Vivimos en un mundo en el que la gente miente por diversión, donde confiar en alguien se convierte en una tarea muy difícil.
Me han engañado tantas veces, que el miedo a que me vuelva a pasar, me supera. Me siento mal por no ser capaz de confiar ciegamente en alguien, pero no puedo evitarlo. En cuanto algo se sale de lo lógico, me empiezo a comer la cabeza, y mi imaginación comienza a hacer de las suyas. Cuando me pasa eso debería callarme, analizar la situación y reflexionar. Pero como soy una bocazas incapaz de callarme lo que pienso, lo suelto… Sin pensar como le puede sentar a la otra persona.
Me da miedo quererte tanto.
Tengo miedo. Miedo a que me vuelvan a hacer daño, a que me engañen. Miedo a que se rían de mi, a que jueguen conmigo. Miedo a tener que volver a olvidar, porque no sé si podría soportarlo de nuevo.
Sin embargo, no puedo evitar querer seguir adelante, porque hay algo dentro de mí que me dice que tengo que confiar. Que tengo que vencer mis miedos. Que no puedo desconfiar de todo el mundo. Porque al final, si no confío en nadie, ¿quién va a confiar en mí?
La vida esta para arriesgarse, equivocarse… Y porque no, para sufrir también. No puede ser todo un cuento de hadas, porque quieras o no, pasarlo mal te hace más fuerte.
Si no nos arriesgamos nunca, y nos quedamos siempre en nuestra pequeña burbuja donde estamos a salvo, ¿cómo vamos a vencer nuestros miedos?
Por mi parte está decidido, voy a apartar mis dudas a un lado, y a confiar ciegamente. Si luego me estampo, como es costumbre en mi, por lo menos lo habré intentado.
El coraje no es la ausencia de miedo; es tener presente el miedo, y aun así, seguir adelante.