Revista Diario

Las cosas de rocky:

Publicado el 13 marzo 2010 por Hada

¡AUMENTA LA FAMILIA!

¡Por fin tengo novia!

Pues sí, como lo estáis leyendo. Desde hace casi tres días vivo en pareja, aunque no sé aún si de hecho, de derecho o de cohecho, juas juas juas.

Resulta que mis amitos veían que me pasaba muchas horas solo en mi casa y en el jardín. Claro, ya no era lo mismo que antes, cuando en Barcelona compartíamos los tres -y el resto de bichos- un pisito de poco más de 60 metros. Aquí, con todo un enorme jardín para mi solo, lo cierto es que pasaba horas y horas muy aburrido.

Sin embargo, el destino, los dioses, la rueda de la vida o como queráis llamarlo, ha hecho que una nueva y canina Chispa (recordad que la coneja de mi amito también se llama así: Chispa) haya llegado hasta nuestras vidas. Os cuento.

Los que sigáis de siempre o desde hace mucho las idas y venidas blogueras de mi amita sabréis que guarda gran amistad con una comunidad de monjas de clausura. Pues bien, la última monjita que ha tomado los hábitos, ya de forma perpetua, era dueña de una perrita.

Una vez dentro del convento, una señora conocida de ella la cuidaba a cambio de 150 euros mensuales de manutención canina. ¡150 eurazos ni más ni menos! Digo yo que habrá estado comiendo chuletas de ternera como poco por ese dinero mensual. ¡Qué poca vergüenza se gastan muchos humanos!

Resumiendo: tras casi dos años abonando esa cantidad, la situación no podía prolongarse durante mucho tiempo más, puesto que la crisis económica actual no entiende de clases, de personas ni de claustros. Así que las monjitas le pidieron a mi amita si podía hacerse cargo de Chispa. ¡Claro que sí!, les contestaron mis amitos que, además, ya tenían la idea de adoptar a una pequeña dama peluda. Por tanto, el pasado miércoles 10, tras una concienzuda revisión veterinaria, después de las vacunaciones, de diversas pruebas médicas y de establecer el cambio de propietario en el chip de Chispa, mi amada llegó a mi vida y a la de mis amitos.

En cuanto la vi, me volví loco...Ejem, ejem, incluso demasiado, porque lo cierto es que como decís los humanos: durante las primeras 24 horas "le entré a saco". De hecho, creo que ya no soy virgen. Claro que tampoco sé muy bien qué quiere decir eso.

Como podéis ver en las fotos es muy guapetona, aunque esté muy, muy gordita. Es precisamente por culpa de esos kilos de más (ahora pesa 11,5 kilos, cuando debería pesar entre 7 y 8) que tiene un soplo en el corazón. Pero como con esta nueva vida va a adelgazar, porque no paramos de jugar y de trotar por el jardín y la finca, sé que muy pronto se restablecerá y lucirá tan preciosa y bella como todos sabemos que es.

Mi amita está encantada porque me ve tremendamente feliz, porque Chispa está más calmada y segura con su nueva vida y porque ambos nos vamos entendiendo, respetando y conociendo cada día más y mejor.

Chispa es listísima (entiende muchas órdenes y palabras) y yo no me quedo atrás, así que todos esperamos vivir durante muchos años, disfrutando de nosotros, de este campo maravilloso y de nuestros amitos que nos adoran...Aunque, eso sí, os confesaré algo: creo que la amita sintió un poco de celillos y de tristeza los dos primeros días al verme tan independiente, tan "crecido" y tan ensimismado y enamorado de Chispa.

 

Os seguiré contando novedades y experiencias que vayamos viviendo Chispa y yo.

Pero ahora, permitidme una pregunta:

¿alguien sabe porque me disparata tanto lamerle las orejas por fuera?

 


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