Relato: El orco y el científico

El orco miró su obra magna. Al fin había conseguido algo de lo que nunca nadie le habría creído capaz. Ese ser, ahora vivo, creado a partir de miembros de sus compañeros caídos en la Guerra de los Veinte Años, le otorgaría el reconocimiento de toda su raza.
Esa vida que había creado a su imagen y semejanza, recibió el nombre de humano.
Tardó varias horas en pestañear y en articular palabras comprensibles.
En pocos días, ya estaba caminando sin apenas dificultad.
El orco se maravillaba de sus logros. Y cuando, al mes de tener a la nueva vida junto a él, ésta ya realizaba complejos análisis científicos, le vistió con una bata blanca igual a la que él mismo llevaba dentro del laboratorio.
Dos meses después, creó una hembra para el humano. Se trataba de una criatura más hermosa, creada a partir de miembros mejor conservados, manipulados con mayor delicadeza.
Pronto, los dos nuevos especímenes comenzaron a realizar pruebas a espaldas de su creador. Dieron vida a nuevos miembros para su especie, creados a imagen y semejanza de ellos mismos.
Cuando el orco lo descubrió, ya era demasiado tarde. Su especie estaba condenada a la extinción.