Me llamo Tere

Hola a todos, mis queridos lectores. Bueno como algunos ya sabéis (aquellos que me sigáis por las redes sociales), por desgracia, desde hace un par de semanas soy huérfano de abuelos y abuelas. Mi abuela Juliana falleció tras un cuadro médico bastante complicado. Así que aprovecho para agradeceros a todos los que me apoyasteis.
Hoy me ha recordado una amiga un relato que escribí a mi abuela materna cuando falleció. Lo subí a un periódico digital que cerró y pensé que era imposible volver a hallar dónde estaba. Me ha dado por buscar en la bandeja de entrada de mi e-mail y lo he encontrado ¡No sabéis la alegría que me ha dado!
Vuelvo a leerlo y aún sigo experimentando las sensaciones que tenía cuando lo escribí. Además viene al hilo del libro que me estoy acabando "Mi Madre-Niña" de Rosa Peñasco, donde relata su experiencia con su madre enferma de alzhéimer. Le he dado una sutil corrección (dado que lo escribí nada más y nada menos que en mayo del 2011, mucho antes de empezar oficialmente como blogger).
Aprovecho a colgaros el relato que le escribí a mi abuela 'Tere' entero, ya corregido, por si os apetece leerlo. Mientras tengo macerando el relato que le escribí a mi abuela Juliana.
Un abrazo.

La abuela Tere con su nieta Nerea.

                                   "ME LLAMO TERE"

Basado en una historia real. Escrito por su nieto.
Me llamo Teresa, tengo 84 años. Mi marido murió hace un par de años, pero casi no pienso mucho en él. El tiempo, que todo lo mitiga. Vivo con mis hijas y suelo estar un mes aproximadamente con cada una. Me tratan muy bien. También tengo unos nietos que me quieren mucho.
Hemos ido a visitar al médico, y este no paraba de hacerme preguntas, y de decirme que le recordara cosas y palabras, pero él estaba igual que yo, me decía que hoy tenía un día muy malo y que de vez en cuando le recordara algunas palabras que no tenían mucho sentido: caballo, peseta y manzana. En ocasiones se me va la cabeza o no me acuerdo de muchas cosas, pero es de la edad. Yo he salido de la consulta con una de mis hijas y la otra salió al rato. Yo la vi un poco triste, decaída y le pregunté -¿Qué pasa?-, y ella me dijo – No pasa nada mamá-. No salí muy convencida de mi duda pero confié en ella.
Me suelo levantar pronto, y voy guiada por una de mis hijas, a veces no me acuerdo dónde está el baño o la cocina. Qué le vamos a hacer, son cosas de la edad, una no está para pensar a estas alturas y mucho menos nada más levantarse. Después del aseo, desayuno yo sola junto a mi familia: tomo un bol de cereales y las pastillas, son bastantes  y me han puesto unas nuevas, dicen que son para la memoria.
Paso el día sentada en el sofá viendo la televisión y siempre con alguien de la familia merodeando por ahí, a veces me dicen que pregunto muchas veces lo mismo. Pero yo no recuerdo haber preguntado tantas veces la misma cosa.
Me llamo Teresa, y vivo con mis hijas. No me acuerdo mucho de que edad tengo, pero no soy muy mayor. Me cuesta bastante andar sola por casa, y en ocasiones tropiezo y me caigo, pero la gente con la que vivo, que ahora mismo no estoy muy segura, vienen a levantarme enseguida. Suelo poco, aunque los chicos y las chicas dicen que duermo mucho. Cosa que no es verdad, pero si fuera verdad, ¡es que estoy agotada todo el día pensando! Además no me explico por qué si estoy sentada en el sofá oyendo voces y viendo imágenes que me aturden mucho y que no me gustan, no voy a poder dormir. Hoy ha venido un chico joven a verme, me llamaba “mamá” y me preguntó qué tal estaba, y yo le respondí con una cálida y grácil sonrisa. Me siento muy querida donde estoy. Creo que justo ese chico es el que me llevó el otro día a tomarnos unas tortitas con nata y dar una vuelta por el parque. Me lo he pasé bastante bien y no comprendo por qué sigo sin acordarme de su nombre.
Me llamo… Tere, y vivo en una casa de la que no siempre me acuerdo, cada cierto tiempo suelo cambiar, primero una luego otra… Necesito caminar con la ayuda de unas personas que me dan cariño. No consigo tenerme en pié sola mucho tiempo, así que  me tienen que ayudar con el desayuno, porque me canso enseguida de comer. Yo siempre pienso que he comido antes y la verdad que me cuesta bastante comer sola. Para la hora del aseo me ayudan otras chicas que con mucho cariño me llevan a la ducha y me dan toda clase de cremas para la piel ¡Ya ves, con lo joven que soy, voy a necesitar cremas! Suelo hacer puzzles que son muy difíciles y que me cuesta mucho tiempo, porque me lloran los ojos, cosa de la edad. Suelo estar sentada en el sofá y veo pasar gente que me sonríe y me da besitos, yo les devuelvo la sonrisa y les tiendo mi mano. A veces me da por levantarme sola, pero en cuanto empiezo a andar me sujetan. A veces digo palabras que les cuesta entender y también me quedo un poco parada antes de responder, en pocas ocasiones encuentro las palabras correctas o sé pronunciarlas bien.
Me llamo… Tere, y hay gente que me cuida, me suelen llamar ‘abuela’, ‘mamá’… Pero no suelo recordar sus nombres, y no sé si son mi familia. Hoy mi nieto me ha tenido que cambiar el pañal, el me decía que no me preocupara que no pasaba nada. También me ha curado una heridita que me hice. Y le he preguntando donde estaba mi madre, y se ha quedado como bloqueado. Yo me quiero ir a mi casa, a buscar a mi madre; seguro que nos está esperando. Me suele doler la cabeza, debe ser por la caja esa que no para de salir gente gritando, animales, muñecos y más cosas. El otro día vino el médico a verme, me hizo unas preguntas y no supe responderla. Cuando me dijo que le recordara unas palabras le dije que no tenía yo la cabeza para esas cosas, y cuando me las preguntó, pese a que me negué en rotundo, no supe acordarme de nada. Tampoco le presté mucha atención. Las chicas estaban muy tristes cuando hablaron con él, pero al igual que en la primera visita me contestaron: No pasa nada mamá.
Me llamo Tere, y estoy en el último estadio de una enfermedad llamada Alzhéimer.
En su recuerdo,
Atte. Alex von Karma (19/05/2011)