El camino del gestor cultural es como el del infierno y el Estado con sus políticas culturales, está empedrado de buenas intenciones.
Si eres artista y gestor cultural (todavía no me siento el primero pero si definitivamente el segundo) en España, se las van a querer ver contigo a la salida.
Esto lo redescubrí en Pública 13 | Encuentros Internacionales de Gestión Cultural “una plataforma de encuentro e intercambio de experiencias; es un contexto idóneo para iniciar proyectos a través de contactos que fomenten la colaboración entre los profesionales de la gestión cultural del sector público y del sector privado. ” como reza su página web.
Pueden leer una reseña que hice en Tegi Medios, una nota políticamente correcta, apta para todos los públicos. Ahora puedo explayarme en mis propias reflexiones.
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Björn Stenvers y Jan Willem Sieburgh
Hablaron de la internacionalización de la marca España, bien para proyectos a largo plazo e instituciones grandes pero para los gestores de a pie se nos queda grande. Las eternas discusiones sobre las políticas culturales matan de aburrimiento, no hay dinero y no lo habrá en mucho tiempo, así que a olvidarse de las subvenciones y a empezar a trabajar con lo que hay. Como lo hacemos en América Latina, autogestión, creatividad y paciencia como la estación Mapocho, antigua estación de trenes reconvertida en centro cultural en Chile o la Universidad Tres de Febrero en Argentina.
En cuanto a los modelos para la cultura, si privado o público, es obvio que debe haber una mezcla de ambas, ni tan calvo ni con dos pelucas. No hay ni habrá Ley de Mecenazgo, dicho por Salvador Sunyer (Temporada Alta) así que a gestionar con conciencia.
Lo que no me gustó: La ponencia ¿Cómo ganar dinero con la cultura? de Marc Van Warmerdam y una de las razones que me atrajo a esta cita. Decepcionante, después de contar cómo es el modelo holandés (descentralizado) preguntó cómo era la situación en España. Y acá empezó una de las actitudes que menos me gustan, la queja: “Es que en España la gente prefiere ir a las terrazas porque hace buen tiempo a ir a un espectáculo”. ¿Cuándo van a parar de quejarse y empezar a trabajar? Más comentarios desafortunados: “¿Cómo convencemos a nuestro políticos de cambiar por el bien de la cultura? O “Es que en España quitan horas de Teatro y ponen más de Religión…” Estoy harto de la ideologización de la situación, todo lo que no sea progre huele a dictadura, nacionalismo o privatización, a azufre…
Lo que si me gustó: El trabajo de los holandeses Björn Stenvers (Historical Museum) y Jan Willem Sieburgh (Rijksmuseum), Salvador Sunyer (Temporada Alta), los casos estación Mapocho y Universidad Tres de Febrero, la ponencia de Miguel Pereira (Social Noise) quien abrió un panorama de posibilidades con la “inteligencia artificial aplicada al marketing” y la visita a la Casa del Lector.
Fue un espacio para reflexionar, aprender de casos exitosos (colaboración e innovación) y hacer “networking”, aunque mi principal lección, aparte de confirmarme como gestor cultural, es que tengo que organizar mi propio evento. Están invitados desde ya.