Editorial Penguin Random House
Sello Caligrama
372 páginas
#prenda212
Tras un matrimonio fallido en Londres, Etna regresa con su hija a Galicia para asistir al entierro de su abuela, con la que ha perdido el contacto hace muchos años. Allí descubre que su muerte está ligada a un símbolo extraño, el mismo que ha plagado sus pesadillas desde pequeña y el que su hija no cesa de dibujar.
A los pocos días, vuelve a ver ese símbolo en el colgante de una extraña mujer en una feria.
Este encuentro la llevará a una aldea remota en las montañas donde el pan es mágico, las mujeres menstrúan a la vez y las mouras encantadas otorgan dones a aquellas mortales que las ayudan a parir.
Soy asturiana en el exilio. Este verano hará diez años que la vida me puso en el sur de España, y no pasa un solo día en el que no siga sintiendo latir el norte en mí. Le estoy tremendamente agradecida a mi tierra adoptiva por tanto como me ha dado, pero las raíces son las raíces y... la morriña es la morriña. Así que, podéis haceros una idea de cómo me atrae todo lo que huela a Cantábrico, a orbayu, a gaita, a bruxa o meiga, a viento del norte... Que lo que acabo de decir no os lleve a engaño, esta historia no está ambientada en Asturias, sino en Galicia, pero en mi casa siempre se ha dicho: gallegos y asturianos, primos hermanos. Así que, cuando Noela contactó conmigo, estuve más que dispuesta a degustar ese pan de bruja.
La ambientación es un gusto. Aunque no esté detallada en exceso, es fácil imaginarse rodeado o rodeada de lo que las tierras gallegas en estado puro tienen que ofrecer. Campo y vuelta a los orígenes con ese grupo de mujeres que siguen costumbres y métodos ancestrales, entre las que se ve rodeada Etna y gracias a las que encontrará el camino que la lleve a encontrarse a sí misma, y a la reconciliación de su pasado. Ese pequeño "aquelarre" pone su granito de arena en una historia sustentada en mujeres empoderadas o en proceso de descubrir su verdadera valía.
En resumen, ha sido muy agradable sentir de nuevo os ventos galegos, descubrir más sobre su cultura y folclore. Me hubiera gustado que Etna y yo hubiéramos forjado una relación más estrecha, pero he escuchado la historia que tenía que contarme y, sobre todo, me he paseado por una novela que estoy segura que habla de la morriña de Noela Lonxe (gallega residente en San Francisco) y con eso sí que conecto totalmente.