Revista Diario

Reflejos en un ojo dorado

Publicado el 25 julio 2013 por Anabel
REFLEJOS EN UN OJO DORADO
Siguiendo la estela de libros recomendados por Truman Capote, decidí darle otra oportunidad a Carson McCullers. Me había gustado mucho "El corazón es un cazador solitario", que fue la primera novela que escribió y publicó (con  éxito). Atraída por el título y por las referencias a la película que en su día dirigió John Huston y  protagonizaron Marlon Brando y Elisabeth Taylor, me tiré al río. Y esta vez no acerté. Es una novela breve, pero después de haberlo leído me da la sensación de que no está del todo acabada, es como si  la autora se hubiera limitado a plantear una serie de personajes extremos y no hubiera terminado de construir la historia. No es que esté mal escrito (no me atrevería a decir eso) pero de alguna forma, no fui capaz de meterme en la trama, me quedé al margen, distanciada.
REFLEJOS EN UN OJO DORADO Trata sobre determinados hechos que suceden en un  campo militar del Sur de Estados Unidos durante la época de paz. Allí viven dos parejas: los  Penderton y los Langdon. El capitán Penderton es homosexual, uno de esos que están metidos en el armario y no sale, (lógico en la época y ambiente en el que vive), lo que le provoca una serie de conflictos emocionales severos. Su esposa, Leonora es amante del comandante Morris Langdon, que está casado con Alison, enferma del corazón y conocedora del romance y de un pequeño desliz de Penderton. Alison desea abandonar a su esposo pero pero no se decide a hacerlo. Su único consuelo es un criado filipino extravagante (Anacleto) y un teniente culto y pobre que también vive en el cuartel. Ajeno a ellos, aparece el soldado Williams que va envolviéndose en una extraña espiral de deseo, vouyerismo y desastre.
Todos parecen desear otra cosa, a otra persona, o abandonar a otra persona y todos ven sus deseos frustrados. El capitán Penderton, persigue al soldado Williams cegado por un deseo que en principio no sabe identificar y que confunde con odio. El soldado Williams desea a Leonora, la persigue y establece un ritual peligroso y vouyerista, sin que esta llegue a saber hasta el final que es lo que sucede. Leonora (calificada por la autora como deficiente mental) desea al comandante Morris, que parece ser el único que está cómodo en su pellejo, aunque atormentado por determinados hechos del pasado y por el sufrimiento de su esposa, que él entiende que son rarezas de mujer. Alison a su vez vive atormentada por la relación de su marido y Leonora, la pérdida de su hija y su carencia de arrojo para abandonar a Morris.
A pesar de lo dramático de la situación, o tal vez por ello, me he quedado sin la posibilidad de empatizar con los personajes. Quizás sea Alison Langdonel personaje que más cercano y completo encuentro, porque los demás no me han llegado tanto aunque perciba sus tensiones internas y es que la sensación que me ha dejado es como si esta novela sólo fuera el boceto de otra más completa.

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