Hoy empezamos nuestra visita en la Piazza di Montecitorio, a la que llegamos en bus desde el hotel. Nuestra prioridad del día era el Pantheon, pero lo dejaríamos para un poco más tarde.
Allí pudimos ver la Columna de Marco Aurelio y el Palazzo Montecitorio.
Se construyó entre el 176 y el 192 para celebrar las victorias de Marco Aurelio.
El relieve en espiral de la columna es semejante a la Columna de Trajano.
Originariamente, en su parte superior, había una estatua de Marco Aurelio que el Papa Sixto V retiró para colocar en su lugar una estatua de San Pablo que es la que está actualmente.
Inició su construcción Gian Lorenzo Bernini y fue terminada por Carlo Fontana.
Comenzó siendo el Tribunal Pontificio, luego la Sede de la Gobernadoría de Roma y la Dirección de la Policía hasta que, desde 1870 con la Unificación de Italia.
Callejeamos un poco y llegamos hasta el Pantheon y la Piazza della Rotonda, con su fuente y su obelisco.
El Panteón de Agripa fue construído a comienzos del Imperio Romano por Marco Vipsanio Agripa y tenía forma rectangular.
Tras ser destruído, fue reconstruído por Adriano con la forma actual.
La anchura del círculo tiene la misma medida que la altura de la cubierta, lo que da como resultado una estructura completamenteesférica. Por otra parte esas medidas no son pequeñas precisamente, son 43'35 m. de diámetro y de altura, lo que complicó enormemente la construcción del Panteón. Sobre todo para levantar y sostener la cúpula, porque al tener unas dimensiones tan grandes hubo que inventar nuevas formas de construirla y de asentarla con seguridad para que no se derrumbara.
Esas puertas, esa cúpula, ese suelo..... todo él es maravilloso. No podía dejar de mirar cada detalle de todo lo que me iba encontrando.
Allí se encuentran las tumbas de Vittorio Emanuelle II
La de Humberto I
Y la de Rafael
Tras un rato admirando la belleza del Panteón de Agripa, salimos de él y fuimos a tomarnos un capuccino muy cerquita de allí.
Teníamos que probar esos capuccinos de los que tanto habíamos oído hablar, los de 'La tazza d'oro' que está al ladito del Pateón.
Tras nuestro capuccino, nos fuimos en dirección a Piazza Navona con sus tres fontanas.
La Fuente de los Cuatro Ríos fue ideada y esculpida por Gian Lorenzo Bernini en 1651.
Las estatuas son una alusión a los cuatro ríos principales del mundo (Nilo, Ganges, Danubio y Río de la Plata), cada uno en los continentes conocidos en la época. En el centro hay una gran mole de mármol desde la que emerge el obelisco de Domiciano.
Después de las fotitos de rigor y admiración de edificios y fuentes, fuimos a comernos un helado al fondo de la plaza.
La heladería en cuestión se llama 'Tre fontane' y, para mí, fue el mejor helado que me comí en Roma.
Desde allí nos fuimos a la Piazza Campo de' Fiori con sus puestos de frutas, verduras y flores.
Seguimos caminando en dirección al río para ir hacia el Ghetto, el barrio judío. Paseamos por sus calles y nos dimos de bruces con la Fontana delle Tartarughe.
Mientras paseábamos por el Ghetto, nos encontramos con el Portico d'Ottavia y el Museo Hebraico de Roma.
El Portico d'Ottavia lo mandó construir Augusto y se lo dedicó a su hermana Octavia la menor. Al sufrir un incendio en el año 80 a.c, fue posiblemente restaurado por Domiciano y, más tarde, tras un segundo incendio lo restauraron Septimio Severo y Caracalla.
Continuamos el camino pegados al río y aprovechamos para fotografiar la Isola Tiberina.
Seguimos hasta el Tempio della Fortuna Virilis y el Tempio di Vesta que están al lado de Santa Maria in Cosmedin con la Boca della Veritá en la que metimos la mano.
Representada por un rostro masculino con barba, está dedicada al Dios del Mar.
Cuenta la leyenda que si se le miente mientras se tiene la mano en el interior de su boca, la escultura muerde la mano.
Al salir de la iglesia buscamos donde comprar algo para comer y lo devoramos en el principio del Circo Máximo. Luego lo recorrimos completo.
El Circo Máximo fue un estadio para carreras de carros en la antigua Roma.
Cogimos el bus y nos volvimos a plantar en la Colonna di Marco Aurelio, queríamos ver el Pantheon de noche. Antes de llegar a éste nos encontramos con la Piazza di Pietra y con una tienda de juguetes de madera en la que había un gran Pinocchio sentado con el que nos hicimos una foto.
Después de llenar el estómago y de estar callejeando unas horas cogimos otra vez el bus y nos fuimos al hotel a dormir.
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