Revista Diario

Meditar: qué, cómo y para qué

Publicado el 09 marzo 2013 por Alxndro @al_x_ndro

Conforme pasa el tiempo, creo que en todas partes, se ve un creciente interés por la meditación. Hay clases y retiros en varios lugares, y más y más gente habla sobre ella, ya sea porque la practica o porque conoce a alguien que lo hace. Si tú no has comenzado a practicarla y tienes interés y curiosidad en ella, a continuación voy a responder las siguientes tres preguntas desde mi experiencia y perspectiva:

  • ¿Qué es?
  • ¿Para qué sirve?
  • ¿Cómo se practica?

Espero que te sean de utilidad.

¿Qué es?
Meditar, sencillamente, es el nombre que se le da a la práctica de enfocar tu atención. Esta práctica es común (mas no exclusiva) en tradiciones orientales como el budismo y poco a poco ha aumentado su presencia en la vida occidental. Dentro de dichas tradiciones el uso de la meditación suele ser para volverse consciente de los pensamientos y emociones que cada individuo experimenta, siendo en muchas el objetivo de esto la ‘iluminación’ (es decir, la experiencia directa de la realidad) y la comunión con el todo.

Entonces, reducido a lo mínimo, meditar es enfocar tu atención para hacerte consciente de lo que pasa en tu interior (particularmente). Es autoconocimiento. Lo cual es de gran importancia si estás interesado en desarrollarte y crecer conscientemente como ser humano, ya que si no sabes qué es lo que piensas y sientes, difícilmente puedes tomar una decisión consciente sobre tu experiencia.

Una distinción importante y fundamental que hay que hacer es que meditar no es un intento por controlar todo lo que piensas y sientes. Es una práctica de toma de conciencia, de aceptación de lo que te sucede, y de autoconocimiento. Pero de esto hablaremos en la siguiente pregunta.

Los tipos de meditación se distinguen por la forma en que usas y enfocas tu atención, así los tipos básicos se puedes clasificar en:

  • Concentrar y restringir tu atención a una sola cosa o actividad.
    • Ejemplos de esto es contar cada repetición de tu respiración o simplemente observarla, ver constantemente el movimiento de una vela, repetir un mantra o una oración.
  • Dirigir tu atención hacia la reflexión de cierta experiencia, historia o enseñanza.
    • Los ejemplos más claros de esto son las meditaciones basadas en fragmentos de escrituras sagradas de ciertas tradiciones, o las meditaciones guiadas en la que se nos hace pasar por ciertos parajes y ver ciertas cosas a través de la visualización.
  • Ampliar y llenar tu atención con todo lo que pasa.
    • Esto quiere decir ser progresivamente consciente de todo lo que pasa en ti: tus sensaciones físicas, todos tus pensamientos y emociones; y luego ser consciente también de lo que te rodea, todos los sonidos, aromas y (si estás meditando con los ojos abiertos) objetos. Todo a la vez sin detenerte en nada en particular, se trata de ser un testigo total de lo que es tu experiencia presente.

¿Para qué sirve?
Bueno, ya mencioné que la principal función de la meditación es el manejo consciente de tu atención. Así que te sirve para desarrollar una mayor maestría (no control) sobre ella y, por tanto, desarrollas maestría sobre tus pensamientos y emociones. Te sirve para tener una vida más consciente e intencional en todo aspecto, además de tener varios beneficios para tu cuerpo.

Hagamos un repaso sobre sus beneficios:

  • Ayuda a reducir estrés, ansiedad y dolor
  • Manejar tus pensamientos, tu mente
  • Enseña desapego
  • Promueve la felicidad y paz mental
  • Desarrolla tu habilidad de concentración
  • Fomenta la espontaneidad y creatividad
  • Ayuda a calmarte y relajarte profundamente
  • Reduce tu presión arterial, sanguínea
  • Reduce (un poco) tu necesidad por dormir
  • Da claridad mental
  • Mejora tu memoria
  • Pausa tu vida y te da el espacio para escucharte y conocerte

Son varias cosas, ¿no? Toma en cuenta que estos beneficios derivan de que, entre más practiques, más te acercas o rondas esa zona donde tus pensamientos se callan, el cual es un lugar donde alcanzas una cierta neutralidad hacia tu experiencia y todo tu ser. Tu cuerpo, espíritu y mente reaccionan (pues son una misma experiencia). Allí sólo tienes consciencia de existir y lo que ello implica. Es decir, no juzgas las cosas que te suceden y conoces como buenas o malas, simplemente las aceptas, las reconoces y puedes ver las cosas como son, puedes sentir el bienestar natural de estar vivo, que es tu estado natural.

Es como reiniciar una computadora, todo funciona bien a menos que comiencen a correr en ella programas y virus conflictivos que merman su funcionamiento (pensamientos y creencias particularmente).

¿Cómo se practica?
La forma en que yo aprendí meditar, que todavía practico, y que te voy a compartir es bastante sencilla (ya lo hice previamente aquí), consiste en los siguientes pasos que son variables para cada quien:

  1. Toma una postura cómoda y estable con la columna vertebral recta. Puede ser sentado sobre una silla, sobre un cojín o cualquier cosa que te funcione; yo personalmente uso un banco que tengo para esto. Incluso puede hacerse recostado pero esto es avanzado ya que genera obvias ganas de dormir.
  2. Con ojos abiertos o cerrados (si están abiertos, mantén la mirada relajada sin fijarla en punto alguno) comienza a contar tus respiraciones, ya sea la inhalación o la exhalación. Yo cuento las exhalaciones porque así no me visita el pensamiento de cuánto aire será sensato inhalar. Cuenta hasta del 1 al 10, si lo logras sin distraerte vuelve a comenzar. Si algún pensamiento te distrae reconócelo, dale las gracias incluso, y continúa con tu conteo desde el 1.

Sólo es eso. Trata de hacerlo durante mínimo 15 minutos, 20 son mejor, al despertarte y antes de dormir. Date el tiempo y espacio. Incluso hay quien dice que si no puedes darte ni siquiera 5 minutos para meditar, deberías hacerlo durante una hora. Esto es algo para ti. Crea el momento.

Una nota importante: te distraerás a menudo. Es importante notar esto. Vas a fallar una y otra vez. De hecho, es mejor que desde que comiences tu práctica estés consciente de esto y que dejes de considerarlo como una falla y un fracaso. La práctica no persigue nada, es aprender a dejar ir, la práctica es el objeto de la misma.

Pero, ¿sabes? La meditación no tiene por qué quedarse en dos sesiones de 20 minutos al día. Puede pasar a formar parte de cómo vives toda tu vida y, al hacerlo, cambiar tu experiencia total de ella.

Ser consciente como estilo de vida
Meditar luce como estar sentado en silencio haciendo nada. Pero no es sólo eso, como ya mencioné antes. En esencia, meditar es una toma de conciencia sobre cada vez más aspectos de tu vida. Es tener la disposición de escuchar al mundo y a ti mismo, es ver las cosas como son, es adentrarte en ellas con toda tu atención.

Por eso es que puedes trasladarlo a todo lo que haces en tu vida. Todo lo que haces lo puedes hacer con concentración y dejando ir tu idea de cómo son las cosas (tus pensamientos); ante cualquier situación puedes aceptar lo que es y actuar desde allí.

Esto tiene la forma de hacer cualquiera que sea la actividad que tienes en frente con toda tu atención, sin distraerte. Recuerda los tres tipos de meditación: concentrarse en algo específico, reflexionar sobre determinada experiencia, ampliar y llenar tu atención. Cualquiera de estas formas de utilizar toda tu atención se puede realizar en cada actividad que tienes en tu vida cotidiana, disfrutándola (a esto me refiería en este artículo al sugerir que te vuelvas consciente de tu forma de moverte, de hablar, …):

  • Cocinar
  • Esperar
  • Manejar
  • Caminar
  • Ir en el transporte
  • Leer
  • Escribir
  • Comer y beber
  • Hacer ejercicio
  • Escuchar música
  • Escuchar a alguien en una conversación

Meditar consiste en estar presente en tu vida. Observando todo (o una sola cosa) lo que pasa: a la gente, la naturaleza, tus pensamientos, lo que sientes. Sin juzgar, siendo testigo de tu vida, reconociéndote en la experiencia de tu vida.

Por eso la distracción puede ser algo que afecta fuertemente nuestra vida. Nos distraemos para no comenzar lo que tenemos que hacer, hacemos varias cosas a la vez, dejamos que nuestra atención se divida y terminamos vencidos por las circunstancias. La distracción suele una medida de evasión, nos distraemos para no estar presentes en lo que tenemos enfrente. (De hecho, he leído que una definición de estrés es la reacción del cuerpo a constantes cambios de atención, no es de sorprender entonces que en esta edad de la información el estrés esté tan difundido por todas partes.) Así es que para meditar y ser consciente en tu vida, te recomiendo que reduzcas las distracciones en tu vida y hagas lo posible por realizar una cosa a la vez con toda tu concentración.

  • No comas o platiques o te arrulles viendo televisión
  • No andes por la calle o hagas ejercicio con audífonos
  • No hagas tus labores y tareas con el internet disponible
  • Prueba manejar sin tener la radio encendida o música tocando
  • Aprende a estar a gusto en el silencio cotidiano, con tus pensamientos y emociones
  • Reaprende a escuchar a tu cuerpo, a tu mente, y a tu intuición
  • Diario pasa tiempo a solas y en silencio cuando puedas

Estas sugerencias no son prohibitivas, sino que son para fomentar tu presencia en lo que realizas, son para adueñarte de tu vida y todo lo que en ella pasa. Son para vivir tu vida de verdad, conscientemente y no sólo por accidente.

Prueba hacerlo, puede que veas que estás acostumbrado a distraerte a la menor provocación. Quizá no sea fácil, pero probablemente encontrarás una dimensión diferente, sutil y amable que siempre está presente en tu vida, si estás dispuesto a verla.

Prueba meditar, hacer algo nuevo. Uno de sus efectos secundarios es que con el tiempo serás más capaz de manejar tus recursos, de los cuales el más valioso es tu atención, ya que de eso se compone todo lo que pasa en tu vida.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas