Las cosas importantes que me han ocurrido

Beatriz Benéitez Burgada. SantanderCreo que todo lo que nos pasa tiene un sentido. Es posible que a veces la loca fortuna salga de excursión, pero son muy pocas. Pienso que de lo bueno hay que disfrutar y de lo menos bueno, aprender. Salió este tema en una cena, en la que estuve hace varias semanas. Me tocó compartir mesa, entre otros, con el periodista Jesús Pindado que, al oirme, me preguntó ¨¿Eres determinista?¨. No, no lo soy. O al menos no del todo.  Porque no creo que el futuro sea totalmente predecible, y porque soy defensora del libre albedrío, que no otra cosa que el derecho personal que todos tenemos a decidir sobre nuestra vida. Y es aquí donde entra la relación causa-efecto. En función de los caminos que vayamos eligiendo, nos ocurrirán unas cosas u otras. Somos, por tanto, responsables de nuestras propias acciones. Cuando nos ocurren cosas que no deseamos tenemos varias opciones. Está la pataleta, que no sirve de nada pero desahoga mucho. También la posibilidad de ignorar la realidad, y hacer como que no pasa nada, pero entonces no avanzaremos; porque no superaremos los contratiempos, sólo los obviaremos. Otra opción es encarar los problemas y tratar de solucionarlos, de buscar alternativas, o de tomar decisiones. Esta es la que más me gusta. Pero es importante tratar de parcelar. No debemos dejar que un problema que surge en un ámbito se extienda como una mancha de aceite por toda nuestra vida, impidiéndonos ver lo bueno que nos ocurre o disfrutar de momentos bonitos.
Todos los años, cuando diciembre avanza, suelo hacer -como casi todos- el típico resumen mental de las cosas importantes que me han ocurrido. Suelen ser cosas del tipo: he terminado la carrera, he cambiado de trabajo, he publicado un libro, me he independizado, he vuelto a cambiar de trabajo, el banco y yo nos hemos comprado un piso, me he casado, me he ido a vivir a un pueblo, me he despedido de personas queridas que nos han dejado, estoy embarazada, he tenido a las peques, me he divorciado, he viajado a este sitio o al otro.....Hoy es treinta de diciembre. Y este año el balance es un poco distinto. Es más o menos así: He aprendido muchísimo, he conseguido que los problemas no invadan todos mis espacios, he sido valiente, honesta, leal y fiel a mis principios y, a pesar de las tentaciones, he logrado seguir siendo buena persona. Mentiría si dijera que no estoy orgullosa. He llevado a la práctica mi teoría: de lo bueno se disfruta y de lo malo se aprende. Y este ha sido un año de aprender mucho. Lo doy por bueno. He crecido y he madurado. Pero al 2012 le pido que me conceda unas vacaciones, y que me deje disfrutar un poco más, aunque aprenda un poco menos. Una última cosa. Gracias a quienes me habéis hecho saber que no estoy sola. He debido de sembrar bien, porque he recogido mucho, muchísimo cariño. Y eso es impagable. A quienes me han hecho daño no les dedicaré ni dos líneas. Bastante tienen con ser así. Supongo que para que haya luz tiene que haber oscuridad.