Revista Talentos

P"O"ST Nº 39

Publicado el 20 diciembre 2011 por Ou88 @galletita

Recuerdo que la última vez que festeje en caravana por una victoria de Olimpia tenía más o menos 10 u 11 años. Recuerdo que estaba en la cocina/comedor de mi casa, donde estaba la tele. No recuerdo exactamente lo que estaba en ese momento por la pantalla de la cajita que nos decía que nuestro club había logrado una conquista. Era la Libertadores, obviamente. Solo recuerdo a mi papa, a mi hermano y a mi hermana felices, felices como nunca. Y yo saltando en un diván gritando como desaforado, y todos abrazados. Recuerdo que estaba emocionado por salir ya a la calle con nuestro auto, a celebrar con todos. Que pusimos un CD con canciones como "Opa, opa, opa" (hoy en día más 'retro' de lo que eran en ese entonces) que venía con el diario La Nación por el centenario del club. Y todo en esa noche era blanco y negro. La escuela al día siguiente parecía tan lejana, pues esa noche era franjeada; lo veía a través de la ventana, mientras papá bocinaba, mientras yo insistía en hacer más barullo.
Luego vinieron otros años no tan fastuosos como aquella vez. Traspies que todos tienen. Olimpia en estos años pasó por muchas cosas. Desde 2004 en adelante, quedó último en la tabla, quedó último en su grupo de Libertadores y se ausentaba del escenario mundial. Escenario donde tantas veces se lo vió luchando por darnos una alegría más. Papá estaba entre el cariño y el odio, como todo aficionado. Si perdía no servía, pero si ganaba era el mejor equipo. Así varias temporadas crecí, sin volver a sentir durante mucho la gloria a la que tanto me había acostumbrado con el correr de los años.
Y durante ese tiempo fueron diferentes los motivos por los cuales El Decano dejó de estar en sitiales de privilegio. Aún así nos dimos cuenta que a pesar de no estar allí, seguía siendo un grande. Si no era el campeonato, era su gente, la que nunca dejó de ir a las canchas a alentar al equipo. La que veía los colores blanco y negro y le entraban añoranzas de triunfos, que por más que pasen los años quedan encarnados en el alma y el corazón.
Y así llegabamos al 2011, con toda una reingeniería dentro del club como institución, como equipo de fútbol profesional, como masa societaria y como hinchada numerosa. Si bien polémico, Recanate, fiel al estilo ODD que nos dió muchisimo en materia de triunfos internacionales, supo hacer realidad el sueño de todo administrador: no solamente logró lo que se puso como meta, sino también tuvo el coraje y la valentía de hacerlo a su manera. A pesar de las habladurías que ponían en jaque a todo el país, de los cuales hay muchos ejemplos, es imposible restarle méritos a este "señor" con todas las letras. Mediante su gestión directa y sin pelos en la lengua, logró en un año aumentar la gente asociada al club de poco más de 2.000 a más de 20.000 que son hoy en día (el cual sigue en aumento), suprimió deudas importantes, inició el proceso de refacción del Manuel Ferreira, tramitó las negociaciones de excelentes jugadores (a la postre los mejores jugadores del último campeonato) y de un excelente entrenador (también seleccionado como el mejor entrenador) y por si fuera poco, se logró el vice-campeonato del Apertura y el campeonato del Clausura, clasificando a Olimpia nuevamente a la Libertadores y a la Sudamericana como el primer representante, el mejor de los mejores del presente año.
Hoy todos mencionan "11 años tuvieron que pasar" como diciendo "¿Tuvo que pasar tanto tiempo?". Como extrañandose en cierta forma de que Olimpia no estuviese desde hace tiempo arriba, peleando a capa y espada por la gloria y el premio tan ansiado que es ser el número uno. Y tienen razón, y como dije, razones hubieron muchas, pero todos hoy creemos que esas razones desaparecieron. Hoy, vemos a un Olimpia con un plantel de primera, un entrenador de primera, y un presidente, con todas sus mañas también de primera. Sin menospreciar a todos los que estuvieron antes tratando de defender la franja querida, puedo decir que hoy Olimpia en todo sentido es de primera.
Pero eso no se queda ahí, y todos, absolutamente todos, estamos expectantes de como este club reverdecido vuelve a su escenario predilecto, al escenario mundial. Porque cuando uno es grande como a través del tiempo lo fue Olimpia, se gana el respeto y la admiración de todos. Cuando observo el fútbol de esta manera, trato de ser lo menos fanático posible. Pero al mirar todo lo ganado por el Franjeado, la historia, las anécdotas y la presencia, uno simplemente se pierde.
Ahora, mirando para el futuro, existen no solo esperanzas, sino también expectativas. Y la hinchada estará siempre, aunque pierda, pendiente de su grandioso Franjeado. El campeonato nacional número 39 es apenas el piso, a diferencia de los demás que solamente lo tienen de techo. Para un grande como lo es Olimpia, es apenas el primer paso. Libertadores 2012, Sudamericana 2012, Apertura y Clausura 2012 son los siguientes. Y quien sabe, si dentro de mas o menos un año estaremos festejando nuevamente al grito de Olimpia, Campeón de la Copa Mundial de Clubes 2012. Muchos hablan y pocos ganan. Y el Olimpia, ganó todo.
Para ello todavía falta mucho. Lo único que puedo decir ahora es que vamos a ir paso por paso. Y esperemos que la historia se repita. Que la gloria vuelva. Que el triunfo regrese. Que haya una estrella más en nuestra insignia. Y por supuesto, que yo me encuentre nuevamente, muy pronto, saltando como loco sobre ese diván, viendo a mi viejo grande que me hizo hincha del Olimpia, a mis hermanos y mi hermana, todos contentos festejando una alegría más.
¡SALUD EXPRESO DECANO!


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