Revista Literatura

Mi Primo Alberto Y EL Caso Del Gordo Con Voz De Silbato

Publicado el 15 noviembre 2011 por Aluminca

En mis recuerdos de infancia hay un personaje recurrente, mi primo Alberto. Alberto es hijo de mi tío Lolo (Hermano de mi madre) y mi tía Margarita.
Es tres años menor que yo y mientras fuimos niños, compartimos cantidad de momentos agradables y otros no tanto pero éramos niños y continuábamos con nuestra amistad sin mayores problemas.
Alberto siempre fue un niño callado, "De esos que no hablan ni consigo mismos"(Palabras de mi tío Lolo) Era bajito, moreno y muy pinche guapito "Saco lo mejor de sus padres" (Me dijo un día la tía Lucha, quien es muy dura de agradar y poco afecta al elogio) A pesar de su corta edad, siempre mostró un carácter férreo y decidido, quizá demasiado rencoroso (Otro de los rasgos en los que coincidimos) pero una vez que logras su estimación consigues un gran amigo. A mi no me costo mucho lograr su afecto ya que a lo largo de nuestra infancia, varias veces nuestras familias vivieron juntas y esto propicio el trato de casi hermanos que nos unió tanto. Su tendencia al silencio le hacia un excelente escucha, siempre dispuesto a oír las experiencias de los demás fue madurando rapidísimo y cuando de divertirse se trataba ponía muchísimo empeño por lo que llegamos a organizar muy buenos desmadres juntos. Recuerdo especialmente el verano de 1974
Agosto de 1974 Después de casi un año de mudarse a vivir a la casa de su tía "La Chata". Alberto regreso a "la Casa" para pasar las vacaciones con la tía Licha(Quien era la adinerada y quisquillosa de la familia) pero al no tener con quien jugar ( Guille la hija única de mi tía Licha era la mayor de los nietos y le llevaba siete años a Alberto) Siempre terminaba en el cuarto en el que vivíamos mi madre y yo. Todos sabíamos que una costumbre sana era pedirle permiso a la tía Licha. porque con ella no había perdón y "El Tochi" como cariñosamente le llamaba tu servidor procuraba no saltarse el tramite, así que una vez llegado e instalado comenzó a minar la férrea resistencia de Licha
- Tía ¿Me deja ir a jugar con Noe?
- No Alberto. Tu viniste a pasar tus vacaciones con nosotras y yo le dije a tu mama que te cuidaría
Pasada una hora
- ¿Tía me deja salir a jugar con Noe?
- No Alberto. Ustedes no pueden andar juntos. No hay ni a quien irle, son muy latosos , uno por chiquito y el otro por grandote y yo no quiero entregarle malas cuentas a tu madre.
Después de innumerables intentos y negativas la muralla fue cediendo poco a poco y al final, el permiso fue concedido, no sin antes llamarme para leerme la cartilla
-Mira Noe.(Me decía mi tía Licha con voz calmada mientras su mirada me amenazaba) Voy a darle permiso a Alberto de jugar contigo, siempre y cuando me aseguren que no van a andar de chocarreros por toda la casa, ni van a salirse a la calle a andar de vagos ¿Quedo claro?
Clarisimo había quedado, así que salimos al patio con la firme intención de portarnos tan bien que muchos santos nos envidiarían.
Después de algunos juegos por demás inocentes escuchamos a la tía Licha llamarnos.
-Noe. Ven acá con Alberto.
- Hay vamos tía- Conteste y nos apresuramos a subir a su costurero
- A ver chamacos. se van a la tiendita de Celinda y me compran un "combustible"( Por esos tiempos los "Boilers" no eran aun de gas y para calentar el agua se acostumbraba meterles unas bolsas rellenas de aserrín empapado en petroleo que vendían en todas las tiendas. Las había de dos clases, la de lujo de marca "Flama" con un diablito dibujado en la bolsa plástica y la económica embolsada en papel y sin marca. por supuesto estos eran los que comprábamos nosotros)
- Si tía. Vamos manito (Me invito Alberto)
Ya de regreso, la tía nos pidió que encendiéramos el "Boiler" y con el combustible y los cerillos nos dispusimos a hacerlo.Yo como mayor me dispuse a encenderlo y para ello introduje el "Combustible" y algunos pedacitos de madera, también procurábamos separar de la basura todo el papel y cartón para alimentar el fuego ya que el solo "Combustible" no era suficiente para dar a el agua la temperatura requerida. Alberto prudentemente, se mantenía atrás de mi observando atentamente el desarrollo de los acontecimientos y mientras tanto platicábamos de los primos de Alberto que yo no conocía y de los amigos que había dejado en la 201, de su afición por el Cruz Azul y la mía por las Chivas y de la ultima película que vimos juntos en la matiné del "Fausto Vega". Cuando de pronto notamos que un cartón de leche "Chipilo" al quemarse resaltaba las imágenes y nos llamo la atención.
- ¿Ya Viste, mano?- Exclamo Alberto. Señalando la caja que ardía en llamas dentro del "Boiler".-Se ve bien chingon el dibujito¿No?
- Oye si. ¡Que Buena Onda! Nunca me había fijado.- y tontamente introduje el dedo indice para señalar el dibujo y el cartón se pego en mi dedo, el plástico que lo cubría se mantenía adherido a mi y por mas que lo sacudía con desesperación no lograba desprenderlo. mientras tanto Alberto, brincaba frenéticamente de un lado a otro animándome a quitarme el llameante dedal y cuando en un intento desesperado sacudí la mano con mucha fuerza el cartón salio disparado yendo a parar en su mejilla, sus saltos se incrementaron notablemente.
-¡Quitamelo. pendejo¡¡Quitamelo, Buey! - Gritaba desesperado. Tomándolo de un brazo lo atraje hacia el lavadero y con la otra mano le lance agua a la cara, apagando el pinche cartoncito y retirandoselo de la mejilla. Exhaustos nos mantuvimos inclinados sobre el lavadero y de pronto estallamos en carcajadas. Era una situación de veras ridícula,la que acabábamos de vivir y nos colocaba en una posición bastante incomoda, ya que con la tía Licha no valían las excusas. Era gracioso notar en que pedo estábamos metidos a pesar de andar cuidándonos todo el santo día.
-¿Como se me ve?- Pregunto Alberto aun sonriente. Fije la mirada en su mejilla y observe la marca dejada por el cartón ardiente al llevarse el trocito de piel con el. En una casa de costureras sobran los espejos, así que no tenia caso mentir.
- De la vil chingada , mano.- Respondí con pesar.-¿Te duele?
-Poquito, pero.....¿Òra que le decimos a mi tía?
- No se wey.- Y el silencio nos envolvió, mientras reflexionábamos, hasta que Alberto entre risas rompió el silencio.
-No mames te veías bien chistoso con el pinche cartón pegado y nada que te lo podías quitar.
- Cállate wey. Tu no estabas como pa' concurso de belleza. Y ¿Como chingaos fue a caerte en la cara?
-¿Quien sabe? El chiste es que me cayo y me ardía bien gacho.
-¿Todavía te duele?
-No'mas me arde tantito, pero....¿Que le vamos a decir a mi tía?
-No se . Ultimadamente ella fue la que nos mando a prender el boiler ¿Que no ? ¡Pinches mamadas!
-¿Se nota mucho?
- Un chingo, manito. Tu prieto y la pinche mancha rosita ¡ A huevo que se ve!
- ¡ Vete a la chingada! Todavía te burlas wey.
- Ya, ya . Cálmate pinche tochi. Vamonos pa'rriba porque 'orita baja a bañarse y nos cae en la maroma
- ¡ De veras! Hay que subirnos y allá pensamos.
Y diciendo y haciendo nos fuimos a encerrar y decidimos pedir permiso de que Alberto se quedara a dormir en mi cuarto para esconder el accidente por algún tiempo, así que cuando escuchamos bajar a la tía a bañarse esperamos a escuchar la regadera y bajamos a solicitar su permiso.
- tía ¿Podria Alberto quedarse en mi cuarto a dormir esta noche?- Interrogue a mi tía, mientras escuchaba el agua caer en el interior del baño.
-¿Que no pueden dejarme ni bañar a gusto? escuintles latosos. Solo a ustedes se les ocurre molestar cuando me estoy bañando
- ándele tía déjeme dormir acá- Apoyo Alberto- Es que con usted son puras mujeres y yo no me hallo.
- Andale pues, pero nada mas por hoy. Ya mañana te duermes en el cuarto de tu abuelito y por favor compórtense que ya Rosa tiene suficiente con su trabajo como para todavía soportar las travesuras de ustedes.
-Gracias- Respondimos casi a coro y subimos la escalera para refugiarnos nuevamente donde nadie viera nuestras quemadas.
Al llegar mi madre de entregar "Los Colchones"en "La Merced"(A partir de la muerte de mi padre, mi madre tuvo que trabajar con mucho mas empeño, lo que otrora fuera una actividad para complementar algunos gastos, se convirtió en nuestra única fuente de ingresos y en muchas ocasiones no era suficiente para cubrir todas nuestras necesidades, por lo que se pasaba los días pegada a la maquina de coser y cuando había tiempo hacia labores de limpieza y cocinaba en la casa de los dueños del comercio a quienes les vendíamos los colchones) Cenamos sentados en la cama unos deliciosos tacos de suadero que mi madre trajo. Mientras le platicábamos lo sucedido. Ella nos escucho entre asustada y divertida
-Ay pinches chamacos, son insoportables de veras ¿Y como fue que se te ocurrió meter la mano en el boiler, pendejo?- Dirigiéndose a mi.
-Pos yo nomas quería señalarle al tochi el dibujito- Respondí
-¿Y Pa'que, si el ya lo había visto? ¿ No te he dicho que primero despiertes y luego te pares de la cama? ¡Que pendejo! ¡Estas bien cabrón! Si tu padre viviera ya te hubiera puesto en la madre. A ver déjenme ver sus quemadas, acérquense pa'ca.
Mientras revisaba la mejilla de Alberto Me pidió que calentara un poco de agua con sal en un pocillo y mientra el agua se calentaba, saco de su monedero unas monedas y nos pidió que compráramos en la farmacia unas gasas y merthiolate.
Sigilosamente descendimos la escalera y cruzamos el patio hasta salir a la calle. Al cruzar la puerta, como por arte de magia olvidábamos nuestros pesares era como si pasáramos de una dimensión a otra y corriendo y vociferando nos dirigimos a la farmacia.
Al volver a casa, tomamos nuevamente toda clase de precauciones a fin de evitar ser descubiertos y una vez seguros en nuestro cuarto y mientras mi madre nos curaba, la conversación se dirigió hacia el trabajo de mi mama.
- ¿Como te fue en la chamba, Jechu?- Pregunte
- Bien. Gracias a Dios, pero vengo muy cansada y no pude pasar a comprar el material de una vez, ahora voy a tener que ir mañana.- Contesto.
- Si quieres yo puedo ir a comprarlo y tu descansas un ratito, en lo que vengo- Propuse sin imaginar lo que me esperaba al día siguiente.
-¿Si? ¿Me harías ese favor?
-Claro y si quiere ir el tochi, me lo llevo pa' que no se aburra.
y mirando con intención a mi primo repetí
- No sea burra, tochi, no sea burra ( jugando con las palabras)
- Ya te entendí, no creas que no-Dijo Alberto, reservándose una respuesta mas fuerte por la presencia de mi madre. El continuo trato con el abuelo, nos dio la suficiente claridad mental como para dominar diversos juegos de palabras desde muy chicos y aunque Alberto era mucho menor que yo, comprendía sin dificultad mis dobles sentidos, al igual que mi madre y mis tías. Después de una sabrosa platica decidimos dormir. Mañana seria otro día.
Al día siguiente después de desayunar mi madre me pregunto si aun estaba dispuesto a ir al centro de la ciudad por el material (El "material" consistía en algunos metros de plástico y telas con los que se confeccionaban "Los Colchones" y sus forros, los cuales iban en unos canastos llamados "Moisés", en los que se acostumbra dormir a los niños muy pequeños)
- Ya dijimos- asentí con seguridad.
-Buen, pues toma este dinero. Son trescientos pesos. Te vas primero a "Plásticos y Novedades"y compras el plástico, después vas a Pino Suarez y compras el encaje y la tafeta. ¿Todavía quiere ir Alberto?- Lance una mirada interrogativa a mi primo, Quien a su vez respondió a mi madre asintiendo con la cabeza
-Esta bien. Tengan mucho cuidado. Cualquier cosa llaman al teléfono de Licha. ¿Estamos?- Ambos asentimos y mi madre nos reto
- A ver , díganme el numero- y escucho atentamente mientra ambos lo recitábamos de memoria.
-Perfecto, cuídense mucho y tu, Noe. No olvides que tu primo es chiquito y va bajo tu responsabilidad, cuídalo mucho.
Salimos a la calle sin ser vistos por Licha, cosa que nos hizo muy felices y echamos a andar rumbo a Rosales donde tomamos el camión que nos llevo sin contratiempos hasta la calle de San Pablo en pleno barrio de la Merced.
Caminamos por San Pablo, entre tiendas de bicicletas, comida y prostitutas, hasta llegar a Correo Mayor calle en la que se situaba nuestra primera meta"Plásticos y Novedades" comercio en el que comprábamos el plástico. Caminábamos observando los aparadores en los que se ofrecían diversas mercancías, Ropa, cosméticos y artículos estudiantiles,"útiles" como los conocíamos. Comentando sobre el bullicio del que eramos testigos, no repare en el tipo gordo que me cortaba el paso, hasta escucharlo decir Con una vos tan delgada y chillona que el mismísimo Chabelo no podría superar ni en sueños -Voz de silbato- pensé.
- Oigan chavos, ustedes no saben donde puedo conseguir un "Diablero"(Cargadores que utilizan una especie de carretilla conocida como "Diablo". Los puedes encontrar en todos los grandes mercados del país)
-¿Un "Diablero"? Pos en La Merced- Respondí , sorprendido por la ignorancia de un tipo que a su edad debería conocer el Distrito Federal de cabo a rabo.
-¿Y queda muy lejos?- (Ay no mames, este buey ha de venir directo de Zacazonapan. ¡No conoce la Merced, el muy pendejo!
-Ni tanto-Respondí, lleno de seguridad. Yo si era un verdadero "Chilango"que se sabia todo el "Primer Cuadro" de la ciudad y solo tenia once añitos. Chingon ¿No? - Ni tanto, mire, sale aquí derechito a San Pablo y camina hasta Anillo De Circunvalación, lo atraviesa y listo. Ahí esta La Merced. Y luego, luego, va a ver un resto de diableros.-Asegure
-Si, hay un montón- Me respaldo el tochi, demostrando al extraño venido de la lejana galaxia de Zacazonapan, sus enormes conocimientos de la Ciudad De México.(Pinche Tochi. Siempre tan "Jala Parejo" pensé y un escalofrió lleno de ternura me recorrió el cráneo.El tochi era lo mas cercano que tenia a un hermano y cada que se sacaba una puntada yo me enorgullecía un chingo)
-Hijole, es que me va a quitar un chingo de tiempo ir hasta allá y llevo mucha prisa. Estoy dando cuarenta pesos por llevarme dos cajas de cuadernos, a tres calles de la papelería (Ay wey, a mi me daban un peso para gastar en la escuela y eso cuando había dinero, sino ni el peso veia)-Ustedes podrían hacerme el favor y ganarse esa feria.¿No?
Alberto me miro con una cara de ansiedad que aun no puedo olvidar. En su mirada pude descubrir la misma esperanza que yo podía sentir crecer en mi. Con un gran pesar por el y por mi,decidí que aquel hombre era un desconocido y no podía confiar en el, ademas, ¿A quien chingaos se le ocurría que yo podía cargar con dos pinches cajas de cuadernos?
- Chin pues que mala pata. fíjese que yo no aguanto tanto y mi primo menos todavía. Mejor corrale a La Merced y se trae un diablero de volada. Nosotros estamos chavos todavía.
Al responder negativamente sentía como si me sacara una tripa pero, primero había que andarse con cuidado con los rateros, si a los grandes se los chingaban, a los chavos como nosotros ¿Que nos esperaba? y segundo de veras no creía poder con el peso de dos cajas de cuadernos.
-Andale, no seas gacho, mano. Si ni pesan( Al notar mi mirada de incredulidad, agrego con nerviosismo) Yo nomas porque ando bien madreado de la cintura y no puedo cargar. También por eso no quiero ir tan lejos a traer a un diablero, porque luego, luego, me chingo después no puedo ni caminar, ademas ustedes me cayeron a toda madre y quiero que se ganen la lana. imagínate, cuanto te vas a gastar en sabritas. ¿A poco no?- Mirando hacia Alberto.-Miren pa' que se animen les voy a dar tres libretas a cada uno pa'ora que entren a la escuela, sus jefes ya no gasten tanto.Tu que estas mas grande-Dirigiéndose a mi- te echas dos viajes y ya esta. Ahí mismo les doy sus cuarenta pesotes y sus libretas, de las que me pidan.
-¿Tiene de colores?-Interrogo Alberto y ahí mismo y sin querer me partió la madre (en ese tiempo estaba de moda la marca de libretas Stylo y era la única que tenia libretas con hojas de colores. Yo que siempre había soñado con una libreta Scribe de espiral sin conseguirla, de pronto me encontraba con la oportunidad de tener tres Stylo Color de un chingadazo y una buena feria de rebote. Ya me veía mandando a la chingada mis cuadernitos Polo que en vez de espiral tenían tres pinches grapitas y ni como arrancarles una hoja porque luego, luego te caía la maestra) El gordo, pendiente de mis reacciones, de inmediato aprovecho y me dio la puntilla.
- ¿Claro! y para que vean cuanto me caen de bien, les voy a dar también un paquete de Pincelines Fantasy( Fa-fan-ta-fa-sy-fy Rezaba el comercial que promocionaba tan magnifico invento ¿Quien se hubiera imaginado que algún día existirían plumones de color?¡ la cara que pondrían mis pinches compañeros cuando sacara de mi morral el estuche de pincelines! ¡ No mames!)
- ¿De cinco o de diez?- Ya sin poder contener mi entusiasmo.
-De diez. claro
-¿Uno pa' cada uno?
-Este es buen negociante ¿No?- Viendo a mi primo- Ya vas, nomas porque me caes a toda madre, pero ya hasta ahí porque ya me vieron la cara de pendejo. Vénganse, vamos a la papelería, Pa' que sepas de donde me las vas a llevar y luego te llevo a donde me las vas a dejar ¿Orale?
-¡Orale!- Asentimos gustosos y caminamos a su lado. Al llegar a una papelería atestada de gente. Me dijo
- Ven te presento a la chava que te va a entregar las cajas- y dirigiéndose a una muchacha rodeada de clientela, exclamo- Señorita, señorita-Al llamar la atención de la aludida. Dijo-El es quien va a venir por las cajas ¿Eh?- La chica solo asintió con la cabeza y siguió atendiendo clientes.
- 'Ora vamos a donde me tienes que llevar las cajas- Me dijo, mientras salíamos del establecimiento y pasando por el tochi, echamos a andar por Correo Mayor hasta tomar Corregidora, después la plaza mayor hasta Donceles y ahí, luego de caminar unos veinte metros. Dijo
-Aquí te vamos a esperar. ¿Sabras llegar sin perderte?- (Pendejo. No sabes con quien estas hablando, a huevo que se nomas faltaba. Aquí el único que no conoce eres tu) pensé mientras respondía
- Si señor.
-Bueno, pos a darle. Te voy a llevar pa'star seguro que vas a la papelería indicada, no te vayas a equivocar y que pinche perdedero de tiempo. Tu, chaparrito nos esperas aquí.¿Eh?-Dirigiéndose a Alberto- No te vayas a mover. nomas dejo a tu primo y regreso.¿No te da miedo? ¿Verdad?
-No- respondió alberto con valentía- Aquí los espero.
- Vamos pues- Dijo el gordo mientras echaba a andar, después de algunos pasos se detuvo abruptamente fingiéndose sorprendido por una idea repentina- Oye ¿No traerás nada de valor? ¿Verdad?- negué con la cabeza, comenzando a sospechar. El al notar mi desconfianza. Agrego-Es que me han dicho que por aquí hay muchos rateros y como te van a ver con las cajas ... Vayan a pensar que traes dinero y te quieran robar- Sin darme tiempo a reflexionar. Añadió-Si traes dinero se lo habías de dejar al chavito, de el ni quien sospeche. imagínate tu chambeando pa' que otro wey te chingue tu dinero. Yo te lo guardaría pero... ni nos conocemos bien todavía.
-¿Tu lo cuidas carnal?- Pregunte a mi primo.
- Si manito- Respondió con la seriedad que tan solemne momento requería.
- Que nadie vea que se lo das- Aconsejo el gordo mientras hacia "casita" con su enorme corpachón. Yo saque el dinero de la bolsa del pantalón y se lo entregue al tochi , que nada pendejo lo deslizo de inmediato en la bolsa del suyo.- Te lo encargo mucho, carnal- Le dije quedito-No hay pedo. Yo lo cuido- Me respondió con seguridad.
- Pos 'ora si. Vamonos corriendo que ya se nos hizo tarde y el tiempo es oro- Dijo el gordo echándose a andar a toda prisa , sacándome varios pasos de ventaja y obligándome a correr tras el para alcanzarlo
- ¡Apurale chavo! ¿No ves que tu primo se quedo solo? Me da harto pendiente, mano. Orita nomas te llevo y me regreso en chinga a cuidarlo. Ya ves que esta bien chavito.¿Cuantos años tiene?
- Siete. Pero es bien cabrón. Bien pinche listo pa' su edad- Respondí orgulloso
- Se ve, se ve,- Acepto el gordo- ¿Ya viste la papelería?
- Si.
-Cámara,- hay te dejo, voy a cuidar a tu primo. No te tardes ¿Eh?
- No mas que me den las cajas y allá les caigo. Me llevo de a una¿Verdad?
- Si. La otra se las encargas a los de la papelería. Les dices que orita vienes por ella.
y dando vuelta hecho a andar al encuentro de Alberto. A mi algo no me cuadraba pero no sabia de que se trataba y me apresure a terminar con el asunto.
Entre en la papeleria y de inmediato busque con la vista a la dependienta que me atendería pero no estaba a la vista. Los demás empleados también lucían ocupadísimos y no sabia a quien dirigirme. al dar otro repaso visual sentí un gran alivio al ver aparecer desde el fondo del pasillo a la chica cargada de "útiles" y fui a su encuentro.
- Señorita ya vine.-Le dije.
Me miro sorprendida, sin reconocerme y agregue- Por las cajas de cuadernos, que le dijo el señor gordito
- Ah si. Pero tienes que tomar un turno y esperar a que te llame- Una enorme inquietud se apodero de mi. Era una especie de presentimiento que ponía mis piernas a temblar en un intento de correr.
- ¿No me las puede dar así? Andele es que tengo mucha prisa y todavía tengo que regresar por la otra- rogué desesperado. La chica me miro con cara de simpatía y me dijo
- Nomas despacho este pedido y te atiendo a ti ¿Juega?- asentí con la cabeza, totalmente enamorado ya de su sonrisa y amabilidad-¿Van a ser de raya, de cuadro, o de dibujo?-
- ¿No le dijo?
- No.
Me congele. ¿Y ahora que chingados hago? ¿Como no se me ocurrió preguntarle?¡ Pero que pendejo! mejor le corro a preguntar ya se esta haciendo tarde y por ahí checo que este bien el tochi
- Orita regreso señorita le voy a preguntar
- Aquí te espero-
Sali corriendo como alma que lleva el diablo la inquietud me devoraba y no dejaba de crecer a cada momento.en mi mente no dejaba de reprocharme ¿Como fui a dejar al tochi solo? Ay Dios Mio, Que no se lo hayan robado. Señor no dejes que le pase nada malo. Ora si voy a estudiar, Señor pero por favorcito que el tochi este bien.
Al dar vuelta en Donceles, pude verlo, sentadito en las escaleras de una librería, esperándome y el alivio casi me hace cantar. Disminuí el ritmo de mis pasos y lo observe mientras me acercaba ¡Que pequeño! y ¡Que valiente!Nuevamente fui invadido por la ternura y el orgullo ¡Que chingon mi primito. Me cae de madre!Ensimismado en sus pensamientos no noto mi presencia, hasta que estuve Frente a el. Al levantar los ojos y verme, me dedico una sonrisa afectuosa y pregunto
-¿Que paso, Ya estuvo? ¿Ya trajiste la primera? ¿Y si te ayudo con la otra? Ya no quiero quedarme aquí. Manito.
- No,mano. no me dijo ese cuate de cuales libretas y me regrese a preguntarle. ¿Y donde esta?
-Fue a verte. Tenia pendiente de que no las fueras a aguantar.
La desconfianza volvió de golpe. trate de hacerla a un lado pero era muy fuerte y se quedo ahí, presionando mi cerebro entre sus garras y susurrando en mi oído una sola frase-Eres un pendejo,Eres un pendejo- Repetía sin cesar.
La pregunta llego flotando tras de mi, entro por mi nuca y salio por mi boca
-¿Y el dinero, carnal?
-¿El dinero?-Pregunto sorprendido-Pos se lo di. Como tu mandaste decir.
-¡No mames, wey! ¿Se lo diste? ¡En la madre! ¡Ya nos chingo!
- ¿Tu crees?
- Si. A huevo. Por eso tantas pinches promesas. ¿Y ahora, que le digo a mi mama?
- A lo mejor te anda buscando, pa' ayudarte con la caja. Se veía re preocupado. habíamos de ir a ver.
- Vamos pues-Mientras caminábamos, pude ver varios camiones de la policía repletos de granaderos. Estacionados en el Zócalo y me imagine organizando la captura del pinche gordo y como me pedía perdón llorando, mientras era arrastrado a la cárcel mas cercana. Sin dejar de observar a quienes nos rodeaban, seguimos nuestro andar en busca del gordo con la vaga esperanza de recuperar el dinero de mi madre. Cuando llegamos a la papelería mi zozobra era tal que ya no podía disimularla y con muy pocas esperanzas interrogue a la señorita que antes me atendiera.
- Disculpe¿No ha venido el señor de los cuadernos?
- No. No ha venido- Mirándome con preocupación-¿están perdidos?
-No. es que me pidió que le lleve los cuadernos pero no lo encuentro para llevárselos.Ya se los pago¿Verdad?- Pregunte, temiendo la respuesta.
-No.
El empleado que atendía a su lado. volteo hacia mi mientras me preguntaba
- ¿Le dieron dinero?-al responderle afirmativamente, pareció disfrutar la respuesta y con cara de sabelotodo sentencio
- Ya se los chingaron, chavos. Ya mejor váyanse a su casa ese wey ya ha de ir bien pinche lejos.
Salimos del local, sin saber que paso dar a continuación. Una idea llego a mi mente y se la exprese a mi primo.
-¿Y si pedimos ayuda a los granaderos?
-¡Claro, que lo agarren y le pongan una madriza por culero! ¡Que buena idea, manito!- y corrimos hacia el Zócalo, no había tiempo que perder el pinche gordo seguramente se estaba alejando cada vez mas. pero los granaderos en sus camiones podrían alcanzarlo rápidamente, a lo mejor hasta los helicópteros le echaban. Pinche gordo pendejo, no supo con quien se metió, arrepentidota que se iba a dar el buey. Al llegar al Zócalo nos dirigimos al primer camión y de un vistazo decidí hablar con un granadero que se asomaba por la ventanilla y tenia cara de amabilidad.
- Oiga señor. ¿Usted nos puede ayudar? Por favor.
- ¿Que les pasa chavos?- Contesto
-Fíjese que un señor nos engaño y nos quito el dinero que nos dio mi mama para el material.
-Hijole, chavos. Yo con gusto los ayudaba pero ya nos tenemos que ir y no podemos bajarnos. Nomas estamos esperando a que lleguen los chóferes, pero búsquense un policía de a pie y le cuentan lo que les paso y el les va a ayudar pero corranle o se les pela el ratero.
No necesito decirlo dos veces. Salimos corriendo de regreso a Correo Mayor en busca de un policía que nos auxiliara y al ver a uno en la acera platicando con una "Maria"(El Centro de la ciudad siempre ha padecido por el ambulantaje, en los 70's, aunque en mucho menor proporción, existían vendedoras vestidas de inditas a las que llamábamos "Marias". En su mayoría se dedicaban a verle la cara de pendejos a los turistas extranjeros vendiéndoles baratijas a precio de oro pero también a muchos paisanos que no frecuentaban el centro los timaban vendiéndoles bolsas con cacahuates, nueces o pistaches que simulaban estar copeteadas. El truco consistía en meter el puño por el fondo de la bolsa para doblarla por el interior y poner las nueces solamente en la parte superior) Nos dirigimos hacia el, sin tomar en cuenta nuestra presencia, el azul siguió platicando con la maría. En nuestra apuracion decidimos interrumpir, lo que no pareció agradarle en absoluto.
- Señor, señor ¿Podría ayudarnos? Un tipo gordo nos quito el dinero que mi mama nos dio para comprar el material. -Uuuuuuuuuuuuy, manito. Yo no me puedo mover de aquí, vamos a hacer una cosa. Ustedes me lo traen y yo aquí lo apreso ¿Que tal?.- No podíamos creer lo escuchamos. -Ayudalos no seas cabrón- exclamo la maría, al parecer indignada también, a lo que el poli respondió. -No les creas. ¿No ves que es una trampa? A estos chamacos los mandan los rateros para distraernos de nuestra vigilancia y poder robar a gusto. Mientras yo me ando paseando con ellos sus cómplices se adueñan de todos los negocios. Si es lo primero que nos enseñan. - Ay. No mames. Que poca madre tienes.- Respondió la Maria, el policía molesto se volvió contra nosotros. - ¿Ya ven? Por su pinche culpa. Orale, sáquense a chingar a su madre de aquí- Exclamo amenazante. ¿Y Con quien acusas a un policía? -Vamonos manito- Me urgió Alberto jalan dome la manga. -Vamonos.- Le respondí. Ya sin ideas y con la moral por los suelos (A esa edad todavía crees ,que la policía esta para combatir a los ladrones aun a costa de su vida y tener el primer encuentro con la realidad es tan o mas frustrante que ser robado) continuamos caminando por correo mayor. De pronto escuche a Alberto decir. - Perdóname, manito. -¿Por Que? - Por darle el dinero al pinche gordo.-Queriendo llorar. -No. Perdóname tu a mi, por haberte dejado solo con ese wey. ¿Que tal que te roba? Lo importante es que estas bien- Queriendo llorar yo también. La sola idea de que, pudiera pasarle algo a mi primito, me partía la madre en seguida.Mientras cavilaba, vi el pasaje en el que se ubicaba Plásticos Y Novedades y se me prendió el foco. -¿Y si le pedimos prestado el material a Mario? -¿Crees que te lo preste? -Yo creo que si. Tenemos un chingo de tiempo comprándoles y nunca les hemos pedido nada, ademas, yo siempre soy a toda madre con el. - Pues hay que decirle.- Con la esperanza renovada, caminamos directamente a la tienda y en el mostrador de la entrada pedimos hablar con Mario, el encargado del negocio. -Huy. que formalito vienes hoy, Noe.- Me dijo la cajera - Hasta pidiendo audiencia y toda la cosa.-Su expresión cambio al notar los surcos que las lagrimas habían dejado en mis mejillas-¿Estas bien? ¿ Por que lloraste?- Mi respuesta broto acompañada de un sollozo y mientras mas hablaba mas lloraba. Era la primera vez en todo el día en que un adulto parecía interesado en ayudarme realmente y no pude contener el llanto, al sentir el interés Que esta mujer mostraba por nosotros. -Nos robaron el dinero y no tengo para pagar el material ¿Podrías fiarmelo mario? Por favor. Yo te lo pago. De veras,mano. Mario me observo y negó con la cabeza, mis esperanzas se vinieron abajo. ¿Que este wey no era mi amigo? ¡Que puto! La primera vez que le pido un pinche favor y me lo niega. Ya ni la chinga. -¡Prestaselo, Mario.- Imploro Martha, la cajera- Míralos, pobrecitos. Están bien chiquitos, mira este chaparrito. ¿Te hicieron llorar tambien, mi vida?- Alberto asintió llorando y me cae de madre de que si no hubiera estado el mostrador de por medio, se hubieran abrazado. - Si Martha. Están bien chiquitos, por eso mismo no puedo prestarle nada, ademas su madre merece saber que les paso. Mira Noe, tu sabes que aquí los estimamos mucho ( Aja, como no, pinche ojete) dame el teléfono de tu mama y la llamamos para que venga por ustedes. - Y volteando hacia Martha, dijo- Martha por favor preparame tres vales a nombre de la señora rosa, vamos a ayudarla. como no, pero tendrá que ser ella la que nos firme los vales- Recite el numero telefónico y el alivio me fue invadiendo a medida que comprobaba que la responsabilidad era atraída por los adultos. Al colgar mario el teléfono, me dijo - Ya esta. No te preocupes, mano. Ya tu madre viene en camino. siéntense un ratito y orita les traigo unas Sabritas. La idea de que nos "Dispararan" unas Sabritas nos devolvió la sonrisa y nos sentamos a esperar. Cuando llego el esperado obsequio, tuvimos que despertar al Tochi, que agotado de dar vueltas a todo correr se había quedado dormido , recargado en mi costado. Mi madre no tardo en llegar y se veía alarmadisima. De inmediato nos hizo un reconocimiento y mientras firmaba los vales que amparaban el costo del material no dejaba de agradecer las atenciones que nos brindaran en la tienda. Al salir a la calle me interrogo. -¿Como fue que les quitaron el dinero?- Hasta la fecha no se que me obligo a mentir. -Un gordo me alcanzo por atrás y me empujo y me jalo el dinero- Respondí. -Si un gordo, grandote y Noe no se lo quería dar y luego lo correteamos pero no lo alcanzamos. tía- Me apoyo Alberto. Mis sentimientos se vieron divididos entre la vergüenza de mentir a mi madre y el orgullo de ver la lealtad a prueba de balas que me tenia el tochi.Desde entonces vivo con el cargo de conciencia de haber mentido a a mi madre y a pesar de que han pasado mas de tres décadas, no puedo dejar de sentirme una mierda cada que recuerdo mi mentira hacia la persona que mas me ha querido en este mundo.
Después de unos años, cuando ya estudiaba la secundaria en otro rumbo de la ciudad, recorde esta experiencia y mientras la narraba a un par de amigos, se fue formando una bolita de chamacos para escucharme. Yo esperaba que al terminar, empezaran a chingar con aquella frasecita de - 'Ora hechate una de vaqueros- Pero, por el contrario, todos quedaron en silencio, solo uno de ellos, El Sasquash( Por lo grandote) me dijo- Yo si te creo, mano. Fijate que ese wey también nos chingo a mi y a mis dos primos cuando fuimos al Centro a surtir nuestras listas de útiles hace un año. El saber que el maldito gordo no me había visto la cara de pendejo solo a mi, me resulto agradable, pero el imaginar que andaba suelto, buscando mas victimas entre los niños, me alarmo cantidad y desee ser un gran vengador para partirle la madre, pero no todos los deseos se hacen realidad. y me quede con las ganas hasta la fecha. De cualquier modo te recomiendo no dejar a tus hijos solos por aquel rumbo, donde el que no corre vuela.
15 De Febrero 2008

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