente no entra completamente a esta fase precisamente por este riesgo de romper con lo que conocen y no saber si caerán en un terreno hostil.

Es algo se tiene que hacer solo pero, el resultado, cualquiera que sea, siempre será completamente de aquel que experimenta. Aquí es donde surgen las innovaciones, las revoluciones; cuando alguien por iniciativa prueba ver cómo es que funciona el mundo.

 

Bien, estas fueron las tres fases del aprendizaje. Dentro de tu área de trabajo, ¿en qué fase te encuentras principalmente? ¿Te encuentras atorado en alguna de ellas? Quizá es momento de pasar a la siguiente fase… ¡O es hora de comenzar!

Puede ser que ya sepas suficiente para desarrollar tus habilidades prácticas, pero te estás bombardeando ininterrumpidamente con más y más información como táctica para retrasar el momento de poner tus manos en acción…
¿Cuántos libros más te dices que tienes que leer?
¿Cuántos blogs lees al día en vez de crear algo?
¿Cuántos tutoriales y videos estás viendo?
¿Ya es momento de comenzar a practicar?

O quizá sigas practicando con los mismos movimientos y secuencias y recursos que te han dado tus maestros porque tienes temor de que las cosas te salgan mal. Quizá temes no tener en quién apoyarte si eso sucede, pero sólo te tienes a ti…
Si ya lo sabes, ¿cuántas veces más lo vas a hacer antes de proponer una variante?
¿Qué ideas has tenido que no has visto allá afuera?
¿Qué es lo que los otros reconocen sobre tu trabajo?
¿Ya es momento de tomar la iniciativa y hacer un experimento?


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