Recuerda poeta, recuerda.

“La mendiga pedía en la Plaza Mayor, muy vestida de negro, y con un llanto en la voz…”.Y se siente la paloma poderosa sobre el busto del fundador de la nación mientras que el resto del pueblo ignora su presencia e incluso la desprecia; y sus movimientos lánguidos son acompañados por notas sueltas que se escapan de un violín con la madera corroída, desempeñado varias veces, tocado por una anciana. Ahora te digo: ¡Escribe pequeño poeta desheredado del mundo porque tu cenit ya ha pasado y mañana ya no serás nada! ¡Siente por última vez, porque mañana ya no sentirás más mi viejo escritor! ¡Recuerda y haz vivir, creador de luz en un mundo de sombras!
¿Te acuerdas de lo que te enseñó a recitar tu abuelo desde la más tierna infancia? Ahora es tiempo de recordar aquellos versos de Rafael de León en los que la mendiga siempre decía entre remilgos “Perdone usted por Dios”.