Revista Diario

Navidad en julio

Publicado el 12 julio 2010 por Anabel
Hoy me toca salir del armario: no me gusta el fútbol. Reconozco cierta de rebeldía en esta negativa constante y casi acérrima hacia el mundo futbolístico: me carga, sobre todo los comentaristas deportivos. Pero, pero (llegó el pero), a lo largo de este mes de julio he tenido la sensación de que nos estábamos preparando para una especie de Navidades veraniegas, y así ha sido. Desde el triunfo en cuartos, la gente salía por las noches a pitar con su coche, a mojarse en distintas fuentes y para ser sinceros, creí que aunque se perdiese ante Holanda, la fiesta de anoche no nos la quitaba nadie. Y así fue. Vi un ratito el partido y cuando acabó, comenzó la algarabía. Badajoz no se una ciudad grande, unos ciento cuarenta mil habitantes, pero yo creo que anoche, todos (hasta algunos claramente impedidos para andar) salimos a la calle. Nosotros, en principio, no íbamos a salir, pero Julia (una de mis hijas gemelas de tres años), miraba desde el balcón la multitud que recorría la calle. Con los ojos como platos, comenzó a pedirnos que la lleváramos de paseo, y nosotros, que somos unos blandos, le hicimos caso. Cada una cogió su banderín y al grito de "Campeones oeé" y "España, España" que profería Julia (se lo ha aprendido todo estupendamente) bajamos a la calle. Allí, nos encontramos con caras de sorpresa, alegría, curiosidad. Caras que buscaban reflejarse en otras iguales. Gente que paseaba por las calles, sin otro fin que ir a la fuente a empaparse o mostrar su alegría con cualquier medio para hacer un ruido desagradablemente alegre. Personas que sonreían sin parar, coches luciendo bandera y bocina, camiones cargados de gente envuelta en banderas rojigualdas y yo compartiendo esa mezcla de alegría sin causa aparente y sorpresa que muchos otros mostraban. Tal vez es que estamos hartos de crisis, de malas noticias, pero ayer la explosión de júbilo fue increíble. Cuando nos acercamos a la Zona Cero (entiéndase, fuente de la Constitución en la Avenida de Europa donde todos se meten de cabeza) tuvimos que regresar, porque Patricia (la otra gemela) se puso nerviosa con tanta algarabía. Así, la celebración continuó sin nosotros hasta las dos de la madrugada (más o menos) a partir de esa hora, ya me dejaron dormir, aunque en mitad de la noche se oía algún bocinazo que otro. Pues sí: Anoche fue Nochebuena en España y hoy... hoy es Navidad.

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