Revista Talentos

Libros 2.0

Publicado el 09 enero 2014 por Vicente Luis Mc

Jueves, seguía entre farragosos apuntes dedicados al proceloso mundo del universo 2.0.
Esta vez aquellos textos hacían hincapié en el diseño de los lugares destinados al público que navega por la red, explicando con todo lujo de detalles cuales eran los colores correctos y cuáles no, para evitar en la medida de lo posible el cansancio visual del visitante.
Era un tema que a él como lector voraz le preocupaba sobremanera, pues detestaba aquellos lugares donde los colores y el tamaño de la letra incomodaban la estancia, pensaba para así, que era una pérdida de tiempo tener un bonito lugar donde los ojos se cansarán nada más entrar.
Habiendo multitud de opciones, tenía que buscar la manera de llamar la atención del lector y procurar que se quedara el mayor tiempo posible, sin dejarse los ojos pegados en la pantalla, es en lo que hacía hincapié aquel libro que por aquellos días devoraba con avidez y a toda prisa.
Cuando mas entraba en el mundo de Internet más se percató de que el diseño también era importante, aunque su manía desde siempre fue intentar provocar alguna emoción en el receptor de los textos, que perpetraba con mayor o menor acierto según el día.
Desde pequeño le había gustado escribir y pensó que con las nuevas tecnologías tendría el altavoz que siempre había buscado, por eso en aquellos días se dedicaba a explorar en el diseño y sobre todo en la creación de contenidos.
Sabía que mantener un blog al día, era una tarea ardua pero estaba dispuesto intentarlo. Con la ayuda de un amigo, dio con los colores que buscaba para que el cuaderno donde plasmaría sus opiniones y pensamientos.
Ahora entraba en el apartado más complejo para él, la idea de dotar de contenido aquel espacio, al que no sin esfuerzo ya había dado una imagen y puesto un titulo acorde a lo que quería contar.
No aspiraba a sentar cátedra sobre ningún tema en concreto, eso era algo que tenía claro desde el inicio, no quería más que dar rienda suelta a sus ideas y foguearse como aficionado a escribir, sin obsesionarse ni por premios, ni por cantidad de visitantes, a lo que realmente aspiraba era a ir mejorando día a día y encontrar un estilo propio.
También buscaba algo que durante su estancia en algunos talleres literarios había ido perdiendo, la seguridad en sí mismo, pues siempre había estado rodeado de gente con vidas más interesantes que la suya y mayor imaginación.
Primero probó suerte dando rienda suelta a aquellos vetustos poemas, que reunió desde jovencito y que poco a poco le habían reportado alguna satisfacción, y cuyos comentarios aunque minoritarios le motivaron a seguir...
Después dio el paso que deseaba, no sin temor, en un ejercicio de introspección se dedico a dar salida, a un grupo de textos personales que utilizo de modo experimental para conocer el funcionamiento interno de lo que en internet llaman bitácoras.
Cuanto más se documentaba sobre el tema, se dio cuenta que iba por buen camino, pero que había estado demasiado tiempo trabajando con un sistema denominado prueba error que no era lo más indicado.
Sin duda la falta de confianza en sus propias posibilidades, le había hecho daño, pero gracias a su pasión por leer y querer conocer sobre el universo 2.0, se le abrieron los ojos y se percato que todo aquel tiempo que estaba dedicándole daría frutos y poco a poco podría conseguir algún lector, se conformaba con que fuera más de uno.
Tampoco aspiraba a tener la cantidad de visitas que alcanzan las casas de apuestas, ni las páginas de contenido para adultos, su camino formativo como escribiente en internet y futuro gestor de redes sociales continuaba su curso sin prisa pero sin pausa.
Este era uno de los pocos motivos de alegría que tenia, después de un año complicado a nivel existencial.
Se aferraba a la tecnología con la esperanza de reconciliarse con el mundo, le agradaba la idea de que sus textos no se amarillearan en un cajón, ni se quedaran en un archivo olvidados.
Después de todo un gestor de redes sociales, también es un creador de contenidos y en la mayoría de ocasiones, tiene la titánica misión de alimentar un blog día a día, con textos interesantes, o al menos intentarlo y esa era la tarea que se había marcado desde hace tiempo.
Primero con sus poemas y después con sus reflexiones personales, que no aspiraban a cambiar el curso de la historia, pero si a ahorrarle el paso por el sicoanalista, si algo tenía claro es que escribir era una de las pocas cosas en las que no necesitaba pedir permiso a terceros para hacerlo y eso le gustaba, aunque no tanto como leer.
Pensó que si quería escribir, debía leer mucho, cuanto más mejor para vencer sus miedos, aunque ahora los epitomes fueran sobre un mundo que le sonaba a arameo.
El dueño de una bitácora también tiene algo de creador y eso le agradaba, a pesar de que sabía que le quedaba mucho recorrido para dominar aquel universo donde se había metido.
Mientras estos pensamientos volaban por su mente, se sumergió en la lectura con la ayuda de un libro electrónico que le habían regalado para seguir alimentando su pasión lectora ,nuevamente entre las líneas de aquel epitome sobre diseño 2.0 que le robaría muchas horas ,la mayoría de textos incidían en la necesidad de promocionar aquello que se realiza y tener alma de publicista ,cosa que aun no dominaba al cien por cien, pero como todo lo que llevaba ente manos, se había propuesto sacar adelante.
Otra cuestión era la cantidad de horas que necesitara para llevarlo a cabo.

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