Cada tarde salgo a pasear por mis montes y campos.
Durante al menos hora y media recorro caminos y senderos.
A veces, casi sin querer, descubro veredas nuevas y, de pronto, de forma inesperada, me encuentro en lugares absolutamente mágicos que desconocía que existiesen casi pegados a mi Refugio Verde.
Hace cosa de una semana me ocurrió. Una tarde me dio por probar una nueva ruta y, sin esperarlo, me hallé abrazada por un bosque del terciario, con pinos centenarios y el rumor del agua descendiendo montaña abajo, junto a mí.
Hoy he querido traeros algunas instantáneas de este lugar tan increíble que no me canso de inspeccionar tarde tras tarde.
Confío que te guste tanto como a mí y que con ayuda de estas fotografías sueñes durante un ratito, dejando volar libre a la imaginación...
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