Revista Talentos

Que no nos quiten la esperanza

Publicado el 04 junio 2012 por Ou88 @galletita
Mayo fue un mes que se fue volando, pero que así también dejo muchas noticias que merecen compartirse y celebrarse, y entre ellas se encuentra una a la que quiero darle prioridad en este post porque si hay algo que me pone realmente feliz es el saber que en el mundo se hace justicia, y el 30 de mayo así fue.El ex presidente de Liberia, Charles Taylor, fue finalmente condenado a lo que, por la cantidad de años que le dieron y la cantidad de años de vida que tiene -64-, podría considerarse cadena perpetua. Recibió 50 años de cárcel por haberse enriquecido a costa de 50 mil vidas. Luego de haber apoyado con armas a los rebeldes asesinos a cambio de diamantes de sangre, finalmente, y tras años de juicio, se marcó un hito para la rendición de cuentas en el Tribunal Especial para Sierra Leona. Un hito que fue aplaudido en varias partes del mundo. Miles de mujeres, niños y adultos mutilados, secuestrados, asesinados y hasta violados hoy pueden descansar sabiendo que en La Haya se hizo justicia.Muchos somos los que creemos que las historias donde son los superheroes los únicos capaces de traer paz a la ciudad y donde los villanos terminan pagando sus culpas no son más que eso, historias para la pantalla grande o para venderse en una tienda de comics. Creemos que en la vida real las cosas son distintas y que los malos muchas veces terminan silenciando los llantos de sus victimas con el poder y dinero que tienen. Que la justicia está del lado del que puede más y que lastimosamente tantos juegos sucios solo pasan de largo en las cortes y se impregnan para siempre en nuestra memoria. Por eso es que leer que uno de estos villanos de la vida real no haya podido escapar de aquella mujer de ojos vendados y balanza y espada en mano es una noticia maravillosa. Una para aplaudirse, para sonreír y para llorar. Los derechos humanos de miles de personas fueron atentados bañando de sangre los diamantes de Sierra Leona durante mucho tiempo y aunque ahora mirar atrás siga doliendo, duele mucho menos sabiendo que todavía hay esperanza en la justicia.

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