Quien pierde paga

No sé cuántos libros de Stephen King habré leído ya, pero ninguno como Quien pierde paga. Y no lo digo como un elogio, sino una crítica.

Quien pierde paga me ha parecido el peor de los libros de Stephen King que he leído. Por detrás incluso de Doctor Sueño.

Si seguís leyendo, veréis que cumplo a rajatabla con mi política de reseñas sinceras para autores extranjeros.

El autor: Stephen King

Es difícil que haya alguien que, a estas alturas de la película, no conozca a Stephen King. Sin embargo, si queréis saber un poco más sobre su vida y obra, podéis leer esta pequeña biografía que escribí hace unos años.

Una biografía que escribí para el hermano mayor de Quien pierde paga: Mr Mercedes. Un libro que da mil vueltas a este que tenemos entre manos…

Pero vayamos por partes.

El libro

Vaya por delante que no tenía pensado leer Quien pierde paga. Me gustó Mr Mercedes, pero tampoco disfruté tanto como para embarcarme en una 2ª y una 3ª parte. Este libro llegó a mí como un regalo de alguien a quien aprecio y, debo confesar, ha estado en mi librería durante meses. Puede que años.

Quien pierde paga de Stephen King

En esta vorágine lectora con la que he empezado 2019 (casi a libro por semana), busqué algo ligero, cómodo y entretenido en esa misma librería. Y Stephen King normalmente es una apuesta segura, aunque esta vez no haya sido así…

Ficha técnica

EditorialPenguim Random House

SelloPlaza y Janés

TítuloQuien pierde paga

AutorStephen King

SagaTrilogía Bill Hodges

TraductorCarlos Milla Soler

Número de páginas448

ISBN978-84-01-01737-7

PublicaciónSeptiembre 2016

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Sinopsis

Unos leer para aprender, otros para olvidar. Y devoran el libro o el libro los devora a ellos. He aquí el plan de un lector maníaco.

«Despierta, genio».

Así comienza la fascinante nueva novela de Stephen King sobre un lector fanático. El genio es John Rothstein, un autor de culto, creador del personaje de Jimmy Gold. Morris Bellamy está fuera de sí, no solo porque Rothstein haya dejado de escribir, sino también porque considera que el inconformista Jimmy Gold se ha vendido para dedicarse a la publicidad. Morris decide matar a Rothstein y vacía su caja fuerte para llevarse no solo todo el dinero sino además el verdadero tesoro: los cuadernos de notas de otra novela protagonizada por Jimmy Gold.

Morris lo esconde todo y al día siguiente acaba en la cárcel por otro crimen terrorífico. Décadas más tarde un chico llamado Pete Saubers encuentra el tesoro y ahora son él y su familia a quienes han de salvar Bill Hodges, Holly Gibney y Jerome Robinson del vengativo y trastornado Morris cuando salga de la cárcel tras treinta y cinco años encerrado.

Opinión

Algunos ya me han dicho que soy implacable con esta reseña (al menos con el pequeño adelanto que publiqué en GoodReads), así que debo explicar una cosa antes de continuar.

Cuanto más altas son las expectativas sobre algo, más duro es el baño de realidad. Stephen King, para bien o para mal, lleva docenas de novelas escritas. De grandes novelas. Por eso, cada vez que cojo una de sus obras, el listón está puesto a ese nivel. Al nivel de Misery, Carrie, El resplandor…

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Cuanto más altas son las expectativas sobre algo, más duro es el baño de realidad.
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Si cualquier otra persona hubiera escrito este Quien pierde paga, esta reseña sería mucho más amable. Diría que ha sido entretenida, que no tiene una trama muy elaborada y que es predecible, pero que es entretenida. Quizá omitiría el epílogo y la burrada que convierte a una obra mediocre en un esperpento, o quizá diría que ahí el autor ha patinado sobre sí mismo.

Pero Quien pierde paga lo ha escrito Stephen King. Por eso se le presuponen ciertos mínimos que aquí, desgraciadamente, no cumple.

Es una de las pocas veces que me he aburrido leyendo a King y me he saltado (sí, saltado) páginas enteras. Que yo recuerde, solo me pasó con Doctor sueño, y no tanto por el libro en sí, sino por de quién se suponía que era la continuación.

El caso es que la trama tarda mucho en despegar (casi 100 páginas) y tarda todavía más en introducirnos al protagonista de la saga (unas 170 páginas). Así que estamos ante una novela que, de 450 páginas, dedica 170 a modo de introducción.

No solo eso, sino que en esas 170 páginas de Quien pierde paga, Stephen King mete con calzador referencias constantes al libro anterior (Mr Mercedes) para intentar hacernos sentir que esto es parte de un todo. Algo que podría haberse ahorrado, porque así quizá no hubiera escrito esas dos escenas absurdas que tiran al traste el precario equilibrio general de la novela.

Volviendo al libro, a Quien pierde paga, nos encontramos con una trama que, además de ser lenta despegando (algo que no tendría por qué ser malo) es totalmente lineal y predecible. Desde que Stephen King muestra sus cartas, sabes qué va a pasar, quién va a hacer qué y cómo va a terminar. No hay nada interesante en el texto, ningún giro sorprendente.

Y ese es otro de los puntos que me ha sacado completamente de Quien pierde paga.

El único recurso del que parece disponer Stephen King en Quien pierde paga para captar nuestra atención es usar un lenguaje burdo, bruto y escatológico. Violencia gratuita que si desapareciera, dejaría el libro en su mismo estado. Una violencia que, además, se repite varias veces, quitándole el poco interés que despierta.

Pero eso no es lo peor de Quien pierde paga, un libro que podría haber pasado por aquí sin pena ni gloria. El problema está en el final, en el epílogo. En esa última escena que se carga con cualquier realismo policiaco que podría haber conseguido con sus dos libros.

Un final que os podría contar sin afectar para nada la trama (para que os hagáis una idea del pegote que supone), pero que prefiero que seáis vosotros los que lo leáis para poder juzgar.

En resumen

Quien pierde paga es quizá un libro mediocre y aburrido que tiene la pega de estar firmado por Stephen King. No aporta nada nuevo, no propone ninguna trama interesante ni ningún desarrollo que merezca la pena destacar.

Lo único que Quien pierde paga hace, es vomitar una escena inverosímil que rompe con la poca credibilidad que ha conseguido en las 900 páginas de desarrollo de la trilogía.

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