Martes 30 de diciembre de 2014.
Hace muchos años, cuando vivía en tribu con mis abuelos, tíos, madre y hermano, teníamos una serie de rituales religiosos que se desarrollaban durante el año, particularmente los meses de noviembre y diciembre: mes de María, novena del Niño Jesús, además de las misas dominicales y fiestas especiales como los Reyes Magos, Semana Santa, Domingo de Resurrección y así sumaban y seguían.En especial, rezábamos juntos en casa el mes de María y la Novena del niño previa a la Navidad. Nos reuníamos todos en la tarde, entre 8 y 9 pm en el living, nos poníamos de rodillas y rezábamos juntos.Han transcurrido los años, desde hace 10 que ya no vivo en tribu, la mitad de las personas con las que viví ahora reposan en el cementerio, y estas fiestas de fin de año las he vivido entre personas agnósticas que no creen en nada, y la diferencia me ha afectado particularmente ahora porque estoy en proceso de armar una nueva familia y yo miro al pasado con ojos de nostalgia.Quisiera revivir las tradiciones, no sé si en la forma pero sí en el fondo. Me da lata tener que dejar esas tradiciones que reflejaban creencias que aún mantengo. Quisiera poder dar a Jesús y su nacimiento el lugar que se merece entre tantas boletas y presentes.Quiero recuperar en mi nueva familia las tradiciones que por la distancia y la muerte perdí. Y que permanecen como un dulce recuerdo en mi corazón.