Revista Diario

Lisboa en otoño

Publicado el 10 diciembre 2013 por Anabel

LISBOA EN OTOÑO

Pintada 


La entrada sobre mis juguetes, ha traído más miga de la que podía pensar. No sólo los relatos del martes, sino que surgió un comentario de un amigo lisboeta, que me venía a decir (muy educadamente) :vale, lo que tú digas, pero ¿qué te pareció Lisboa?,  y como a no hace falta que me toquen mucho las palmas aquí está.
LISBOA EN OTOÑO
Los que me conocen en carne mortal, o casi mortal, saben que soy de Badajoz y en consecuencia, soy rayana (vivimos en la frontera con Portugal), a sólo 8 kilómetros está Elvas que es patrimonio de la Humanidad, porque sus gobernantes fueron mucho más inteligentes que los nuestros y en lugar de derruir las murallas (como hicieron aquí) decidieron conservarlas. El resultado, es mejor que lo veáis vosotros mismos.
LISBOA EN OTOÑO
La consecuencia es lógica, vivo más cerca de Lisboa que de Madrid y en un par de horas llegamos allí. De todas formas reconozco que he ido pocas veces a Lisboa. Esta última vez nos hemos centrado en recorrer el Barrio Alto y el Rossio, que era lo que más cerca nos pillaba. Visitamos el Jardin Botánico , que es hermosísimo y tiene una jaula para mariposas (aunque hacía poco que había llovido y se negaban a salir las jodías). No hay que confundirlo con la estufa Fría ni la Estufa Caliente, sitas en el parque de Eduardo VII No había mucha gente recorriendolo, pero sí en las terrazas cercanas, tomando café (hmmmm café portugués, no lo hay mejor).LISBOA EN OTOÑO
También fuimos de bares, cenamos estupendamente en un sitio llamado  "Adega do Tagarro". Entramos de casualidad, porque lo vimos lleno de portugueses que no tenían pinta de turistas. La comida era sencilla, tradicional, estaba muy rica y además tenía buen precio. A mí Santo le encantó un pote de arroz con frijones pintos que nos sirvieron para acompañar la carne grelhada (asada) y el pescado. Los postres como siempre: exquisitos. Debo decir que cuando fuimos por el Rossio a tomar una copa terminamos en un bar cubano y es que no tenemos remedio.
Recorrimos la avenida de la Libertad, donde por las mañanas había un mercadillo de antigüedades, azulejos, cositas de lo más variadas. La gente pone sus tenderetes y espera todo el día a que les compren algo: juguetes, discos, gorros, gafas, plumas...sonrisa, buena cara y atención al posible cliente que curiosea.  Hay un pequeño bar (muy pequeño) que se llama de  Ginginha dio Carmo donde tomamos licor de ginjinha (guindas) en un vasito de chocolate. Todo muy típico que para eso íbamos de turismo. 
LISBOA EN OTOÑO
También fuimos a la Plaza  del Comercio  y le hicimos fotos al río Tajo. Allí nos topamos una manifestación de trabajadores del transporte público protestando contra el gobierno, todo transcurrió sin incidentes.
LISBOA EN OTOÑO
La sensación que me llevé de Lisboa fue un poco agridulce, porque había demasiados edificios céntricos semiabandonados y con mal aspecto. Me llamó la atención porque parecía que la avenida de la Libertad era como la Gran Vía en Madrid y aunque es cierto que en los aledaños de la céntrica calle de Madrid hay zonas deprimidas, lo que es la avenida  principal está muy bien cuidada. También encontramos gente durmiendo en las calles, parece el sino de nuestros días (no sólo en Portugal). Aprovechando la crisis se van dejando cadáveres por el camino, cadáveres que somos nosotros, aunque nos empeñemos en mirar a otro lado para evitar la amargura. Un ambiente general de dejación en algunos lugares, que me dio mucha pena. El ascensor de Santa Justa y el mítico tranvía subía al barrio alto también cerrado, como muchas pequeñas tiendas, aunque otras se empecinan en continuar adelante con bravuraLISBOA EN OTOÑO
Pasamos dos días maravillosos, ejercimos de turistas y callejeamos todo lo que pudimos. Os dejo el vídeo que ha montado mi Santo, con una de las canciones de "Pixies" e imágenes de Lisboa y del concierto. Espero que os guste, la canción es "Sad Punk"

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