Ésa es una de las preguntas más frecuentes que se presentan a todo lo largo de la vida en una infinidad de formas. Y esta pregunta viene acompañada de la urgencia de aprovechar nuestra vida, pues nos cuesta trabajo considerar que la estamos aprovechando si lo que hacemos nos parece inútil o una obligación. Si no nos mueve e inspira, sentimos que nos estamos perdiendo de algo y que la vida se nos está yendo implacablemente día a día.
Es una pregunta curiosa, quizá hasta extraña. ¿Cómo puede ser que no sepamos lo que queremos hacer con nuestra vida? Después de todo es nuestra y podríamos hacer lo que fuera con ella. Quizá ése sea el problema, en estos tiempos contamos con incontables opciones para ocupar nuestro tiempo y también sabemos que hay muchas causas dignas, de las cuales, parece, ninguna nos llama con suficiente fuerza.
¿O será que nos preocupa lo que otros piensen? Creemos que debemos encontrar una labor que otros admiren, nos damos propósitos y metas cuya apariencia es brillante pero que no nos satisfacen personalmente. Puede ser eso o quizá simplemente buscamos no incomodar a los demás con lo que queremos hacer, quizá soñamos muy grande para el gusto de quienes nos rodean o quizá sea muy poco a sus ojos. Como sea, si consideramos a los otros siempre existe un gran riesgo de conformarnos.
O puede que siempre hemos sabido que somos muy hábiles y capaces en algo pero en el fondo no nos interesa tanto. Y el problema es que consideramos que tenemos un deber con esta habilidad, no todos la tienen, deberíamos estar agradecidos de ser buenos en algo tan claramente.
La verdad es que lo que decidas hacer con tu vida representa un deber sólo hacia ti mismo.
Veamos tres formas de saber descubrir aceptar lo que quieres hacer con tu vida:
0. Ya sabes que lo quieres hacer
Siempre lo has sabido o lo descubriste en algún momento, sólo que no es popular, seguro o convencional, muchos no ven bien que quieras ir en esa dirección, temen por ti pues no ven futuro en ello. Probablemente eso es lo que te detiene, debes encontrar personas que sean más compatibles con tus deseos, en ellos será más fácil encontrar corroboración de que es un camino que vale la pena.
El hecho es que debes atreverte, tienes que dar el primer paso, así verás que las cosas se van dando poco a poco, encontrarás lo que requieres aprender y el círculo adecuado de gente al avanzar.
No estás aquí para competir, convencer o complacer, sino para compartirte como eres. Si ya sabes lo que quieres, comienza ya.
Los siguientes dos enfoques vienen de lo que es tu visión personal.
1. Qué le falta al mundo, qué es importante para ti
Tienes una inquietud por dentro, sientes que hay cosas que podrían ser diferentes, que todos nos estamos perdiendo de ciertas experiencias. Tú sabes qué se puede mejorar, qué nos hace falta. Quizá temes empezar porque el camino parece largo, no sabes cómo lo harás o si eres la persona adecuada para tal labor.
La verdad es que si tienes esa inquietud, nadie hay mejor que tú para traer ese algo nuevo al mundo. No importa el tiempo que te tome o el esfuerzo, tú sabes que vale la pena, si no, tu atención no estaría volviendo a ello cada vez.
El tiempo va a pasar de todas formas, no requieres mayor reconocimiento que el tuyo. Haz real tu idea. Te lo debes a ti mismo (y al mundo por extensión).
2. Quién quieres ser
Cuando ves hacia tu interior, ¿en qué persona ves que quieres convertirte? ¿Qué son las cosas que esa persona hace naturalmente? ¿De qué clase de gente se rodea? ¿Qué hace durante su día? ¿Qué le importa, qué lo mueve? ¿Qué cosas jamás aceptaría que sucedieran en su experiencia?
Haciendo esas preguntas puedes tener una buena idea de qué es lo que quieres hacer, puede que te falten algunos detalles, pero ya tienes un comienzo, todo se ira definiendo al irte convirtiendo en la persona que quieres ser.
¿Aún no sabes que hacer con tu vida?
Puede que todavía no te encuentres en un lugar en el cual alguno de los tres escenarios previos apliquen. Probablemente lo que requieres es explorar un poco más y descubrir quién eres, qué son las cosas que te importan y motivan. Simplemente prueba y escucha a tu curiosidad, en ella están los indicios que te permitirán encontrar un camino que vale la pena para ti y que te lleve a expresarte de manera auténtica en todo lo que haces.
¿Ya sabes qué harás?
¿Qué es importante para ti?
¿Quién quieres ser?
¿A dónde quieres ir?