1 del 1 del nuevo año... 2019 y sí es verdad esta fecha es real...
Me puse a revisar un par de años atrás para ver si había escrito algo sobre año nuevo, y no encontré nada sobre este tema.
Porque es mi experiencia, siempre desde muy niña me he sentido super incómoda con esta fecha, porque se supone que hay que celebrar, porque se supone que todo pasa esta noche, porque hay que estar rete feliz y tantas otras cosas del estilo.¡Y yo no entiendo nada!Cuando niña, disfrutaba de los fuegos artificiales que se podían comprar en el almacén de la esquina. ¡Pero los prohibieron!Cuando adolescente, ponía fuerte la radio y escuchaba al menos 1 hora en plena soledad. Para luego al terminar la sonajera, sentirme más sola aún.Cuando grande, traté de adaptarme a las celebraciones, fui a ver los fuegos a la torre Entel y saludé a los Carabineros que encontré por el camino, con toda la "chispa" que alguien como yo puede tener (suena terrible).Y ahora con hijos, es peor aún. Este año incluso me escondí de mis vecinos, para no saludarlos. Me gusta ver los fuegos artificiales, pero no estoy dispuesta a hacer ninguna cábala ni menos sentir que debo tirar todas mis energías (que tengo medidas) para celebrar. Y eso es lo que me pregunto.¿Por qué hay que celebrar TANTO el año nuevo? ¿Por qué hay que beber como enfermo, gritar y regocijarse?Lo único que desearía hacer esa noche -que no puedo- es buscar una mejor locación para ver los brillos y luces de los fuegos artificiales. Sólo eso, nada más.Y no es que sea amargada, o esté con depre. De verdad no comparto esa necesidad imperiosa de celebrar (si el año anterior fue malo, se celebra más o menos? si se murió un pariente cercano, ese año nuevo no se celebra? ¿Por qué siempre todos los años hay que volverse loco celebrando?).Esa noche me la pasé viendo en la oscuridad más perfecta, los fuegos artificiales en el silencio exquisito de mi propio patio. Abrazada con mi hombre, pensando en todos los que ya no están, pensando en los pobres pajaritos que se sobresaltaron de su sueño, pensando en lo ruidoso que fueron este año y lo brillantes e increíbles colores y formas que pude disfrutar.Y para mí, eso estuvo bien. Sólo me faltó un salud al cielo, nada más.Soy ermitaña y me siento cómoda así, con mi hombre que es de los mismos.