Revista Diario

Rapidez de implementación

Publicado el 14 marzo 2013 por Alxndro @al_x_ndro

En el artículo anterior acabo de hablar de las fases del aprendizaje, cómo se va evolucionando naturalmente de la observación del mundo a la práctica de habilidades concretas y de ahí hacia la experimentación libre en la cual uno encuentra su propia voz.

También mencioné que no pienso que estas tres fases estén tajantemente divididas, puede ser que una tenga dominancia en cierto periodo de algún aprendizaje, pero probablemente todas suceden una cerca de otra y sin un orden estricto.

Podemos salir a la vida y experimentar algo y después comprender qué pasó, acercándonos a fuentes y expertos. Se puede leer sobre cierta forma de hacer algo y de todos modos hacer lo que nos venga en gana, y observar posteriormente los resultados. Pero algo que es más complicado es practicar una habilidad sin estar consciente de ella.

Tomar conciencia
Es decir, cuando experimentamos, u observamos e investigamos, encontramos cuáles son las habilidades a desarrollar que corresponden con aquello que queremos lograr. Usualmente las habilidades que hemos desarrollado y las habilidades que estamos buscando ubicar hacen referencia a nuestros objetivos, deseos y metas.

Así, la práctica es el centro y eje de todo aprendizaje. No importa cuánta información metas a tu cabeza o cuántos experimentos hagas si no los pones en el contexto de lo que quieres y defines cuáles con las bases para alcanzar tu propósito. Tienes que definir qué habilidades quieres, y practicarlas.

De esta forma pasamos a un concepto muy importante en lo que se refiere a tu desarrollo personal: la rapidez de implementación.

Cuando escuchas una nueva idea o práctica que está alineada con lo que quieres vivir en la vida, ¿cuánto tiempo te toma pasar a la acción? O sea, una vez que eres consciente de algo que puedes hacer, ¿lo pruebas inmediatamente?

¿En verdad quieres lo que dices quieres o sólo te gusta hablar (y leer) al respecto?

Algo quieres y por eso estás buscando la información necesaria para alcanzarlo. En el momento de encontrar un indicio de cómo alcanzarlo, por mera congruencia, ¿no deberías tomar acción inmediatamente y ver qué sucede?

De esa forma, las fases del aprendizaje, para mí, tienen esta forma algo más complicada:

  • Tomar conciencia de un deseo o aspiración
    (Observación interna)
  • Reconocimiento de acciones a tomar
    (Observación externa)
  • Práctica
    (Experimentación, toda primera vez es experimentación)
  • Evaluación de los resultados obtenidos
    (Experiencia, Observación)
  • Práctica y confirmación de causas y efectos
    (Observación)
  • Práctica
  • Práctica
  • Práctica

  • (Experiencia)
  • Experimentación

Si me preguntas, la práctica y la experimentación suelen ir unidas porque el verdadero conocimiento (experiencia) no se puede transmitir, te lo pueden platicar y explicar y puedes sentir que lo que se te ha dicho lo comprendes completamente. Pero una vez que lo haces de verdad, descubres cómo son las cosas y que lo que tienes que hacer es diferente a lo que has ensayado en tu cabeza.

Y, bueno, como la práctica es lo que toma más tiempo para desarrollar maestría y lograr un cambio en tu persona, es fundamental que apliques rápidamente aquellas cosas que te conducirán a lo que quieres. Esto aplica en otros muchos casos:

  • ¿Quieres ser más ordenado? Guarda y limpia las cosas después de usarlas.
  • ¿Quieres ir y hablarle a alguien que llama tu atención en la calle? Hazlo, sólo tienes unos cuanto minutos de oportunidad.
  • ¿Quieres comer más sanamente? Levántate, deshazte toda la comida que no te lleva a eso y ve por alimentos más saludables.
  • ¿Quieres bajar de peso haciendo ejercicio? Párate y haz cinco lagartijas, cinco abdominales, y cinco sentadillas.
  • ¿Quieres tener mejor memoria? Lleva contigo una libreta y anota lo que requieres recordar; repite inmediatamente los nombres de la gente nueva que conoces.
  • ¿Quieres ahorrar dinero? Ve y deshazte de cosas que no necesitas, y no compres más. Ama lo que haces.

En fin: ¡Experimenta! Prueba ver dónde estás en tu camino para reconocer qué te hace falta. Si quieres, hazlo progresivamente, no hay prisa, asienta hábitos, pero toma una acción. Hoy. Ahora. La más pequeña y cercana que tengas. Y auméntala con el tiempo.

¿Has encontrado algo útil entre los artículos que escribo?
¿Ya lo has implementado en tu vida?
¿Acaso estás pensando que saber algo de memoria es igual a tener su experiencia?
¿Crees que por ‘saber’ es inminente que suceda por sí solo el cambio?

No, tienes que salir y tomar acción.
Puede ser observar e investigar, o experimentar de una vez.

¿En verdad quieres lo que dices que quieres?


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