¿Qué fue primero, el Branding o el Marketing? ¿El huevo o la gallina?

Desde hace miles de años el hombre ha ido acompañando una imagen a sus productos con el fin de diferenciarse del resto de mercaderes. Ya en el 1300 aC, las marcas de alfarero fueron utilizadas en la cerámica y la porcelana de China, Grecia, Roma y la India. El Branding de ganado se remontan hasta el año 2000 aC. Y los arqueólogos han encontrado pruebas de Branding entre los babilonios que datan del año 3000 aC. Así que, ¿qué tan viejo puede ser el Branding? Por lo menos 5000 años.

Sin embargo, cuando no existe la empresa, cuando no existe el producto o el servicio, lo primero que piensa el emprendedor es en ponerle un nombre y una imagen distintiva, para identificarlos y diferenciarlos de los de la competencia. Muchas empresas <Pero ya no basta con ponerle un nombre y un logotipo a nuestra empresa o nuestros productos.

Hoy en día, el Branding es el que lo abarca todo, lo define todo, marca el camino a seguir por la empresa, en lo comercial, en lo humano y en lo financiero. Los clientes son los que deciden si hay un buen Branding detrás de una empresa y la premian por ello con sus compras, y cuando no lo hay, son los primeros en castigarla. Con el Brandig definimos también cómo deben comportarse nuestros empleados, qué valores deben tener, y cómo deben percibirlos

El Branding define cómo debemos planificar nuestro Marketing mucho antes de que lo llevemos a cabo. Cuando nuestro Marketing no está sujeto a las normas del Branding, a una personalidad clara y definida, nuestros mensajes y acciones se muestran difusos y nuestra marca se resiente.

Si vas a hacer un anuncio en prensa, radio, televisión o en Internet, y no tienes claramente definido a quién va dirigido el mensaje, en qué tono debes enviar el mensaje, un estilo acorde con los valores de la empresa y qué respuesta esperas obtener, es como salir a la calle y ponerte a andar sin tener un destino claro: llegarás a algún sitio, pero adónde.

- Minino de Chesire -empezó Alicia tímidamente,
pues no estaba segura de si le gustaría ese tratamiento:
pero el gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba

- Minino de Chesire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?

- Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar -dijo el Gato.

- No me importa mucho el sitio… -dijo Alicia.

- Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes -dijo el Gato.

- …siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia como explicación.

- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte -aseguró el Gato- si caminas lo suficiente!

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Lewis Carroll

¿Tienes claro a dónde quieres que llegue tu empresa?