Reflexiones

Hubiera preferido que las cosas discurrieran de otro modo pero ante la nula perspectiva de volver a la radio en España, decidí centrarme en Estados Unidos en los medios de habla hispana, suelen ser más educados y contestar a los envíos.
Decidí centrarme en las cripto monedas para no angustiarme dándole vueltas a los silencios de un mundillo radiofónico que amo, pero que cada día entiendo menos.
Poner en marcha mi espacio en la red cada mes es visitado por mil personas que para ser una cuestión creativa y minoritaria, como es la poesía no está mal.
Para dar salida a otras inquietudes decidí abrir una especie de diario personal, no es una idea original pero me parecía la más efectiva de no acabar en el psiquiatra.
Ahí voy contando mis andanzas vitales, con la radio, las cripto monedas y demás cuestiones.
Amo la radio aunque ahora nuestra relación está rota, la esperanza de recuperarla sigue en mi cabeza.
Para no angustiarme me refugio en las monedas virtuales que veo con gran potencial económico.
El mundo de las monedas digitales es complejo hay multitud de divisas cada una mecánica similar pero un valor en algunos casos diferentes.
Uno va aprendiendo poco a poco, gracias a cursos a distancia que explican a los no iniciados como introducirse en un mundo donde abundan los tecnicismos.
En ocasiones la gran cantidad de información disponible, la mayoría en inglés, hace que en lugar de aclararte te enfangues más.
Con paciencia llegaré al final del camino, mientras tanto me documento, leo todo lo que puedo y trato de recuperar el color saludable de piel.
No hay tiempo, ni lugar para el tedio, nunca la tecnología me tuvo tan absorto.
Las cripto monedas es un universo tan apasionante que cambia tan velozmente que uno se siente siguiendo una estela de algo pionero y experimental.
Mi pasión por curiosear me lleva a no centrarme en un solo tema.
Supongo que los primeros radiofonistas se sentirían igual que los seguidores de las monedas virtuales experimentando cada día con vistas a mejorar en algo la época que les tocó vivir.
Seguiré indagando este curioso mundo donde las cosas cambian cada tres horas.
Me queda tanto por conocer que me siento como un niño que ve algo por primera vez.
Me resulta curioso saber que el bitcoin cotiza veinticuatro horas al día, no cierra, no es como la bolsa.
Donde también he decidido meter la cabeza con bastante acierto hasta el momento.
Resulta llamativo que un tipo que no es de números acabe investigando sobre una moneda que se basa en un alegorismo matemático.
De momento saco brillo a mis diplomas de locutor y afines, orgullo de mi progenitora cuando llegan las visitas…
Como el resto de credenciales que voy acumulando.
Las monedas digitales se han convertido en un refugio veraniego acogedor donde uno puede ocupar el tiempo cuando no está bajo el agua.