La tirada del mes de febrero.
Este domingo, tal y como anuncié aquí están vuestros relatos, inspirados en la tirada del mes de febrero. Como veréis los relatos son completamente diferentes y eso es una de las cosas que más me gusta de lanzar los dados: que los participantes dejan correr la imaginación sin más, que a cada uno los dados les han sugerido historias distintas. Creo que son buenísimos todos. Quiero daros las gracias por participar, sé que siempre requieren un tiempo que muchas veces no parece pertenecernos. Los publico por estricto orden de llegada.La primera participante es mi amiga Yeste Lima, ideadora de las "tontás" y autora del blog "Mis queridas Personas", os dejo con su relato, un interesante viaje
VIAJERO DE TRENES
Foto extraída de Photo Pin
El traqueteo no me dejaba dormir, siempre he sido comodón, he buscado la comodidad en mi forma de vivir hasta en las relaciones, reconozco que ser así me ha perjudicado mucho, pronto pasaríamos el puente de San Miguel y la velocidad aminoraría cual tortuga cruzando riachuelo seco. Temo tener prisa, no quiero acelerar mi futuro, vendrá con pausa, mirando despacio cada huella de mi pie paso a paso.Siempre fui viajero de trenes, conocía todas y cada una de las estaciones que solía visitar sólo por el reloj que me daba la bienvenida colgando de sus paredes. A pesar de haber recorrido mucho mundo, este viaje lo hacía temeroso de llegar al final, inquieto porque en el tablero de los sentimientos, mi torre luchaba por sobrevivir y sería ella la que decidiera las piezas que se podrían salvar en el juego. Ella la que supiera medir en la balanza qué merecía la pena y qué no, qué pesaba más de mí.... si mi cómoda forma de vivir o el inmenso amor que sentía por ella.Tengo en la mano su flor favorita, la huelo con ansia, pero no se la daré, no quiero que nada condicione nuestro encuentro. Ella tiene en la suya, la llave de nuestro futuro.Yolanda Díez Panero, que ya ha participado en esta sección otra vez (gracias, gracias, gracias) y que no sólo tiene inteligencia matemática y sensibilidad musical, también escribe fenomenal, ha publicado relatos y publicará muchos más porque tiene una facilidad enorme para escribir.
HACER JUSTICIA
La esperó, la esperó durante horas debajo de la torre como habían acordado. El sol le daba en la cara. Seguro que el reloj de la Iglesia marcaría ya las cuatro y él estaba allí desde el amanecer. Un dolor insoportable comenzaba a apoderarse de su corazón. Desesperaba a cada minuto, pero no podía irse sin ella. Estaba seguro de que vendría. Su mente inventaba miles de razones para la tardanza, ninguna era la traición, confiaba plenamente en su amor.Se puso una mano a modo de visera y oteó el horizonte. Nada, nadie...el tiempo pasaba lento, como el caminar de una tortuga, y la espera le angustiaba. Apretó fuertemente la carta entre sus manos, era la llave de su felicidad. Tenía sed y sentía cada vez más opresión en el pecho, cogió el ramo de flores silvestres que había preparado para ella y sus dedos sudorosos acariciaron los pétalos, marchitos por el calor.
Al caer la noche decidió acercarse al río, se incorporó despacio, sin fuerzas, la losa de la tristeza le empujaba hacia la tierra.Al llegar la vio, colgada del puente, su vestido con manchas de lodo, los ojos desorbitados, la expresión de terror.Volvió sobre sus pasos dispuesto a hacer justicia.
José Antonio Chimeno, se ha resistido hasta casi el último momento, pero creo que al final ha disfrutado un montón y nos ha dejado un texto delicioso, con mucho sentido del humor. Ya hemos tenido la fortuna de publicar uno de sus poemas en el blog y pienso seguir enredándolo cada vez que se deje (soy un mal bicho, no nos engañemos). Este es su relato,
Foto extraída de Photo Pin
CURANDO HERIDAS
Aturdida, dolorida.Demasiados golpes contra los cantos rodados del cauce del torrente embrutecido. La corriente la arrastró, se aferró a todo lo que pudo en ese vertiginoso viaje; lo último que recuerda es el impacto contra el pretil del puente de piedra. Su traumática odisea acaba en un lodazal, a la orilla del mar sucio y relajado después del temporal.Encajada en lo que debe ser la huella del pie de algún mariscador que merodea por el desastre, se atreve a hacer salir su cabeza atribulada del caparazón, alcanza a ver lo dantesco de la escena devastada y la silueta, no muy lejana, de la torre del o que debió ser un castillo sobre las rocas del acantilado de un cabo y fuera de su lugar, en los sillares de la pared de la torre, un gran reloj desvencijado que pendía de uno de sus anclajes al albur del viento ya cansado. Parecía burlarse del tiempo. Se intentó reponer, hizo salir sus patas y aflorar su cola. Logró salir de la huella y se dirigió a la seguridad de la tierra adentro, pero de repente sintió un fortísimo golpe que la hizo volar varios metros, rebotes aquí y allá hasta que quedó depositada, inerte en la arena. Sintió algo metálico y alargado debajo de su coraza; se dio cuenta de que era una llave grande.Permaneció inmóvil sobre la llave y empezó a sentirse reconfortada al oír al energúmeno que airado la había pateado, dar lastimeras voces porque había perdido la llave del castillo, "¡maldito hideputa!, te está muy bien empleado". Se dejó aún más quieta, las idas y venidas de las ahora pequeñas olas del mar, las iba hundiendo a las dos poco a poco en la arena. Cuando se cercioró que la llave estaba totalmente enterrada, reinició su retiro al interior dejando atrás las voces quejumbrosas. Lastimada pero satisfecha, con una sonrisa, sabedora de que la balanza de la justicia se había equilibrado y ese canalla ya no encontraría nunca la llave perdida.Así se curan mejor las heridas.
Me parece que el resultado es muy bueno, ¿os atrevéis a seguir jugando? Si lo hacéis os estaré esperando con los dados en la mano. Nos leemos el martes.