La atmósfera de la novela fantástica encaja en la novela negra según los autores
Borges dijo sobre Poe que escribió cuentos de terror y ofreció un modelo para el género e inventó por otro lado la novela de detectives y sin embargo nunca combinó los dos géneros más allá de una mera insinuación en el cuento “Los crímenes de la calle Morgue”.
Vico, haciendo algo de genealogía del tema, comentó que sólo a finales del siglo XIX o principios del XX se pueden encontrar algunas piezas como el cuento “Green Tea” de Sheridan Le Fanu el creador de la famosa vampira Carnila, donde el doctor Martin Hesselius utiliza métodos deductivos, lógicos y racionalistas para investigar misterios de apariencia paranormal. O Wilkie Collins, el famoso novelista inglés del siglo XIX considerado uno de los padres del género policíaco y en cuyas obras predomina una atmósfera de fantasía aunque los misterios se resuelven de forma lógica.Hill apunta que todos los decálogos de cómo escribir novela negra tienen en común que una de las condiciones es que no exista ningún factor sobrenatural que no tenga explicación racional.Quizá para evitar la explicación fácil del misterio, supone Vico, a lo que Hill responde que seguramente sea cierto y que no hace falta llegar a plantear un asesino sobrenatural pero si apuesta por incorporar recursos del gótico o la atmósfera de los cuentos de terror que te ayude a situar el misterio.
Juan Vico y Toni Hill conversando en Gigamesh
Vico nos informa de que es significativo que hasta tiempos recientes no se hayan encontrado esos elementos, por ejemplo hasta la primera década del siglo XX no se encuentran detectives especializados en investigar casos sobrenaturales, como Algernon Blackwood que creó al parapsicólogo John Silence protagonizando seis relatos que son el muestrario de la literatura sobrenatural, casas encantadas, licántropos, etc… Aparece también Thomas Carnacki, creado por el escritor de fantasía inglés William Hope Hodgson. Definido como investigador psíquico que buscaba una explicación racional equipado con todo un instrumental pseudocientífico. Pero sin mayor repercusión. Por fortuna últimamente aparecen nombres como Fred Vargas con historias como muy inverosímiles y con un estilo literario muy trabajado que no es común en la literatura de género. O John Connolly y sus ángeles dónde ya se aprecia una clara fusión de ambos géneros.Sin embargo, apuntan ambos, en España este fenómeno es impensable. El panorama del género policíaco está completamente apegado a la realidad. Los autores de novela negra son claramente realistas y utilizan la literatura como una crítica social. Nombran a Juan Madrid, Vázquez Montalbán por poner un ejemplo. Se deja de lado lo fantástico. La literatura debe reflejar tiempo y lugar y no hay espacio para nada que no sea tangible y medible, opina Hill.
Sin embargo, opina Hill, la sociedad está ávida de estos elementos y lo demuestra el éxito de “la trilogía del Baztán”, de Dolores Redondo donde elementos mitológicos se mezclan con la investigación policial.
Juan Vico en su novela “Los bosques imantados” tiene una clara intención de alejarse de esta tradición literaria con prejuicios estéticos e ideológicos con las novelas que tratan de escapar de la etiqueta fácil.Aboga por la posibilidad de permitirte el lujo de utilizar recursos o elementos fantásticos, la libertad de utilizar estrategias sin necesidad de que eso esté etiquetado dentro de unos parámetros genéricos que entiende deben existir por cuestiones funcionales pero que son estrechos y limitantes a la hora de crear. Francia, 1870.En el bosque de Samiel se reúnen centenares de curiosos, devotos, médiums y magos, y también la prensa, dispuesta a cubrir los fenómenos que se esperan para la noche del 10 de julio. Locusto, un misterioso mago al que nadie ha visto el rostro, ha anunciado su aparición en el bosque, coincidiendo con el eclipse lunar que tendrá lugar en la noche de Samiel y que propiciará el despertar de poderosas fuerzas. Hasta allí viaja Victor
Blum, periodista embarcado en una cruzada personal contra la superchería y el fraude. Dos hechos inesperados, la profanación de una iglesia y un asesinato, pondrán a prueba la investigación de Blum.
Un análisis de la fascinación por los fenómenos paranormales y de la necesidad de poner a prueba la fe y la supersticiónEn ambas obras encontramos similitudes: la época, el engaño y el autoengaño, la visión de la ciencia, qué es realidad y qué no, la curación a través de la palabra, espiritismo versus ilusionismo, el juego con las voces narrativas…Y homenajes a sus fuentes literarias: Hill homenajea a “Jane Eyre” y “Otra vuelta de tuerca” y Vico a Julio Verne y Macbeth.Lo que no queda claro es si una fusión total y completa, una historia detectivesca con final sobrenatural sería soportada por elementos fantásticos y racionales y a gusto de todos los públicos, porque no nos engañemos, al final es el público el que decide.¿Qué opináis? ¿Los aficionados a la novela negra aceptarán soluciones fantásticas? Y los aficionados a la novela fantástica, ¿gustarán de una investigación racional?