Revista Talentos

Monólogo: septiembre

Publicado el 03 septiembre 2015 por Espe85

SEPTIEMBRE
Si hay un mes que un gran porcentaje de la población tiende a odiar es sin duda Septiembre, digamos que es como el telediario, nada más verlo te alegra el día….Por los cojones. Se acaban las vacaciones, empiezas a percibir la llegada del otoño con su correspondiente melancolía, si te has quedado de “Rodríguez” se termina la jornada intensiva, la civilización vuelve a la ciudad y con ella los atascos, y la rutina vuelve a instalarse. Y ante eso que hacemos…En vez de cambiarlo, que sería una solución, odiamos al pobre Septiembre.
Digamos que la llegada de Septiembre, es como la llegada de un lunes…Pero a lo bestia, es decir, desde varios días antes estamos pensando que llega, que se acaba lo bueno y nos entra la conocida y padecida, depresión post-vacacional…¡¡¡Aunque no te hayas ido de vacaciones!!!, Septiembre provoca ese efecto. Tú, que te has pasado el verano disfrutando de la tranquilidad y de la ausencia de tráfico, sales una mañana y de repente aparece el monstruo del tan temido atasco, que te hace recorrer una distancia que en circunstancias normales tardarías veinte minutos, en una hora. Los días empiezan a ser más cortos, y ese preludio del invierno anunciado, te hace disparar la nostalgia mientras te cagas en todo bicho viviente que te recuerde que ya queda poco del verano, porque tú sigues ahí, luchado para que no se vaya, aunque no haya forma de parar al tiempo, miras al cielo buscando un poco del sol del verano y está haciendo poco a poco la maleta.
Otra cosa que caracteriza a Septiembre, son los buenos propósitos, esos que llegan al intentar superar ese síndrome post – vacacional veraniego. Para mucha gente Septiembre es el momento de empezar nuevo año y se hacen unos propósitos que no cumplirán, menos mal que en cuatro meses llega Año Nuevo, para darles una segunda oportunidad a esos propósitos. Empezamos con ese propósito tan famoso, voy a ir al gimnasio, lo que no dices es que solo irás el primer día…Pero bueno, el propósito lo tienes, sobre todo al ver la panza que has echado en Verano, porque los veranos engordan…y mucho, entre las barbacoas, cervezas, chiringuitos, etc….Lo que es la comida sana se ha ido muy lejos de vacaciones y no precisamente contigo. Otro propósito frecuente es aprender inglés, pero cuando nos damos cuenta que tenemos el mismo nivel de inglés que el resto de la población española, inglés nivel medio…Que medio lo hablas, medio lo lees y medio lo escribes, piensas que para qué, que para que vas a destacar sobre la media si solo te va a servir para ligar con los “guiris” en  Benidorm. A veces, también nos proponemos hacer un curso, y es como lo del gimnasio, vamos el primer día, el segundo quizás y ya como que se nos pasa….Hasta Año Nuevo, que nos ponemos otra vez a tope para darle otra oportunidad a nuestros buenos propósitos, que en Año Nuevo es más divertido, porque siempre hay quien hace rituales con velas, papeles con deseos y cincuenta mil historias para que esos buenos propósitos se cumplan, sin darse cuenta que falta lo más importante, la fuerza de voluntad, que la vela azul solo vale para iluminar, no te da superpoderes para llevar a cabo eso, que aunque quieras, tanta pereza te da realizar.
 Septiembre trae consigo la ironía de reírse en nuestra cara de la ilusión que nos habíamos hecho de que todo el año fuera como el verano, nos viene a recordar que el mundo sigue andando y que si no nos subimos a él nos va a llevar por delante, que el verano solo es un espejismo en medio del desierto de la rutina, que el buen tiempo no dura eternamente y llegará el invierno para recordárnoslo, que tenemos que volver a utilizar el café como cuidados paliativos para soportar esa vuelta a la realidad, que después de la cuesta de enero, la que más pesa, anímicamente, es la de septiembre, que el temido monstruo del atasco ha vuelto a aparecer para retrasarnos en nuestro recorrido diario y que por más que lloremos, pataleemos, nos resistamos e intentemos hacer cuanto malabar se nos ocurra para evitar la llegada de Septiembre, él se reirá de todo eso y nos ofrecerá dos remedios ancestrales para soportarlo….Ajo y agua, A joderse y a aguantarse…Por lo menos hasta que llegue el próximo verano, y para hacer de esta mezcla un gran reconstituyente, ponerle un poquito de café y a coger septiembre por los huevos antes que nos coja él a nosotros.
P.D.: Si te gusta la lectura, los monólogos y el humor puedes leernos también en Ironías de la vida http://www.puntorojolibros.com/todas/Ironias-de-la-vida.htmy en Un tropiezo existencial http://www.puntorojolibros.com/Un-tropiezo-existencial.htm.

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