Uno de los momentos que más me inspira, es sentarme a leer un libro; ya sea frente a un paisaje espectacular, acompañada de unos buenos mates o antes de cerrar los ojos para dormir plácidamente.
El primero que me voló la cabeza y me metió en el mundo de los viajes,la lectura y la escritura fue “Atrapa tu Sueño” de Herman y Candelaria Zaap. De ahí, tome por elección una temática que me apasiona al momento de elegir un nuevo libro para leer, que me ayudo a no dudar tanto cuando quería uno nuevo.
De cada libro tengo partes que me aburro y no las recuerdo, partes que imagino como si me pasaran a mi y partes que me inspiran a pensar e utopías posibles. Por esto quiero dejar escritas las frases que me llegaron al corazón para releerlas y sonreír cada vez que quiera, además de compartirlas con los que quieran y contagiar las ganas de leer.
“Los viajes comienzan mucho antes de poner un pie en la ruta. Aunque ese es el momento que desborda y aturde, los primeros peones avanzan por dentro cuando uno le da el sí al mapa. Luego de ese “Sí, quiero” el viaje esta decretado”. (Caminos Invisibles: 39).
“Si al ver un planisferio sentís mariposas en la panza como si tuvieras delante a la chica más linda, estás en problemas. Bendecido y condenado. Hay una varita invisible que sentís o no, que te tocó o no. Te podes hacer el otro, el distraído por un tiempo, pero las mariposas seguirán allí, aumentando gradualmente su vivrato hasta hacerse sísmicas. Es fácil echarle la culpa al sistema, al capitalismo, a esa mascota que no podemos dejar sola o al contrato de alquiler que todavía no se vence. Pero ese cúmulo de asedios son boicots conspirados, casi siempre, con nuestro consentimiento.” (Caminos Invisibles: 39-40).
“A lo largo de los años he podido domar, limpiar, agrandar, achicar, emprolijar, cambiar y hasta olvidar recuerdos, pero ordenarlos nunca. No me imagino un fichero de recuerdos. ¿Cómo se podría sistematizar un fichero si un recuerdo se lleva a otro y otro a uno más y así el recuerdo se va agrandando como una avalancha de imágenes y sensaciones. Un recuerdón que hay que abrir y siempre tiene algo adentro. Viene con relleno. La matrioshka del recuerdo. ¿Cómo organizaría: por país, por viaje, por intensidad? ¿Alfabéticamente?”. (El Mejor Trabajo del Mundo: 29).
“Entre el turista y el viajero la primera diferencia reside en parte en el tiempo. Mientras que el turista por lo general, regresa a casa al cabo de unos meses o semanas, el viajero, que no pertenece más a un lugar que al siguiente, se desplaza con lentitud durante años de un punto a otro de la tierra. El turista acepta su propia civilización sin cuestionarla y el viajero la compara con las otras y rechaza los aspectos que no le gustan”. Reseña de Paul Bowles en “El cielo protector” (El mejor trabajo del mundo: 46-47).
“Anoche soñé que navegaba dentro mío, por ríos de venas que fluían hasta un cascada que nacía del corazón. Había túneles empapelados con paisajes conocidos. Era una viaje de reencuentro”. (El mejor trabajo del mundo: 189).