Ella muchas veces pensaba en todo lo que había hecho en su mi vida y algunas cosas, si pudiera, las cambiaría. Todo en la vida es una enseñanza y arrepentirse no tiene mucho sentido porque las hacemos con la experiencia y la información que tenemos en el momento y pensamos que es lo mejor que podemos hacer.
Unas veces porque somos muy jóvenes, otras porque nos dejamos llevar por el momento en que estamos, otras por miedo a las consecuencias y otras, quizás, por capricho, hacemos cosas que con el tiempo sabemos que no fueron buenas decisiones.
Por lo tanto, no pensaba en arrepentirse de lo sucedido, solo evaluaba las cosas que con la experiencia que ahora tenía no fueron las decisiones más atinadas.
Podía equivocarse, porque al final no sabía y si eso que evaluaba como una mala decisión era parte de lo que tenía que experimentar o aprender en su vida.
A veces las situaciones se entrelazan y no puedes definir donde comienzan y donde terminan y si la parte que te parece buena estaba demasiado sujeta a las malas o si lo que seguía no hubiera sucedido de haber cambiado lo anterior.
Tomaba el riesgo de calificar sus decisiones, aunque fueran parte de un guion no escrito por ella, pero que tenía que vivir.
En general, había tenido una buena vida y había tomado muchas decisiones acertadas que la habían llevado por un buen camino. En particular, su vida amorosa no había sido muy acertada, ahora, con el paso del tiempo, podía decirlo con absoluta certeza.
Se casó la primera vez con un amor de juventud, fue el primer hombre de su vida, y se separó después de algunos años de matrimonio porque ya no lo amaba, al menos eso pensaba. Fue una buena relación, no fue perfecta, pero en la distancia podía decir que valió la pena.
Después, durante un tiempo tuvo varios amores, se divertía y disfrutaba su soltería, fue una buena etapa, pero extrañaba una relación estable y seria. Aprendió que somos muy inconformes queremos lo que no tenemos y cuando lo tenemos queremos lo contrario.
Tuvo una relación corta con un compañero de trabajo que por malos entendidos termino, pero ella se había enamorado y quedo profundamente marcada. Anterior a esta relación, había conocido a un señor casado que la enamoro, pero a ella no le interesaban ese tipo de relaciones y no acepto sus galanteos. Después de su ruptura, enamorada y sin esperanzas de recuperar su amor, volvió a encontrar al señor casado. Le contó que se había separado, que se había mudado con su madre y la invito a salir con unos amigos a una función de teatro. Ella acepto para distraerse de su fracaso anterior. Era joven, estaba enamorada, pero necesitaba sexo y alguien para olvidar. Empezaron a salir juntos y a conocerse. Después de un tiempo, el tiempo que todo lo pone en su sitio, hizo lo suyo y la relación fue cambiando y empezaron a vivir juntos. Volvió a una relación estable.
Su mala decisión fue seguir con él cuando descubrió su primera infidelidad y después de una discusión y separarse durante varios días, acepto sus disculpas. Por supuesto después de esa vez el siguió haciendo lo mismo, ella no lo supo en ese momento, hasta que al pasar de los años tuvo pruebas de sus infidelidades.
No tuvo en cuenta una verdad absoluta, cuando son infieles una vez, lo volverán a hacer, una y otra vez, porque no es por ti que son infieles, es por inmadurez y falta de autoestima, piensan que buscando amores diferentes se van a sentir seguros y a ratificar su hombría. Fueron infieles en su relación anterior, son infieles en su relación contigo y lo serán si tienen una relación posterior a ti.
Lo había conocido estando casado y buscando relaciones fuera del matrimonio, de hecho, sabía que tenía relaciones fuera del matrimonio porque el mismo le había justificado con que tenía una mala relación con su mujer, sentía que ella no lo comprendía y necesitaba buscar fuera lo que no tenía dentro de su matrimonio. Y ella, aunque no tuvo una relación con el estando casado había oído sus historias, las mismas que les haría a las mujeres con las que tuvo relaciones estando con ella. Era una señal de alarma que debía haber tenido en cuenta.
A partir de ese momento, no sabe si las cosas que sucedieron después fueron las correctas, o las que hubieran sucedido si se hubiera separado.
Lo más seguro es que fuera otra su situación actual.
Ahora, después de años, se encuentra en una situación que no sabe siquiera si vale la pena resolver, se ha mantenido en una relación sin amor, ha dejado pasar la juventud sin disfrutar de un amor de verdad o al menos de haber disfrutado de otras relaciones aunque al final también la hubieran defraudado.
No sabe si aún tiene tiempo de saborear el sexo con quien quiera tenerlo con ella.
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