Lo siento por no entregarme a ti nada más conocerte.
Lo siento por no ser una niña inocente, que necesita de tú protección.
Lo siento por ser una mujer independiente con las cosas más que claras.
Lo siento por tener personalidad y no dejar que me importe lo que piensen de mí.
Lo siento por no impresionarme todo el dinero que tengas y que me dé exactamente igual.
Lo siento por seguir mis ideales y no hacer nada que no me apetezca.
Lo siento por tener dos dedos de frente.
Lo siento por no ser cariñosa contigo desde el minuto uno en el que me hablaste, pero yo no regalo cariño, el cariño se gana poco a poco.
Lo siento por no haber alimentado tu ego con cumplidos que, sinceramente, dudo que te merecieras.
Lo siento por no haberte dado la razón en todo, como se supone que deben hacer las niñas buenas.
Lo siento por tener voz propia, y que sea más alta de lo que a ti te gustaría.
Lo siento por tener la maravillosa suerte de poder trabajar para mi padre, aunque no es oro todo lo que reluce y me cueste mi esfuerzo diario.
Lo siento por ser transparente y no aparentar cosas que no soy.
Lo siento por no haberme intimidado que fueras más mayor que yo. He comprobado, por fin, que la edad no es solo un número.
Lo siento por no haber sido una más de tus diversiones.
Lo siento por no ser la cabeza hueca con la que esperabas pasar la noche.
Pero lo que no siento, y nunca lo haré, es haberme respetado y valorado a mí misma. No siento ser yo.
Sonará egoísta, pero el mundo lo es, primero soy yo y después los demás.