Revista Talentos
Cuando leí “The catcher in the rye” de Salinger me vinieron a la cabeza varios libros, escritores y personajes e inclusive el comic “Scott Pilgrim vs. the World”. Y es que es su personaje principal, Holden, el que con su forma de ser hace que recuerde todas esas historias.
Su manera naive de ver el mundo hace que lo recuerde a Scott en “Scott Pilgrim vs. The World”, a Charlie en “The perks of being a wallflower” y a Kafka Tamura en “Kafka on the shore”.
Su gran parecido con estas dos últimas historias también se debe al estilo de narración. Hasta podría decirse que tanto Murakami como Chobsky, colocan a Salinger entre sus principales inspiraciones a la hora de escribir. Ambos autores nombran "The catcher in the rye" en sus libros.
Salvo por los capítulos “adolescentes” de este libro, también llegue a pensar en el gran parecido del personaje principal con el de “El principito” de Exupery; las preguntas constantes, su carácter pintoresco para con los demás y de nuevo, esa visión tan particular de ver el mundo y sus obligaciones, hacen que no sea difícil compararlo con el chico del asteroide B 612.
El sarcasmo, que se presenta en casi todo el libro, también me recuerda al gato de Natsume Soseki. Cómo ve ese felino a los humanos, es cómo Holden ve a varias personas en la historia. Muchos le dan pena y a otros los encuentra como seres despreciables.
Leyendo, también lo recordaba a Oliver Tate y hasta podía escucharlo a Alex Turner acompañando las 135 paginas con su voz maravillosa y diría que casi hecha para historias naive como esta.
El libro esta escrito en primera persona por un chico de 16 años lleno de sarcasmo, exageración, tristeza e ingenuidad. Leerlo no resulta en absoluto difícil sino todo lo contrario, es bastante entretenido y estoy segura de que alguna risa se le va a escapar a quien lo lea.
Si tuviera que darle una calificación no le daría un 10/10, tampoco diría que cambio mi mundo, más bien lo calificaría como un clásico de bolsillo, ideal para un viaje de varias horas o para leerlo un fin de semana tranquilo o en un café.