Durante la 2ª guerra mundial, los aviones alemanes de la Luftwaffe, tenían la mala costumbre de lanzar minas a los estuarios de los ríos Támesis y Mersey para, a poder ser, hundir la mayor cantidad de barcos ingleses que a diario navegaban por estas importantes vías de comunicación marina. Pero los británicos, que en estas cosas de la defensa y la estrategia siempre han sido muy pillos, llamaron a la puerta de un tal Guy Maunsell, que en un abrir y cerrar de ojos les diseño unas bonitas plataformas marinas fuertemente armadas y que, según parece, fueron bastante efectivas contra los molestos ataques nazis.
Se diseñaron dos tipos de plataformas, por un lado, los Fuertes Marinos Maunsell, cuatro en total que fueron instalados en el estuario del Támesis en 1942 y de los que se hizo cargo la Royal Navy. Estos constaban de dos enormes pilares de cemento y hormigón que se montaban sobre unos pontones flotantes que, tras ser remolcados, se hundían controladamente, pasando a ser el pontón su punto de anclaje en el fondo arenoso. Sobre los pilares de hormigón se construía el Fuerte, que iba dotado con cañones antiaéreos de 3.75 pulgadas y cañones Bofors de 40 mm. También disponían de radar y de los servicios suficientes para funcionar de modo autónomo.
Por otro lado estaban los Fuertes Marinos Maunsell controlados por el ejército. Éstos constaban de varias plataformas metálicas fondeadas en grupo y que se conectaban por pasarelas formando un pequeño complejo. Cinco de las plataformas estaban equipadas con cañones antiaéreos y se situaban en semicírculo alrededor de una torre central que actuaba de centro de control de toda la instalación y que albergaba también a una dotación de unos 120 hombres. La última torre estaba colocada a un poco más de distancia de las demás y albergaba los focos para buscar aviones en la oscuridad.
Tres de estos fuertes fueron instalados en el estuario del Mersey y otros tres en el del Támesis. Oficialmente se contabilizaron 22 aviones alemanes derribados por estas defensas marinas, que también destruyeron unas 30 bombas volantes V1.
A finales de los años 50 todas las plataformas fueron desmilitarizadas y abandonadas. Algunas de ellas fueron demolidas por completo por estar en puntos muy peligrosos para la navegación, otras se han venido abajo tras el envite de las tormentas. Desde los años 60, alguno de estos complejos ha sido usado para ubicar emisoras de radio piratas aunque hoy en día no tienen ningún uso más que el turístico, ya que se organizan pequeños paseos para poder verlas de cerca. Algunas empresas están interesadas en sacarle un poco más de partido a estas reliquias bélicas, restaurando y conservando algunas de ellas para distintos fines.
Vía: Wikipedia, Telstar999, Beamtwenty3.