Hoy, 23 de abril, celebramos en España dos fiestas principales. Por un lado se festeja el Día del Libro y, por otro, se celebra la onomástica de San Jorge o Sant Jordi, patrón de Cataluña y de Aragón.
Hoy es un día en que editoriales y floristas hacen su agosto al vender gran cantidad de libros y de rosas. Pero, ¿de dónde viene la tradición de regalar dicha flor como homenaje de este santo? ¿Cómo es posible que se festeje su lucha contra un dragón, cuando los dragones, hasta el momento, sólo pueden ser catalogados como seres míticos y legendarios?
Hoy, desde las líneas de este humilde blog, intentaré acercaros, del modo más ameno posible, la verdad oculta tras la tradición y la costumbre. Hoy, como diría Unamuno, os regalo una rosa en forma de vívida intrahistoria.
VIDA TRADICIONAL DEL SANTO
La tradición nos habla de un Jorge de Capadocia (en la actual Turquía), nombre de un soldado romano, mártir y más tarde santo cristiano. Pese a que su existencia histórica no es demostrable, se le atribuye haber vivido entre el 275 ó 280 y el 23 de abril de 303.
Es la misma tradición oral y escrita quien nos relata que Geroncio, su padre, servía como oficial en el ejército romano. Su madre, Policromía, volvió a su ciudad natal con su joven hijo tras enviudar, Lydda (luego Diospolis, actualmente Lod, en Israel) y, a pesar de su estado de viudez, fue capaz de darle una buena educación a su hijo.
El joven siguió los pasos de su padre y se unió al ejército poco después de llegar a la mayoría de edad. Debido a su gran carisma subió pronto de grado, llegando antes de haber cumplido la treintena a ser tribuno y comes. Hacia esa época ya se le había destinado en Nicomedia como miembro de la guardia personal del emperador romano Diocleciano.
En el año303, Diocleciano emitió un edicto autorizando la persecución sistemática de los cristianos a lo largo y ancho del imperio. Parece ser que Jorge recibió órdenes de participar en la persecución, pero que prefirió dar a conocer su condición de cristiano y criticar la decisión del emperador. Un airado Diocleciano reaccionó ordenando la tortura y ejecución del traidor.
Tras diversas torturas, Jorge fue decapitado frente a las murallas de Nicomedia el 23 de abril del 303. Los testigos de sus sufrimientos convencieron a la emperatriz Alejandra y a una anónima sacerdotisa pagana a convertirse al cristianismo, que pasarían a unirse a Jorge en el martirio. Su cuerpo fue devuelto a Lydda para ser enterrado.
Veneración como mártir
Pese a que como he indicado, la historia anterior es, en el mejor de los casos, dudosa, lo que sí que es cierto, sin lugar a dudas, es que su veneración como mártir comenzó relativamente pronto.
Se tienen noticias, a través de relatos de peregrinos, de una iglesia construida en Diospolis (la antigua Lydda) en su honor durante el reinado de Constantino I, que se convirtió en el centro del culto oriental a Jorge.
Hacia los años 518-530, el archidiácono y bibliotecario Teodosio relata que Diospolis era el centro del culto de Jorge. Asimismo, un peregrino anónimo de Piacenza también lo menciona hacia el año 570.
Durante el siglo IV, la veneración al santo se extendió desde Palestina al resto del Imperio Romano de Oriente. En el siglo V su popularidad llegó a la parte occidental del imperio.
La iglesia de Diospolis fue destruida en 1010 y más tarde reconstruida por los cruzados.
En 1191, durante la Tercera Cruzada (1189-1192), el templo fue destruido de nuevo por las fuerzas de Saladino. Finalmente, una nueva iglesia fue erigida en 1872 y aún se mantiene en pie en el lugar.
Canonización
En el año 494 Jorge de Capadocia fue canonizado por el papa Gelasio I, mas lo incluyó junto con «...aquellos cuyos nombres son justamente reverenciados, pero cuyos actos sólo son conocidos por Dios».
Esta afirmación no evitaría la creación de diversas historias apócrifas sobre su vida, varias de ellas llenas de milagros.
De acuerdo con la Enciclopedia Católica, el texto más antiguo preservado sobre la vida del santo se encuentra en el Acta Sanctorum, identificado por estudiosos como un palimpsesto del siglo V, «lleno de extravagancias y maravillas más allá de cualquier credibilidad».
Hacia finales del siglo VI, el abad irlandés Adomnanus, de la abadía de la isla de Iona, relata algunas de las leyendas orientales de Jorge recogidas por el obispo galo Arkulf, en su peregrinaje a Tierra Santa en el año 680.
En los comienzos del Islam, el santo cristiano se unió —a través del sincretismo religioso y cultural— con el profeta judío Elías, el predicador judío-samaritano Pineas y el santo islámico al-Hadr para formar una figura religiosa que era y todavía es venerada en las tres grandes religiones monoteístas.
Popularidad en Occidente Se puede demostrar que en el reino Franco merovingio ya se veneraba a Jorge de Capadocia en el siglo VI. Sin embargo, no será hasta la Alta Edad Media, hasta la época de las cruzadas y de la caballería, que se extienda el culto por toda Europa.
Jorge se convirtió en el protector de los cruzados en la conquista de Jerusalén (15 de julio de 1099). Como miles Christi, es decir, 'soldado de Cristo', se convirtió en patrón de los caballeros y soldados, y en protector de algunas órdenes religiosas militares, como la Orden Teutónica o la Orden del Temple.
Hacia el siglo XII, la leyenda áurea se extendió por Europa.
Santiago de la Vorágine, arzobispo de Génova escribió la Legenda sanctorum, una colección de fábulas sobre distintos santos. La historia de Jorge de Capadocia destacaba entre otras. El libro, por el valor que tenía a ojos de los lectores del siglo XIII, acabó conociéndose como "Legenda aurea".
La información contenida en sus 177 capítulos (que en otras ediciones son 182) actualmente se considera falsa, pero de notable valor literario. Se estima que el libro tuvo una profunda influencia en la extensión de la leyenda en Occidente, tanto a nivel popular como en la literatura y la pintura de Europa Occidental.
En los últimos siglos de la Edad Media, Jorge se convirtió en patrón de ciudades, burgos y casas nobles; también llegó a ser el primero de los 14 santos ayudadores como protector de los animales domésticos.
ESPAÑA
La Corona de Aragón En 1096, las huestes del rey Sancho Ramírez de Aragón asediaban la ciudad de Alcoraz, cerca de Huesca. Tras recibir ayuda desde Zaragoza, los asediados consiguen matar al rey, pero ganan la batalla de Alcoraz, según la tradición, gracias a la aparición de Jorge. Posteriormente el rey Pedro I de Aragón conquista Huesca tras invocar la ayuda del santo.
El patrocinio de Jorge de Capadocia sobre los reyes de Aragón y, por extensión, sobre toda la Corona de Aragón se reconoce oficialmente en el siglo XV con la creación de una festividad.
Actualmente el 23 de abril, día de San Jorge, es festivo en Aragón, concelebrándose el Día de Aragón.
La cruz de San Jorge aparece en el tercer cuartel del Escudo de Aragón, junto con cuatro cabezas de moros, representando la victoria de Pedro I en la batalla de Alcoraz, el primer gran hito de la reconquista y donde 40.000 hombres lucharon por Huesca en 1096. Completan el escudo los cuarteles del Árbol de Sobrarbe (fueros que defendían la ley sobre el rey), La Cruz de Iñigo Arista (vinculación Aragón y Navarra) y las Barras de Aragón (en la cultura general nos recuerda a la casa de los Condes de Barcelona. Sin embargo se conoce de la existencia y uso de este emblema por la casa Aragón mucho antes. Las barras fueron el emblema de los Papas y los Reyes Aragón entre otros Señores en la Edad Media son vasallos de Roma y Avignón. Posteriormente se convirtió en el símbolo de la Corona de Aragón).
Pedro IV no sólo introdujo la Cruz de San Jorge en el tercer cuartel del Escudo de Aragón, además usó una cimera con un dragón. De ahí el entramado que hizo a Jorge patrón de Aragón, por serlo de su rey, y con ello de todos los reinos que componían la Corona de Aragón.
El escudo aparece impreso por primera vez en Zaragoza, por las prensas del impresor alemán y 'magnifico maestre Paulo Hurus, de la imperial ciudad de Constanza', el 12 de septiembre de 1499; aunque el cuartel de la cruz se San Jorge es mucho más antiguo.
Cataluña
La bandera de Barcelona luce dos cruces de Sant Jordi. La cruz de San Jorge es el primer emblema de la Generalidad de Cataluña. Actualmente la cruz aparece en el escudo de Barcelona. Según el Costumari Català de Joan Amades, el hecho de que Jorge sea el patrón de los caballeros es debido a la ayuda que prestó al rey Pedro I de Aragón en una batalla en el año 1094 contra los musulmanes. Para agradecer la gesta, el rey lo nombró no sólo patrón de la caballería, sino de la nobleza.
En Cataluña la fiesta del Día de San Jorge se generalizó también a mediados del siglo XV.
El 23 de abril no sólo se veneraba al santo en el altar, también se realizaban fiestas profanas, como las justas caballerescas y torneos que el estamento militar de la nobleza catalana organizaba en la plaça del Born de Barcelona y en las que las damas eran obsequiadas con una rosa por su caballero.
Aunque fue una costumbre elitista en un principio, se trasladó al resto de la sociedad, con el paso de los años, gracias a la barcelonesa Fira dels enamorats (Feria de los enamorados) en el siglo XV, cuando se repartían rosas entre todas las señoritas que asistían a la función religiosa celebrada en el Palau de la Generalitat.
El simbolismo de la rosa roja es la pasión, la espiga de trigo la fecundidad, y la senyera (bandera) el patronazgo del santo.
La fiesta se ha convertido, con el tiempo, en el día de los enamorados catalán: el enamorado regala a la amada una rosa roja. Más tarde se generalizó la costumbre de que, como contrapartida, las mujeres regalaran un libro a sus amados.
En Montblanc (Tarragona) se representa el 23 de abril la leyenda de «Sant Jordi i el Drac», (San Jorge y el dragón), ya que se conmemora la ocurrencia de los hechos en la ciudad. Y en Sant Climent Sescebes hay una procesión a la Roca Encantada, donde se supone que hay un gran tesoro que sólo puede ser encontrado esa noche.
Comunidad Valenciana El santo es muy venerado en Alcoy y Bañeres, donde se celebran en su honor las fiestas patronales de «moros y cristianos». En Bañeres, además, se escenifica, cada tres años, la famosa leyenda del dragón y la princesa, organizada por la Associació de la llegenda de Sant Jordi.
La Rioja Es patrono de Santurdejo. El día de su festividad se celebran danzas y procesiones en su honor. Antiguamente gente enferma de todos los rincones se acercaba a la iglesia de San Jorge en Santurdejo y daban vueltas a su alrededor para ser curados por los milagros del Santo.
Extremadura Jorge de Capadocia es patrón de la ciudad de Cáceres, siendo festividad local el 23 de abril, y celebrándose en la noche del 22 de abril (víspera del día del patrón) con la quema del dragón en la Plaza Mayor.
Portugal
Parece ser que los cruzados franceses que ayudaron a Alfonso Enríquez en la conquista de Lisboa en 1147, introdujeron el culto a Jorge en Portugal. Sin embargo, se cree que no fue hasta la época de Alfonso IV en la que se pasó a usar el nombre de San Jorge como grito de guerra, en lugar de "Santiago".
Nuno Álvares Pereira, condestable de Portugal y profundo devoto del santo, consideraba a Jorge como adalid de la victoria de Aljubarrota contra los castellanos.
También Juan I de Portugal era devoto de Jorge. Tanto es así que sustituyó a Santiago por Jorge como santo patrón de Portugal. En 1387 ordenó que su imagen a caballo fuera sacada en la procesión de Corpus Cristi, tradición que se extendió también al Brasil.
Ya en 1386, Inglaterra y Portugal —unidas también por el patronato de San Jorge— firmaron la alianza anglo-portuguesa, que todavía sigue en vigor.
ALEMANIA En el siglo IX (o quizás posteriormente el siglo XI) aparece en Alemania la Canción de San Jorge. La canción, basada en precedentes latinos y redactada en alto alemán, cuenta el martirio del santo. Es atribuida al primer poeta conocido en lengua alto alemana, Otfrid von Weißenburg, aunque sólo se puede demostrar la existencia de la canción a partir del siglo XI. Su origen podría estar en el monasterio de Prüm, al que el emperador Lotario I donó un brazo cercenado y disecado, diciendo que era una reliquia de San Jorge. Eso lo convirtió en el centro de veneración de los francos. Sin embargo, el lenguaje alto alemán indica un origen en la isla de Reichenau.
Hacia el siglo IX llegaron a Reichenau, desde Roma, entre otras reliquias, un cráneo que era atribuido a Jorge. Para esta reliquia se construyó la iglesia de San Jorge. Esta iglesia, declarada en el siglo XX Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha conservado pinturas murales del siglo X con escenas de la vida de Jesucristo tomadas de los Evangelios. Como consecuencia, Reichenau se convirtió en un gran centro de veneración de Jorge de Capadocia, que extendió su influencia hasta el convento de Sankt Georgen en la Selva Negra.
Islas Británicas
El rey Eduardo III de Inglaterra, conocido por promover el código de la caballería, fundó en 1348 la Orden de la Jarretera y nombró a Jorge como su patrono.
Los antiguos archivos de la orden fueron destruidos por el fuego, pero se cree que en 1344 o en 1348, Eduardo III proclamó a Jorge de Capadocia como patrón de Inglaterra. A pesar de que su culto fue reprimido en la época de la Reforma por la Iglesia de Inglaterra, la capilla de San Jorge en el Windsor (completada entre 1483 y 1528) se mantuvo como sede de la orden.
De hecho, la bandera de Inglaterra es la cruz de San Jorge.
La leyenda del dragón
En el siglo IX aparece otra popular historia: San Jorge a caballo como vencedor tras luchar contra un dragón. Esta historia, que es parte de la leyenda dorada, también es conocida como «San Jorge y el dragón», y es el más que probable origen de todos los cuentos de hadas sobre princesas y dragones en Occidente.
Hay que tener en cuenta que la leyenda se relata en diversas partes de Europa y Asia Menor como propia (e incluso en Japón, donde se puede equiparar a Jorge con el dios del trueno Susano-oh, a la princesa con la doncella Kushinada y al dragón con Yamata-no-Orochi), así que los detalles varían según la tradición local.
La narración de esta aventura comienza con un dragón que hace un nido en la fuente que provee de agua a una ciudad. Como consecuencia, los ciudadanos debían apartar, diariamente, al dragón de la fuente para conseguir agua. Así que le ofrecían, cada día, un sacrificio humano que se decidía al azar entre los habitantes. Uno de esos días resultó seleccionada la princesa local.
En algunas de las versiones del relato aparece el rey, su padre, pidiendo por la vida de su hija, pero sin éxito.
Cuando la dama está a punto de ser devorada por el dragón, aparece Jorge en uno de sus viajes (a menudo a caballo), se enfrenta con el dragón, lo mata y salva a la princesa. Los agradecidos ciudadanos abandonan el paganismo y abrazan el cristianismo como pago a su favor.
La historia, antiguamente considerada verdadera, ha sido abandonada progresivamente. Pero, ¿qué ocultos simbolismos prevalecen tras la leyenda de la lucha a muerte con el dragón?
Simbolismo e interpretaciones El significado del nombre hay que buscarlo en el griego, donde se conoce como "Georgos", el cual deriva de "Georgeron", es decir "el que trabaja la tierra". El simbolismo del mismo nos acerca a su origen más remoto. El que trabaja, cuida, atiende y ayuda a dar fruto a la tierra es, en efecto, el agricultor. Pero aquí hemos de verlo como el que hace fructificar a la Madre Tierra, su complemento, el que hace renacer la vida en ella.
En la antigua Mesopotamia ya encontramos una figura análoga en "Tammuz", la parte masculina de "Ishtar". En algunos casos, como parte de ella misma y en otros como su pareja, su dualidad.
Esa dualidad de la figura de San Jorge la encontramos a menudo, tanto en las tradiciones orientales, como en la tradición templaria. El yin y el yang, dos jinetes en un caballo, el beauceant mitad blanco y mitad negro, gemelos fundadores de ciudades, el mismo signo de Géminis tallado en la piedra de algunos lugares de culto, indicando su posición en el solsticio de verano...
Por otra parte, tenemos la imagen que nos llega del santo, casi siempre a caballo, lanceando al dragón en presencia de una princesa a la que libera de su cautiverio. Más reales, aunque menos espectaculares, son las otras imágenes que hallamos de él en las que suele representársele a pie o a caballo, acompañando a la dama y con el dragón sojuzgado, dominado, pero no muerto. San Jorge lucha contra el mal pero no lo destruye, sólo lo retiene, lo controla. No vence, convence en cierta manera al que estaba descarriado o preso del furor descontrolado. No destruye nada. Él es el que ayuda a la Madre a dar vida, nunca la arrebata.
Así que, por un lado subyace una antigua interpretación cristiana del mito: Jorge sería el creyente, el caballo blanco de la Iglesia y el dragón representaría al paganismo, a la idolatría, a la tentación, al pecado, a Satanás.
También es cierto que algunos historiadores laicos consideran que la historia tiene raíces más antiguas que las cristianas. De este modo, un más que digno candidato a predecesor de Jorge de Capadocia es el dios Sabacio, padre celestial de los frigios, conocido como "Sabazius" por los romanos. Evidentemente su imagen a caballo arrollando a una serpiente es el origen de la popular imagen de San Jorge sobre un caballo blanco.
Por otra parte, la historia de Jorge y el dragón tiene muchos elementos comunes con el antiguo mito griego de la princesa etíope Andrómeda y su salvador y posterior esposo Perseo, vencedor de la gorgona Medusa. En ambos casos hay un dragón/gorgona con su decapitación, una princesa y una recompensa que, en un caso se trata del matrimonio y, en el otro, de la conversión de la ciudad.
Finalmente, el origen podría estar en una manifestación alternativa de Miguel Arcángel, que está al frente de las huestes celestiales.
Sin embargo, también tienen cabida otro tipo de interpretaciones:
Interpretaciones historicas La versión historicista principal consiste en identificar al dragón con los enemigos de la época medieval, es decir con los sarracenos contra los que se luchaba. Según esta interpretación, la doncella representaría a Cataluña y las destrucciones causadas por los ejércitos sarracenos serían equivalentes a las desgracias que causa el dragón en la leyenda.
Interpretaciones naturalistas Esta interpretación relaciona a San Jorge con la protección del trigo, de la agricultura y de la tierra y sería una evolución de una primitiva divinidad agraria. El dragón, en cambio, simbolizaría la naturaleza y sus ciclos, la lluvia, el trueno y la vida vegetal.
Es ésta una visión tal vez más compleja, con más posibles interpretaciones sobre la germinación y el cambio de solsticio.
Tenemos que tener en cuenta el hecho de que en muchas culturas orientales y occidentales, anteriores a la cristiana, el dragón no es un símbolo negativo, sino un símbolo que condensa toda una serie de significados positivos de naturaleza, de equilibrio y de prosperidad.
Interpretaciones psicológicas En la obra de Sigmund Freud y de otros psicoanalistas se propone una equivalencia entre el simbolismo onírico, de los sueños, y el simbolismo de los cuentos y leyendas. La interpretación concreta que se quiera hacer de cada símbolo y de cada historia dependerá probablemente de cada autor y de cada escuela de pensamiento. En el caso de San Jorge y el dragón también se pueden buscar diferentes lecturas psicologistas.
De todas ellas, destaco la visión de Carl Gustav Jung. Para Jung y otros, la lucha de un heroe contra un monstruo representa la lucha interior entre el Yo y el lado instintivo y caótico del inconsciente. La lucha de San Jorge constataría, pues, la lucha para dominar los instintos y los aspectos regresivos.
SAN JORDI Y EL DÍA DEL LIBRO
Me parece necesario aclarar que la coincidencia del Día del Libro con la festividad de San Jorge no tiene nada que ver con el santo.
El Día del Libro comenzó a celebrarse el 7 de octubre de 1926 en conmemoración del día de nacimiento de Miguel de Cervantes. La idea fue del escritor y editor valenciano, afincado en Barcelona, Vicent Clavel Andrés, que la propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona.
El 6 de febrero de 1926, el gobierno español, presidido por Miguel Primo de Rivera, lo aceptó y el rey Alfonso XIII firmó el Real decreto que instituía la “Fiesta del Libro Español”.
En 1930 se acordó cambiar la fecha trasladándola al 23 de abril, día de la muerte de Cervantes.
Posteriormente, en 1995, la UNESCO instituyó el 23 de abril como el Día Mundial del Libro y del derecho de autor. Se calcula que más de 80 países del mundo celebran el Día del Libro por esta fecha, aunque Gran Bretaña e Irlanda lo festejen el 14 de marzo.
Hay que recordar también que otro 23 de abril, esta vez de 1616, moría el célebre dramaturgo inglés William Shakespeare.