La corrupción en España alcanza niveles alarmantes. No se trata sólo de los casos de corrupción urbanística, cohecho, prevaricación, etc., que afectan de manera generalizada a los grandes partidos: hablamos de corrupción en los mismos fundamentos del sistema.
En este contexto se ha asentado la alternancia perpetua de organizaciones políticas aferradas al poder durante décadas (PP, PSOE, CiU...), sin otras opciones más que aquellas necesarias para conseguir sus propios objetivos, sin permeabilidad de nuevas ideas, sin permitir la participación activa de la ciudadanía, asfixiando toda posibilidad de regeneración democrática.
La ley electoral ha sido blindada a medida de los grandes partidos al penalizar desmesuradamente la representación de las minorías. A diferencia de otros países con una democracia saludable, nuestros parlamentos no reflejan la diversidad ideológica de la sociedad española.
La partitocracia se ha profesionalizado: no llegan al poder los mejores, sino los que desde muy jóvenes se han dedicado a gestionar influencias e imponer la disciplina de la jerarquía. La voluntad de los ciudadanos es ignorada en la toma de las decisiones importantes, que son adoptadas a la medida de grupos de presión que sólo representan los intereses de minorías mediáticas o económicamente poderosas. Los anteproyectos de ley se elaboran a espaldas de los ciudadanos, manipulando la información y dando por buenos estudios e informes fraudulentos.
El único resquicio de participación que nos dejaron son las convocatorias electorales. Pero en cada una de ellas los partidos mayoritarios recurren a listas cerradas y bloqueadas, a la campaña del miedo, a pedir el "voto útil" para que no gane el adversario con el que se alterna en el poder. Pese a que la sociedad española considera a los políticos el tercer problema del país, se vuelve una y otra vez a votar a los mismos: a políticos que gobiernan aislados de la ciudadanía, y con la intención de mantener esa situación indefinidamente.
El 22 de mayo estamos convocados para ejercer nuestro principal derecho democrático: el voto. Durante la campaña electoral, en un marco de brutal crisis económica, se apelará al miedo más que nunca. Puedes rendirte una vez más, hacerles caso. Pero también puedes tomar conciencia de tu poder como ciudadano: abrir los ojos e implicarte personalmente en la red de ciudadanos hastiados que consideran que está en nuestras manos mejorar la situación.
Puedes contribuir a que haya más debate de los temas importantes, a que se nos informe correcta y objetivamente, a que la toma de grandes decisiones no dependa solo de que dos o tres élites dirigentes se pongan de acuerdo, dando la espalda a la opinión y el interés de la mayoría ciudadana.
Un voto -el tuyo- no puede ser un cheque en blanco para que un partido pueda despreocuparse durante cuatro años de la voluntad popular. La toma de decisiones políticas a la medida de grupos de presión financieros o mediáticos son el síntoma de que algo va muy mal en nuestra democracia: el resultado del divorcio entre la ciudadanía y los partidos mayoritarios que se alternan en el poder.
No te pedimos el voto por ningún partido o ideología en concreto, sino que te informes para comprobar si existen alternativas políticas que quizás representan mejor tus ideas, y lo que los ciudadanos concebimos como democracia. La democracia no son los grandes partidos: la democracia eres tú, y millones como tú.
Sin tu voto no son nada. El próximo 22 de mayo, NO LES VOTES.
Tenemos muchas más razones.
Si quieres debatirlas y trabajar con nosotros, pásate por el wiki: WIKI.NOLESVOTES.ORG
El quién es quién de las manifestaciones del 15-M
SARA RÍOS - www.20minutos.es
Son jóvenes en su mayoría y con un objetivo común: cambiar la realidad social y política de España. Detrás del movimiento 15-M, promovido a través de las redes sociales y que desencadenó el pasado domingo manifestaciones en más de 50 ciudades españolas, se encuentran diversos grupos, como Juventud Sin Futuro, ADESORG o Nolesvotes, coordinados por la plataforma Democracia Real Ya, pero también gente anónima que ha puesto fin a su silencio y conformismo, y ha decidido echarse a la calle a protestar por la situación de crisis.
La plataforma ha unido a estudiantes, mileuristas, trabajadores precarios, pensionistas y parados "Este movimiento es apartidista y asindicalista" comenta José Luis Fernández, presidente de la Asociación Nacional de Desempleados (ADESORG), que también ha estado presente en las marchas secundadas por ciudades españolas. "Somos un movimiento social, cívico y ciudadano", añade.
Democracia Real Ya es una de las asociaciones que han alentado a la ciudadanía a reaccionar ante la gestión de la crisis. Pablo Gallego, integrante de este grupo, lo describe como "una plataforma que ha unido a estudiantes, mileuristas, trabajadores precarios, pensionistas y parados bajo una misma consigna: "No somos mercancía de políticos y banqueros". Con esto promovemos una concienciación política para que las personas reflexionen a la hora de votar y sepan a quién están dando su voto", apunta en un encuentro digital realizado este lunes en 20minutos.es.
La plataforma Juventud Sin Futuro, también presente en las manifestaciones, no solo dirige sus mensajes de reivindicación a los jóvenes. Pablo Padilla, miembro de este grupo, explicó en una entrevista realizada en 20minutos.es que únicamente hace referencia a que "somos los jóvenes quienes hemos iniciado la movilización, pero está claro que tenemos que construir una respuesta entre todas y todos los que nos oponemos a las medidas que favorecen a una minoría que especula con nuestros derechos básicos".
'Nolesvotes' no promueve la abstención, sino el voto responsable Según Pablo Gallego, en Democracia Real Ya "hay más de 500 asociaciones integradas, desde asociaciones de vecinos a Intermón OXFAM".
También la plataforma Nolesvotes está detrás de este movimiento. La filosofía de este grupo surgió para hacer una llamada al ejercicio del voto responsable el 22-M. El origen lo tiene la polémica ley Sinde y los partidos que consiguieron poner en marcha dicha ley: PSOE, PP y CiU. No promueven ni la abstención ni el voto en blanco, y tampoco piden el voto para ninguna opción concreta. Para Nolesvotes el voto es responsabilidad de cada ciudadano.
Otras asociaciones que también forman parte del movimiento son la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Asociación Nacional de Desempleados (ADESORG), todas integradas por jóvenes y no tan jóvenes que decidieron salir a la calle el pasado domingo. Tal y como indican en su página web, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, creada en febrero de 2009, es un "grupo completamente apartidista que incluye desde personas con dificultades para pagar la hipoteca o que se encuentran en proceso de ejecución hipotecaria hata personas solidarias con esta problemática". No somos los culpables de las malas gestiones de los gobiernos.
La defensa de la injusticia social está presente también en la asociación ADESORG, fundada hace más de dos años en Madrid, pero con cobertura a nivel nacional. José Luis Fernández es el presidente de esta asociación, cuyo objetivo es "defender lo que los sindicatos no están haciendo, y que es cubrir al desempleado y a los trabajadores". Fernández se queja de la pasividad de los partidos políticos ("le hemos mandado dos cartas al presidente del Gobierno", indica), y apunta que desde esta asociación reclaman "lo justo: que el ciudadano tenga la capacidad de poder echar a aquel político que lo haga mal". Más de 9.000 personas integran ADESORG, cuyo registro es totalmente gratuito, y de su supervivencia dependen los donativos: "No tenemos subvenciones de ningún tipo, y hemos dado ayuda psicológica y técnica. Este servicio necesita la ayuda de la ciudadanía".
Por último, Fernández lanza un mensaje de reacción ante la sociedad: "Seguiremos movilizándonos hasta que consigamos mentalizar a la gente de que nosostros mismos no somos los culpables de las malas gestiones de los gobiernos que tenemos y hemos tenido".
Gracias a su difusión en Internet y también del boca a boca, el movimiento 15-M ha conseguido ir más allá de una simple protesta social y ha logrado despertar las conciencias de los ciudadanos que hasta ahora se habían mantenido al margen, y que hartos de la situación de pasividad de sindicatos y partidos han decidido echarse a la calle y reclamar lo que es suyo: la democracia.
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