LAS ALAS DE SOPHIEAlice KellenEditorial Planeta400 páginas#prenda250Que Alice Kellen me encanta no es un misterio. Conecté con su estilo desde el primer momento y cada vez que me reencuentro con sus letras es acierto seguro. Independientemente de la trama, sé que voy a disfrutar mucho de su forma de contármela. Las alas de Sophie ha hecho pleno, no solo lo he disfrutado por la prosa que contiene, sino que la historia se ha colado entre mis libros favoritos del 2020.
Una chica. Un adiós y un comienzo. Dos historias de amor.
Cuando Sophie se enamoró de Simon, supo que juntos tejerían una inolvidable historia llena de vivencias y canciones, pero todo acabó una noche de enero y sus sueños se quedaron congelados en aquel invierno eterno, el más largo y frío que nunca pudo imaginar. Hasta que el hielo empieza a derretirse para que Ámsterdam se vista de primavera. Entonces, Sophie descubre que Koen estará a su lado cuando decida alzar el vuelo, que su familia y amigos son su brújula, que ganar requiere de ingenio y que el corazón sigue sus propias reglas.
La historia de amor de Sophie y Simon se trunca una noche de enero, y seguir adelante no será un camino fácil. El apoyo de su familia, especialmente de su hermana pequeña, y de sus amigos, sobre todo de Koen, será fundamental para que Sophie pueda de nuevo alzar el vuelo.
Es difícil hablar de duelo sin caer en el drama por el drama y Alice lo consigue. Expone la incredulidad, la catarsis, la tristeza profunda y calmada, la paulatina aceptación, el miedo al olvido, la culpabilidad por seguir adelante... Y el descubrir quien está ahí para sacarte del hoyo, quien, como siempre o contra todo pronóstico, está a la altura. Todo ello respetando una evolución natural, nada resulta repentino, precipitado o inapropiado.
Y más complicado aún es entrelazar dos historias de amor sin que ronde el fantasma de la deslealtad, pero también lo consigue y logra crear el mejor triángulo amoroso que me he topado hasta el momento y una de las amistades más puras.
Dos hilos temporales se van entrelazando para poder regalar al lector personajes completos, de los que tener toda la información necesaria para comprender su presente. He disfrutado más de ese presente, lo narrado en el pasado puede estar, tal vez, un poco más manido, asemejarse más a otras historias; aunque es el complemento perfecto a lo que se nos narra como momento actual.
Siento que Alice Kellen, una vez más, convierte lo sencillo y cotidiano en algo extraordinario. Su sensibilidad siempre me toca y me convence de que, cuando se trata de hablar de sentimientos, para mí no hay nadie como ella.