A propósito de mi nombre y de una desafortunada canción, por mucho tiempo me molestaron intencionadamente acerca del número uno. Nunca me detuve a ver el trasfondo, para mí esa asociación era una picantería y punto.
Pero ahora, a propósito de una conversación bastante más elevada, me re-entero que sí, era cierto.Nunca nada que ver con el uno. Soy el número 7. Es harto más digno.
Signo del pensamiento, la espiritualidad, la conciencia, el análisis psíquico, la sabiduría.El número del intelecto, el idealismo y la represión.Son personas amantes de la lectura, el estudio y las ansias por aprender. Tendentes a proyectar su vida en una esfera de idealismo y actividad intelectual. Habilidades para el análisis y la investigación y la inteligente búsqueda del conocimiento; mentalidad científica y con capacidad de inventiva; estudiosa, meditadora; de personalidad encantadora; amantes de la soledad y de la paz; perfeccionistas.Esooooo... eso me gano por haber sido siempre una vieja chica agrandada.
En el lado negativo: motivos ocultos; muy reservado, les encanta argumentar con silencios o sarcasmos; tendencia al aislamiento, a posiciones inflexibles, les irritan las distracciones.
Pucha, una tampoco tiene por qué ser perfecta, por mucho que el número aquel lo parezca...
Yo sé positivamente que tengo harto por hacer, para vencer entre otras cosas el carácter de mierda que me gasto. Sé que he avanzado en muchas áreas, por ejemplo que ya no me convence nadie de tonteras y que también sé lo que valgo por tanto el trato que me merezco.Pero me falta harto todavía. El equilibrio espiritual, cosas por cumplir aún.No me jodan más con esa tonta canción.