Revista Diario

MONOGRÁFICOS DE AYER Y HOY: "Historia en Intrahistoria de la Semana Santa"

Publicado el 02 abril 2012 por Hada

La mayor parte de las celebraciones correspondientes a los días festivos de nuestros calendarios mezclan la temática religiosa cristiana con las tradiciones paganas, el simbolismo de ciertos acontecimientos, naturales o místicos, con las creencias acumuladas a lo largo de los siglos. Lo mismo ocurre con la Semana Santa. Esta fiesta en que se recuerda el sufrimiento de Cristo, su sacrificio por todos y se celebra su resurrección de entre los muertos, tiene un origen mucho más antiguo que el meramente cristiano.

Hoy, como cada año, desde estas líneas, intentaré mostrároslo.

HISTORIA E INTRAHISTORIA DE LA SEMANA SANTA

 

La Semana Santa es una celebración anual en la que el calendario cristiano conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, por lo que es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Oficialmente da comienzo el Domingo de Ramos y acaba el Sábado Santo, aunque su celebración suele iniciarse en muchos lugares desde el viernes anterior (Viernes de Dolores) y alcanza hasta el Domingo de Resurrección o, incluso, hasta el conocido como Lunes de Pascua.

Esta época cuenta con celebraciones propias que recuerdan la institución de la eucaristía en el Jueves Santo, la crucifixión de Jesús y su muerte el Viernes Santo y su Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección. Asimismo, durante estos días tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y representaciones de la Pasión. En España existen muy diferentes maneras de conmemorar la Semana Santa y así podemos pasar de la austeridad y el silencio de las celebraciones castellanas al derroche de luz y color de las andaluzas y levantinas.

Para los católicos, dentro de la tristeza que domina los días de penitencia en los que se revive el sufrimiento de Jesucristo, no todo en la Pascua es dolor. La Semana Santa es, en primer lugar, una ofrenda al regreso de Cristo del mundo de los muertos. Cristo resucita al tercer día y de la muerte, nace la vida.

También los ortodoxos conmemoran con la Pascua, "la fiesta de todas las fiestas", como se denominaba en la Rusia antigua a la resurrección de Cristo. Procesiones de velas y cruces, y grandes liturgias en sus llamativas iglesias recuerdan que el hijo de Dios vive. Cuarenta días, hasta la ascensión de Cristo a los cielos, dura la Pascua ortodoxa.

Por su parte, los protestantes son los cristianos más fieles al mito original y pagano de la Pascua co-celebrando también  el nacimiento de las flores y del verde que cubre los campos y los bosques.

LOS RITOS PAGANOS Y LA SEMANA SANTA

 Remontándome en el tiempo quiero empezar esta reflexión escrita hasta la diosa germánica "Freya", quien era conocida como la diosa de la paz, la divina representación del placer de la fertilidad. Su símbolo sagrado no era otro que el pez.  Símbolo que, además, había sido reconocido como de suma fertilidad desde tiempos muy antiguos por muy diferentes pueblos como pueden ser babilonios, asirios, fenicios y chinos. La propia palabra "Pez" proviene de la palabra "Dag", que implica aumento o fecundación. La razón por la cual el pez fue usado como símbolo de la fertilidad es por el simple hecho de que este animal tiene un alto índice de reproducción. El bacalao, por ejemplo, pone alrededor de nueve mil huevos y otras clases, incluso ponen diez mil y hasta un millón de huevos al año. Por eso, el pez ha sido símbolo de fertilidad y fue asociado por los romanos con Freya, cuyo día conmemorativo era el viernes. De ahí viene la palabra inglesa "Friday", que, en inglés, significa Viernes. De ahí podemos empezar a ver el significado de los viernes y del Pez.

Por su parte, a la diosa de la fertilidad, los griegos la llamaban Venus. El viernes también era considerado como su día sagrado porque se creía que el planeta Venus reinaba sobre la primera hora del Viernes y por esto era llamado "Dies Veneris". El pez era considerado la ofrenda consagrada a ella.

Venus y Freya eran originalmente la misma diosa y ambas provienen de la madre-diosa original de Babilonia. El pez era considerado consagrado a Astaroth, el nombre bajo el cual los israelitas adoraban a la diosa pagana. Por otro lado, en el viejo Egipto, Isis es frecuentemente representada con un pez en la cabeza.

 

 

La Pascua Pagana

 

Comencemos por estudiar el origen de la palabra "Pascua" que aparece en la Biblia.

Su origen está en el término "Pascha" (Heb. "Pesaj"; Gr. "Pasja"), la fiesta ordenada por Jehová (Lev. 23: 27-44) como Sábado de Expiaciones en recuerdo a la salida de Israel de Egipto.

Todos sabemos que en las regiones nórdicas de Europa, así como en  Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua se celebra con varias costumbres como el pintar huevos de diferentes colores, que luego se esconden y que los niños buscan para comérselos. ¿Pero de donde proviene esta costumbre?

Resulta que el huevo era un símbolo sagrado usado por los babilonios quienes creían en una vieja fábula acerca de un huevo de gran tamaño que se suponía había caído desde el cielo al río Eufrates. De ese maravilloso huevo -de acuerdo con la historia- fue engendrada la diosa Astarté. Por esto el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa (en inglés, Easter). Desde Babilonia el resto de la humanidad se llenó de estas creencias y toda la tierra recibió la influencia de la idea del huevo místico.

También los antiguos druidas portaban un huevo como emblema sagrado de su fe idólatra. Asimismo, la procesión de Ceres, en Roma, era precedida por un huevo y en los misterios de Baco se consagraba un huevo como parte de la ceremonia festiva. En China se siguen usando huevos de colores en su festival sagrado, mientras que en el Japón, una vieja costumbre consiste en colorear los huevos sagrados de forma muy brillante. Entre los egipcios, el huevo estaba íntimamente asociado con el sol al que llamaban "el huevo dorado".

El huevo flotando en las aguas que contenían el mundo era la "casa" flotando sobre las aguas del Diluvio con los elementos del nuevo mundo en su base. La Iglesia Romana adoptó este huevo mística de Astarté y lo consagró como un símbolo de la resurrección de Cristo: el cristianismo original sugirió que, al igual que un pollo sale del huevo, Cristo salió de la tumba. De hecho, el papa Paulo V decretó una oración en conexión con el huevo:  "Bendice, oh Señor, te pedimos, a esta tu creación de "Huevos", que sean sustentos a tus siervos, comiéndolos en recuerdo de nuestro Señor Jesucristo".

Otra costumbre de la Semana Santa es la celebración del culto "al amanecer". La opinión común es que esto se debe a que Cristo resucitó en la mañana del Domingo de Pascua, al salir el sol. Sin embargo, tal y como consta claramente en los Evangelios, su resurrección no ocurrió al amanecer, ya que "siendo aún oscuro, María Magdalena llegó al sepulcro el primer día de la semana" (Jn. 20: 1). En cambio, sí que existía un tipo de culto pagano al amanecer, conectado con la "Adoración al Sol".

Cierto es que los ritos relacionados con el amanecer -en una u otra forma- eran conocidos, también, en infinidad de naciones. Quienes construyeron la Esfinge en Egipto, lo hicieron para que cuidase del nacimiento del sol al Oriente. Desde el monte Fuji-Yama (Japón) se dan oraciones cara al Oriente y los mitraistas paganos de Roma se reunían al amanecer en honor de su dios solar.

Con relación a que la Semana Santa coincida con el comienzo de la primavera, si nos trasladamos a los escritos bíblicos sobre el profeta Ezequiel, en el capítulo 8 podemos leer cómo  Ezequiel vio los ritos al sol explicando que incluso la gente que conocía a Dios, se había mezclado con la religión de Babilonia, lamentando con Ishtar, la "madre", al Tammuz muerto. Todo ello formaba parte del festival de primavera (el renacimiento de la nueva vida, de la vegetación, etc.), representando así la venida de Tammuz desde el fondo de la tierra.

Una vez adoptado el festival pagano de primavera de Ishtar o Easter, se adoptó también la antigua costumbre del "ayuno" que precede al festival de primavera. A este periodo de cuarenta días antes de la Pascua, se le conoce como Cuaresma. En tiempos pasados estos cuarenta días eran observados con llantos, ayuno y maceraciones por Tammuz -a fin de renovar sus favores- para que saliera del centro de la tierra, terminara el invierno y causara el principio de la primavera.

De acuerdo a las antiguas leyendas, Tammuz tenía cuarenta años cuando fue muerto por un cerdo salvaje. Así que cuarenta días -uno por cada año que vivió en la tierra- fueron designados para "llorar por Tammuz". La observación de este periodo en honor de Tammuz no solamente era conocida en Babilonia, sino también por los fenicios, los egipcios o por los aborígenes mexicas (aztecas) en honor al sol, lo que, para mí, es mucho más llamativo.

La adoración de Bel y Astarté fue introducida en Gran Bretaña, por los druidas. Muchos estudiosos han creído que fueron los fenicios los que llevaron esos ritos hasta las Islas Británicas, siglos antes de la Era Cristiana, pero la verdad es que existen rastros inequívocos de su adoración en regiones de Gran Bretaña donde los fenicios nunca penetraron. De Bel, el 1 de Mayo viene la festividad de Beltane que todavía hoy celebramos.

Cuando paganismo y cristianismo se fueron mezclando, poco a poco la Cuaresma pagana fue unida a la Iglesia profesante. Se decía, que era para dar honor a Cristo y no a los dioses paganos.

En los primeros siglos las reglas de ayuno eran estrictas, como todavía están en las iglesias Orientales. Sólo se permitía una comida por jornada y tenía que tomarse durante la noche. Poco a poco, en occidente las reglas del ayuno se fueron relajando, pero el énfasis en la práctica penitencial permanece aún.

El conejo y la Semana Santa son en muchos países cristianos dos motivos inseparables desde hace siglos. También la simbología del conejo posee un alto contenido pagano. El conejo -como el pez- representa la fertilidad, puesto que es un animal capaz de dar a luz hasta a 20 crías al año.

En Alemania, por ejemplo, los huevos y los conejos pasaron a formar parte de la simbología pascuense ya en la Edad Media. A otros países, como España, en los que la estructura de poder de la Iglesia católica era mucho más férrea y eficiente, la tradición del conejo cargado de huevos nunca llegó a implantarse...Hasta hoy.

Tal es la historia de la Pascua. Las costumbres populares que todavía se llevan a cabo durante estos días no dejan de ser confirmaciones de todo lo anteriormente expuesto. ¿Sabías que los pastelitos calientes, rosquillas y buñuelos típicos del Viernes Santo figuran, tal cual, en los ritos caldeos?

La Pascua Cristiana

Durante el siglo segundo, cuando la liturgia cristiana comenzaba ya a tomar forma, la Eucaristía de cada domingo era precedida por una vigilia con servicios de salmos y lecturas varias. Aquí radica el origen de la actual Vigilia de Pascua, con la diferencia de que, en el pasado se realizaba semanalmente y hoy, sólo, de forma anual.

Con el transcurso de los años, la vigilia en Occidente acabó siendo celebrada durante la tarde del sábado y, finalmente, en una Edad Media ya tardía, se trasladó  al sábado por la mañana. A partir de 1955 y de forma obligatoria, la Iglesia Católica Romana, restaura dicha vigilia a partir de las 22:00 horas, con el fin de que la misa primera de Pascua empiece a la medianoche. En las iglesias protestantes están programadas de forma similar.

La conexión entre bautismo y Pascua es muy antigua. Durante los primeros siglos de cristianismo, la Cuaresma no era solamente un tiempo de penitencia, sino también el período durante el cual los catecúmenos (personas que se preparan para ser bautizadas) estaban listos para el bautismo, ya que durante las seis de semanas anteriores a la Pascua, se habían instruído en la fe Cristiana. Así, acababan siendo bautizados durante la vigilia de Pascua. Por eso en las vigilias actuales se bendice la pila esa noche y se le da tanto énfasis al bautismo y a su significado.

Para la Iglesia Ortodoxa, la Pascua  de la veneración y vida espiritual de dicha iglesia. En ella la vigilia es precedida por una procesión fuera de la iglesia, que representa la búsqueda estéril del cuerpo de Cristo. Entonces viene el anuncio alegre de la Resurrección de Cristo seguido por la Eucaristía de la Pascua.

Por su parte, el Libro de Orden Común de la Iglesia de Escocia incluye rezos para La Pascua y la Veneración Divina de los metodistas tiene una orden de veneración concreta para la mañana de Pascua, pero el uso de ellos no es obligatorio. En las iglesias Protestantes, las observancias del Domingo de Pascua son la culminación de toda la serie de servicios celebrados durante la Semana Santa, comenzando con el Domingo de Ramos. El Viernes Santo los servicios se preparan bajo los auspicios de la asociación ministerial local. Todo culmina en el amanecer del servicio Pascual, que es de tal interés en los Estados Unidos que se realiza una amplia cobertura de ello en radio y televisión.

A principios del siglo IV había en la cristiandad una gran confusión sobre cuándo había de celebrarse la Pascua. Habían surgido numerosas tendencias y grupos de practicantes que utilizaban cálculos propios. Ya en el Concilio de Arlés (en el año 314), se obligó a toda la Cristiandad a celebrarla el mismo día. La fecha habría de ser fijada por el Papa, que enviaría epístolas a todas las iglesias del orbe con las instrucciones necesarias. Sin embargo, no todas las congregaciones siguieron estos preceptos. Es en el Concilio de Nicea (en el año 325) donde se llega, finalmente, a una solución para este asunto.

En él se estableció que la Pascua de Resurrección había de ser celebrada cumpliendo unas determinadas normas:

.- Que se celebrase en domingo.
.- Que no coincidiese, nunca, con la Pascua judía, que se celebraba independientemente del día de la semana. (De esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones).
.- Que los cristianos no la celebrasen jamás la dos veces en el mismo año. Esto tiene su explicación porque el año nuevo empezaba en el equinoccio primaveral, por lo que se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio real (antes de la entrada del Sol en Aries).

No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría, si bien el Concilio de Nicea dio la razón a los alejandrinos, estableciéndose la costumbre de que la fecha de la Pascua se calculaba en Alejandría, que lo comunicaba a Roma, la cual difundía el cálculo al resto de la cristiandad. Finalmente fue Dionisio el Exiguo (en el año 525) quien desde Roma convenció de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose, al fin, el cálculo de la pascua cristiana.

 

LA SEMANA SANTA EN ESPAÑA

Cofradías, Nazarenos y Hermandades cristianas de toda España esperan durante todo el año la celebración de una de las fiestas más importantes del cristianismo: la Semana Santa.

Este es el período de más intensa actividad dentro de la Iglesia Católica y se inicia recordando la entrada triunfal de Jesús de Nazaret en Jerusalén con el Domingo de Ramos. Los Evangelios describen cómo la gente le hacía un pasillo para que pasara y alfombraba su camino dejando pequeñas ramas de árbol. Hoy en día, en la localidad Alicantina de Elche, "La procesión de las Palmas", que conmemora este día, es la más festejada de toda la Semana Santa. Decenas de miles de ilicitanos recorren, acompañando al trono de Jesús Triunfante (paso de la burreta) las principales calles del centro de la ciudad, portando las palmas blancas elaboradas por familias artesanas de la ciudad y procedentes del Palmeral de Elche.

El Jueves Santo es significativo porque se conmemora la Última Cena que Jesús vivió con los apóstoles, ya consciente de que iba a ser detenido durante esa misma madrugada. Así, por ejemplo, Sevilla celebra con especial devoción esta jornada, y lo que se conoce como "La madrugá". Las hermandades del Cristo del Gran Poder, la Macarena, El Cristo de los Gitanos o la Esperanza de Triana, toman las calles más importantes de la capital hispalense durante la noche del jueves al viernes, acompañadas de cientos de nazarenos y sostenidas por los costaleros,  bajo el canto roto de alguna saeta al paso de cada una de las imágenes.

Durante El Viernes Santo, la Semana Santa llega a su punto más sublime: es el momento de la Pasión de Cristo. Jesús de Nazaret realizó el camino hacia la cruz (Vía Crucis), donde posteriormente fue crucificado y murió. Durante esta jornada, Murcia, engalanada y solemne, al igual que muchas otras localidades de la geografía española, saca sus procesiones a la calle. Lo particular de esta ciudad es la arraigada tradición de sus pasos, como el de "los morados". Las esculturas de Salzillo tienen, además, gran valor artístico.

El Sábado Santo es un día de luto, silencio y espera. Tal y como interpreta la Biblia, durante esa jornada, Jesús descansa en su sepulcro, mientras que su madre, María, lo vela. La Iglesia recupera esa jornada de dolor, valentía y esperanza de la Virgen María con diferentes liturgias. La celebración cristiana más importante del año se sucede durante esa noche: es la Vigilia Pascual. Valladolid celebra esta jornada con el ofrecimiento de los dolores a la virgen y el conocido "Traslado del Cristo Yacente", obra esculpida por Gregorio Fernández entre 1631 y 1636.

El Domingo de Pascua es el día en el cual Jesús salió de su sepulcro. La historia cuenta que al amanecer, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que su cuerpo ya no está. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia. Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Así, en la actualidad, esta jornada se interpreta como un día para la esperanza.

En algunas comunidades autónomas la Semana Santa se prolonga hasta el Lunes de Pascua. En realidad esta fiesta no pertenece a la Semana Santa, sino que constituye el primer día de la Octava de Pascua, o Semana de Pascua. Las Comunidades que se adhieren a esta fiesta son Navarra, País Vasco, Comunidad Valenciana y Cataluña. En Cataluña, por ejemplo, es tradición regalarse entre padrinos y ahijados dulces de chocolate, o monas de pascua.

 

LOS DÍAS DE LA SEMANA SANTA

Originariamente estaba constituída por la semana que comenzaba el Lunes Santo y concluía el Domingo de Resurrección, pero posteriormente se le añadieron los tres días previos, con lo cual quedó formada por los siguientes días:

Viernes de Dolores, Sábado de Pasión, Domingo de Ramos, Lunes Santo, Martes Santo, Miércoles Santo, Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección.

El Domingo de Ramos

Si bien no es una fecha exacta, tradicionalmente se festeja el domingo antes del Domingo de Resurrección, y constituye la fiesta de celebración de la entrada de Jesús en Jerusalén en los días antes de su ejecución. En la iglesia occidental debe caer siempre en uno de los 35 días entre el 15 de marzo y el 18 de abril.

La iglesia católica llamó originalmente a este domingo como el Segundo Domingo de la Pasión pero en 1970 la designación formal fue cambiada. Concomitante a esta revisión, la semana entera antes de que fuera Pascua fue redesignada como la Semana de la Pasión (antes llamada "Semana Santa" oficialmente, y todavía designada así por el público en general). En la liturgia de la Semana de la Pasión, ramos y palmas son bendecidos fuera del edificio de la Iglesia y una procesión entra, cantando, promulgando de nuevo la entrada en Jerusalén. Estas palmas se juntan en muchas iglesias que se quemarán más adelante como la fuente de las cenizas usadas en los servicios del Miércoles de Ceniza.

En la Iglesia Ortodoxa del Este, el Domingo de Ramos se llama La Entrada en Jerusalén y es el principio de la Semana Santa. El día antes celebran el Sábado de Lázaro (recordando la resurrección de Lázaro de entre los muertos) y a lo largo de él los creyentes preparan los ramos anudándolos en cruces para la procesión del domingo.

La mitología judeo-cristiana dice que diez siglos antes había entrado en la ciudad construida por David su hijo Salomón montado en un borrico. Las gentes de la ciudad aclamaron al hijo de David con gritos de hossana. Por otra parte la profecía de Zacarías dice que el Rey de Israel entraría en la ciudad del monte Sión sobre el lomo de un pollino como rey de paz y como símbolo de los nuevos tiempos (un pollino en lugar de su madre). La borrica simboliza al antiguo Israel, el pueblo de la Antigua Alianza. El pollino aún no montado por nadie es la montura real y mansa del rey de la nueva alianza.

El Lunes Santo

Según relatan los Evangelios, a media mañana, tras dormir en el pueblo de Betania, en la casa de Lázaro, Marta y María, Jesús sube andando a Jerusalén, ubicada a unos cuatro kilómetros. El hambre hace que se detenga en medio del camino. Se acerca a una frondosa higuera, la cual a pesar de estar llena de hojas, no tenía higos y, entonces, la maldijo, causando su sequía.

Al llegar a Jerusalén, se dirigió hacia el templo y lo encontró lleno de comerciantes y vendedores haciendo negocios. Entonces los expulsa del templo, diciendo que es un lugar sagrado de oración y que se debe tratar con respeto.

Por la tarde pasa por el Monte de Los Olivos, en el camino de vuelta a Betania

El Martes Santo

El Martes Santo,Jesús se queda en Betania. Simón, el leproso que había sido curado por Jesús, le invita a comer en su casa, por lo agradecido que estaba. Mientras están comiendo, entra en la casa una mujer del pueblo llamada María, rompe un frasco de perfume carísimo y lo echa a los pies de Jesús. Los besa y los seca con sus cabellos. La regañan, ya que podría haber vendido el perfume para dárselo a los pobres, pero Jesús la defendió diciendo: "esto ha sido como una preparación para mi entierro".

El mito cristiano sostiene que es en este momento en el que anuncia su muerte, causando un gran pesar entre sus discipulos.

El Miércoles Santo

El Miércoles Santo es el día en que Judas se puso de a cuerdo con los enemigos de Jesús para entregárselo por el precio de 30 monedas de plata. Es entonces cuando Judas busca a los jefes del pueblo judío y les dice: "¿Qué me dáis si os lo entrego?". Ellos se alegraron y prometieron darle dinero.

 

El Jueves Santo

Pedro y Juan dedican la mañana en preparar la cena en Jerusalén. Por la tarde fueron al Cenáculo y allí Jesús lavó los pies de sus discípulos uno a uno.

Una vez sentados a la mesa, celebró la primera Eucaristía y les ordenó sacerdotes para que, en adelante, ellos también la celebrasen.

Judas salió del Cenáculo antes, con el fin de entregarle.

Jesús se despidió de su Madre y se fue en dirección al huerto de los Olivos. Una vez allí, los discípulos que habían pedido acompañarle se durmieron.

Entonces llegó Judas con guardias y le dio un beso (señal convenida para señalar al indicado). Le cogieron preso y todos los Apóstoles huyeron. Lo llevaron al Palacio de Caifás, donde residía el Sumo Sacerdote. Le interrogaron y torturaron durante toda la noche.

El Viernes Santo  

El Sanedrín condena a Jesús y lo llevan ante el gobernador romano Poncio Pilatos.

Éste se lava las manos y lo somete a un juicio, donde le escupieron, le azotaron, le pusieron una corona de espinas y le cargaron con la cruz  con la que recorre buena parte de Jerusalén.

Al subir al Monte Calvario se encuentra con su madre y Simón le ayuda a llevar la Cruz.

Alrededor de las doce del mediodía le crucificaron y para certificar la muerte, le traspasaron con una lanza.

Por la noche, entre José de Arimatea y Nicodemo lo desclavan y dejan el cuerpo en manos de su madre. Son cerca de las siete de la tarde cuando lo entierran en el sepulcro.

Judas, arrepentido, se ahorca

 

El Sábado Santo

El Sábado Santo Jesús yace en su tumba y los apóstoles creen que todo se acabó.

Durante todo el día su cuerpo descanza en el sepulcro, pero su madre, María, se acuerda de lo que dijo su hijo : "al tercer día resucitaré". Los Apóstoles van llegando a su lado, y ella los consuela.

El Domingo de Resurrección

El Domingo de Resurrección, es el día en que Jesucristo resucita después de la crucifixión y va al encuentro con sus apóstoles. También es la finalización de la Semana Santa.

Es muy importante para los cristianos, ya que con la Resurrección es con lo que adquiere sentido toda su fe.

En la Misa dominical este pasaje se recuerda de una manera especial. Asimismo se enciende el Cirio Pascual, que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.


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