Cuando mi hijo tenía 2 años entré en esa crisis que muchos padres temen: "los terribles 2". Fueron momentos difíciles, que poco a poco fuimos superando. Pasamos un año y medio difícil, berrinches, pataletas, manías, y un largo etcétera que no todos pudieron entender.
Unos vecinos con un niño de la edad de mi hijo fueron de esas personas que no entendieron, pero que además juzgaron. Su hijo era "un santo" según ellos mismos decían. Era y es cierto, es un niño muy bueno, muy tranquilo que nunca lloraba, que nunca daba problemas. Mi hijo era el contrapunto, y ellos realmente se debieron creer que lo hacían de lujo y nosotros éramos los peores padres del mundo. A veces la cara de las personas es tan expresiva ....
Tuvieron otro hijo. Ahora mismo le oigo en pleno berrinche, uno de tantos, como mi hijo hizo son muchos los días que sube a casa en plena pataleta, llantos, cabreos, gritos,...., después de todo no éramos tan malos padres.
No juzgues nunca a otra familia, nunca sabes lo que el destino te depara.