LLega Mayo, el mes de la Diosa... Y como hago cada año, aquí os traigo un monográfico especial donde os cuento la importancia y la trascendencia históricas de dicha festividad
¡MUY FELIZ BELTANE PARA TODOS Y TODAS!
El 1 de mayo constituye la explosión de un nuevo ciclo cargado de vitalidad y potencia para la expresión del poder de la vida representado por la Diosa. De hecho todo el mes de mayo estaba consagrado a la Diosa como mes de las flores y mes de la madre y tomaba su nombre de una diosa de la naturaleza romana llamada "Maia".
La asociación de esta festividad con la fertilidad, hace que se le atribuyan frecuentemente símbolos sexuales más o menos velados en representación de la copula cósmica entre el cielo y la tierra, origen de la fertilización, que dará lugar al parto de natura, la vida que estalla sobre los campos. Así pues, uno de los símbolos más característicos es la vara de mayo, una vara o tronco adornado con hojas y flores en representación del falo celeste que fertiliza el vientre de la madre naturaleza. En algunas poblaciones de Europa existe aún la costumbre de que algunos jóvenes se provean de un tronco de árbol al que adornan, a la usanza de la vara de mayo, con guirnaldas, llevándolo entre risas y algarabías hasta el pueblo, donde lo clavan verticalmente en la tierra. Su simbolismo resulta obvio: representa la fuerza celeste inseminando el vientre de la tierra para traer buenas cosechas y fertilidad sobre el pueblo en cuestión.
Parece ser que en Lituania se acostumbraba a colocar un árbol verde a la entrada del pueblo y luego se escogía a la muchacha más hermosa. Se la coronaba y se la envolvía en ramitas de abedul, colocándola junto al árbol de mayo y bailando y cantando a su alrededor.
En la parte norte de Baviera se coloca un árbol ante una cervecería y un hombre envuelto en paja baila a su alrededor. En otros tiempos se llevaba este árbol en procesión por las calles.
En otros lugares se conserva la costumbre de azotar las piernas desnudas de las muchachas con pequeñas ramitas o con juncos, con lo que antiguamente se pretendía evitar la mala fortuna y procurar la fertilidad. Tal práctica es realmente un activador erótico, si se realiza con suavidad, al favorecer la circulación de la sangre y su irrigación sobre ciertas zonas.
El erotismo resultaba una parte natural de estas fiestas, junto con las flores y los frutos, las canciones y el vino que se elevaban como loas a la Diosa.
No debe extrañarnos que en la mitología cristiana se haya conservado este mes como el mes de las flores puesto que realmente lo es. Pero tampoco debiera extrañarnos que se le denomine el mes de María, dado que la imagen de María ha sustituido en la mentalidad popular a la imagen de la Diosa, pero aun así, el sentido intrínseco sigue invariable en sus más profundas raíces.
Una característica especial que vale la pena remarcar es el nombramiento del rey o reina de mayo, precursores de celebraciones modernas en las que se suele escoger como reina de estas celebraciones a la mujer más hermosa del lugar, una especie de antepasado de las sexuales misses pero con un contenido mucho más bello en significado, puesto que la muchacha escogida lo era, no como una mera alabanza de su particular ego, sino para que representara por un día o por un año a la misma Diosa en la festividad. La razón fundamental para ser elegida en el caso femenino parece ser la hermosura, pero en los casos en los que se escogía un rey de mayo, parece ser que la elección se realizaba a través de una serie de competiciones o festivales atléticos.
En cierto modo podemos entrever aquí a una reina representativa de la Diosa, elegida para incorporar por un breve lapsus de tiempo su presencia entre los hombres y seleccionada por ostentar las virtudes apropiadas a esta festividad tales como la belleza, la dulzura y la juventud, y, por otro lado, tenemos a un rey representado por el héroe que, tras vencer las distintas pruebas, merece compartir con la Diosa los honores del día. Todavía existen en la actualidad poblaciones donde se mezclan los dos tipos de concursos en fechas aproximadas a estas.
En muchas culturas era frecuente que la "Reina de Mayo" cabalgara sobre un caballo blanco y su compañero varón sobre uno negro. Para los nórdicos, ellos eran los dioses Frey y Freya, el Señor y la Señora de cuya unión surgía la fertilidad en cada primavera. Naturalmente, la Iglesia se opuso a este festival pagano. En muchas ciudades durante todo ese mes se hacían repicar las campanas de las iglesias durante la noche, para "proteger a la ciudad del vuelo de las brujas".
Beltane: fertilidad divina
La noche del 30 de Abril comienza la celebración de la fiesta celta "Beltane", cuando el verano comienza, el clima se calienta y el mundo de las plantas florece.
En los viejos tiempos celtas la gente joven podía pasar toda la noche en los bosques. Otras parejas casadas más maduras podían quitarse los anillos de bodas (y las restricciones que implican) una determinada y única noche. Comienza Beltane y con ella los días lóbregos son un recuerdo de los días pasados. La luz renace en el tiempo y el fuego es protagonista. Comienza Samos, el fin del invierno celta e inicio de la mitad lumínica de la Rueda Anual. El mes del Sauce atraviesa Beltane y le confiere su esencia mágica.
En ese día tuvieron lugar las invasiones míticas de Irlanda, y era una fiesta sacerdotal.
Es, sin duda, la festividad de la sexualidad y la fertilidad. En pleno ciclo de fecundación y floración, Beltane nos recuerda la capacidad divina de creación y placer que poseen nuestros cuerpos, supone la reivindicación del cuerpo como algo sagrado.
Su nombre representa una idea de luz y de calor, de brotes de la vegetación que alimentarán al ganado. En conjunto, el vocablo "beltane" o "beltene" venía a significar "buen fuego" o "fuego luminoso". Este nombre es el más popularmente conocido, sin embargo, se puede nombrar a la fiesta como"cetamain" o Beltaine. Otros nombres son "Calan Mai", "Bealltainn", "Calan Me", "Boaldyn" y "Kala Mae". Así como otros más antiguos: Kentu-saminos o cét-sam-sin, del cual deriva el "Ceitein", nombre actual gaélico escocés. Entre tribus de la Galia meridional, se apunta el nombre de Giamonia, derivado del mes del calendario de Coligny, Giamonios.
Esta fiesta conmemoraba el momento en que los Tuatha de Dana pusieron pie en Irlanda, tras quemar las naves que les habían conducido, para expresar de aquel modo su vocación de establecerse en el lugar al que habían llegado. Es el momento de mayor fertilidad del año.
Para llevar a cabo el ritual previamente se apagan todos los fuegos existentes en la tribu o comunidad, como una forma simbólica que representa la ausencia de éste. Al amanecer, cuando el alba empiece a despuntar sobre la primera mañana del verano, se enciende ritualmente el fuego donde se regenera la propia vitalidad espiritual. La hoguera, ha de estar formada por nueve maderas sagradas de nueve árboles diferentes que serán portadas por nueve personas. Cuando arda, obtendremos ascuas para encender otros pequeños fuegos en este amanecer de Beltane, en oposición a Samhain donde los fuegos arden en el crepúsculo.
En estos momentos mágicos, en que también nuestros antepasados atravesaban -tanto ellos como su ganado- el humo en un rito de limpieza y purificación, el fuego era y es símbolo divino.
Beltane, también es la noche que dedicamos al Dios Belenos. Belenos posee también otros nombres como Borno o Grannios de la Keltia continental, o Balor o Beltayne de la keltia Irish o Beli o Balor de los celtas galeses o Bel o Belenos de los celtas de la Isla de Man o también Bile o Belenos de los celtas scottish. Siendo de esta manera un dios de amplio ámbito celta.
Este fuego se encomendaba al patronazgo del Dios "Bel" o Belem, el dios céltico asociado a la luz y, por lo tanto al fuego solar. Manifestación, por otra parte del Señor del Verano y asociado con los poderes sanadores del Sol.
El monte Saint Michael donde en otro tiempo se conoció a la virgen negra como Notre Dame du Mont Tombe, se llamó con anterioridad "Tombelen" y parece ser que, en efecto, los cultos de Belem se hayan directamente asociados con un culto matriarcal a una diosa progenitora expresada como madre naturaleza, lo que nos lleva de nuevo a la madre de mayo. Las vírgenes negras fueron el símbolo de esa diosa, posteriormente cristianizadas como representaciones de María.
No obstante, por su carácter solar, Belem era adorado a través de rituales mucho más conectados con la idea de fertilidad y sexualidad a menudo de carácter orgiástico.
Con frecuencia, su festividad honraba igualmente a la diosa bajo sus nombres de "Flora" (madre natura vinculada a la idea de vegetación y florecimiento), "Maia" (de cuyo nombre deriva el mes) y "Venus" (la diosa romana del amor, del placer y la sexualidad), análoga a la "Freya" nórdica. La diosa misma era la reina de mayo, a la que representaría la joven elegida como la más hermosa.
Junto con la movilización del ganado hacia áreas de pasto, las familias supervisaban el nacimiento de las crias de sus animales. Sin duda alguna le "daban la bienvenida" a los pastos verdes y a las bayas que estaban disponibles. En esta época también podían viajar por los caminos, ya que no estaban bloqueados por la nieve o el fango. Esta época pudo haber sido la adecuada para el intercambio comercial.
Nuestros antepasados también tenían más formas de saludar estos días de celebraciones y participar de la energía sanadora del astro-dios. Una de sus costumbres consistía en levantarse antes de que el sol apareciese, después de una vigilia en los bosques sagrados, donde habían participado en los ritos sexuales de Beltane. Iban a alguna colina cercana para observar la salida del sol y bañarse en sus vivificadores rayos. Dicho baño podía tomarse también de una forma más simbólica, bañándose en fuentes sagradas y manantiales en los cuales los rayos sol habían quedado atrapados o bebiendo el agua de éstos o de pozos también sagrados, donde la luz solar había quedado retenida. Los druidas aconsejaban que se bebiera el agua de esos manantiales antes de la salida del sol, que se lavaran con el rocío de la mañana y se adornaran con flores. Todo este ritual se realizaba para, después, danzar en torno del árbol de mayo, dejándose llevar por la festividad estacional.
El rocío de las mañanas de Beltane también se recogía, guardándolo con el fin de usarlo en posteriores rituales. El rocío en su concepto mágico era considerado una esencia destilada de la Tierra por medio del fuego (el sol). Una alquimia de la naturaleza espiritual de la Madre Tierra, en cuyo seno los manantiales y arroyos representan sus órganos femeninos con sus propiedades curativas. La diosa de la Tierra (Madre Tierra), era la esposa del Sol, ambas deidades, dadoras de vida.
Era y es un tiempo de fiesta, alegría, casamientos y magia sexual con lo que se trataba de perpetuar la estación. Se escogía a una "Doncella de la Flor", también denominada "Reina de Mayo", que era la representante simbólica en esta fiesta de la Diosa en uno de sus triples aspectos de transformación, de virgen a madre.
Quizás una de las tradiciones más incomprendidas de Beltane es la relativa al festejo y expresión del placer sexual. Aún mucho tiempo después de que la forma cristiana de matrimonio (y sus estrictas reglas de monogamia sexual) reemplazaran a las costumbres del "Enlace de Manos", esas reglas monogámicas se relajaban para los ritos de mayo. Se les llamó entonces "matrimonios del verde bosque" (Greenwood Marriages), por los hombres y las mujeres que pasaban la noche en el bosque y volvían trayendo ramas, flores y guirnaldas para decorar el pueblo en la mañana. Numerosas muchachas terminaban embarazadas a raíz de estos retozos en las montañas, y tales niños fueron llamados "alegremente obtenidos" (merry be-got). Esto fue especialmente condenado por los Puritanos.
Las festividades celtas en general y Beltane en particular, además de lo expuesto, tenían otros objetivos, tales como la sana intención de reforzar los vínculos entre las tribus y entre los clanes. Los celtas se reunían en estos acontecimientos masivamente, lo cual servía para fomentar alianzas entre tribus y fortalecer los lazos entre clanes y familias. Durante dichas celebraciones no había una sola refriega entre ellos y las armas estaban prohibidas. A esto se le sumaba el componente mágico con sus liturgias rituales lo que convertía a Beltane en una comunión que rebasaba la simple fiesta.
Tampoco debemos olvidar al dios Cernunnos, que en Beltane es despedido para que se convierta en una parte real del mundo de las plantas y animales en nuestro propio medio. Transformándose, de esta manera, en el señor y espíritu de todas las cosas salvajes.
La festividad de Beltane, es una celebración alegre, extrovertida, divertida, animada. La energía que nos proporciona es más activa que reflexiva. Es la expansión que estará en nosotros a medida que el Verano galopa hacia su punto culminante.
Hay muchas formas en las que, en la actualidad, puedes celebrar Beltane:
-Tejiendo una guirnalda de flores para adornar tu pelo.
-Usando ropa verde durante todo el día y ninguna cosa en toda la noche.
-Colgando frutas y dulces cocidos de árboles y arbustos para el festejo posterior
-Haciendo un fuego de Beltane: salta sobre él para limpiarte a ti mismo o declara tus deseos y deja que el fuego los transporte hacia el cielo.
-Saltando sobre las plantas de tu jardín.
-Erigiendo un Palo de mayo: escoge una cinta brillante del color que simbolice tu deseo, y baila y teje las hebras...
-Realizando el Gran Rito simbólicamente con tu pareja en tu jardín, los bosques, o el área ritual de tu casa.
SIMBOLISMO DE BELTANE:
Plenitud de la primavera, momento ideal para defenderse contra el mal.
SIMBOLOS DE BELTANE:
Triángulos, estrellas, pentágonos, espirales (no se debe usar mas de dos de ellos a la vez)
HIERBAS DE BELTANE:
Sauce, flores de espino y otras flores de primavera.
COMIDAS DE BELTANE:
Cereales, fresas, moras, frambuesas y otras frutas rojas de bosque.
INCIENSOS DE BELTANE:
Jazmín, vainilla.
COLORES DE BELTANE:
Naranja, amarillo, rojo, blanco.
PIEDRAS DE BELTANE:
Coral, jade, perlas, esmeraldas, zafiros y cuarzos rosas.