Desde septiembre han cambiado muchas cosas, una vez retirado de la radio y sin posibilidades fuera de España, decidí centrarme en las cripto monedas, gracias a un curso de la Universidad de Alicante he seguido investigando este proceloso y fascinante mundo de las divisas virtuales.
Cada día se aprenden nuevos conceptos, uno llega a la conclusión de que la evolución es constante.
Desde septiembre gracias a los sistemas de estudios abiertos, pase de ser un locutor desnortado a un coleccionista de diplomas varios, entre ellos los maravillosos seminarios de divisas virtuales.
Los bancos ya han empezado a investigar el tema, un servidor ya ha logrado asimilar los conocimientos para poder explicarlo a otras personas.
Es un primer paso dentro de esta catarata de información que evoluciona cada día.
Por el momento se lo he podido explicar a mi sobrino y lo entendió perfectamente.
Quizás en un futuro no demasiado lejano pueda dedicarme a promover las divisas virtuales y vivir de ello.
Por el momento mis últimas incursiones intelectuales han sido de la mano Google formación y sus interesantes cursos de mercadotecnia digital, comercio electrónico y analítica de páginas de internet, curso de gran utilidad para personajes como yo que intentan promocionarse.
Las plataformas de formación son un maravilloso espacio para mentes inquietas como la mía.
espacio para mentes inquietas como la mía.
Después de veintidós años haciendo lo mismo, me ha resultado duro asumir mi nueva situación a nivel psicológico ha sido un mes muy duro, uno revisa su vida y se da cuenta de que no cumple los patrones habituales de estar casado y con hijos una vez cumplidos los cuarenta años.
No es mi caso me quede soltero para coleccionar diplomas…
Gracias a dios la raza humana no necesita de mi cooperación para su continuidad.
Estas situaciones crearon en mí un gran desasosiego que con ayuda de un gran libro de Rafael Santandreu, titulado “El arte de no amargarse la vida”, ha podido enfocarse en sus cursos, sus lecturas sin sentirse un fracasado, ni un inadaptado social.
Desde dos mil trece no he parado de buscar retos intelectuales para sentirme bien, empecé con tres cursos al año de diversas temáticas no relacionadas entre si para no agobiarme.
Desde dos mil catorce he ido saltando de una disciplina a otra, ejemplo guion cinematográfico.
Ahora en dos mil quince me introduje en la mercadotecnia digital, comercio electrónico y otros asuntos hasta complementar un año entero saltando de curso en curso superando mis propios miedos a no lograrlos.
Puedo decir sin temor que he ido a casi diploma por mes, algún curso se me resistió especialmente, pero aun así lo intente para retarme a mí mismo y sentirme bien.
No todos fueron sencillos y alguno no salió; pero el intento me reconcilio conmigo mismo tras un mes de noviembre que fue especialmente duro anímicamente.
Tampoco logre leerme el número de libros que me había marcado, leer cien libros al año no es imposible; pero en mi caso me quede en puertas de conseguirlo.
He sabido sacarle partido a mis días, aunque no siempre resulta fácil.
Ha sido un año en el que las circunstancias me han obligado a repensar mis esquemas vitales había entrado en una espiral muy poco beneficiosa para mí que me estaba generando gran tristeza y desazón, que uno no sea como todo el mundo, no significa que este en el mal camino.
No soy un bicho raro después de todo ninguno de mis amigos ha estado nunca en una situación como la mía.
No todos tenemos que ser iguales y no pasa nada porque con cuarenta años este soltero y no haya formado una familia…