No era un mal tipo, pero las circunstancias le fueron transformándolo en una persona sombría, su quebradiza salud tampoco dulcificaba su carácter.
Las tediosas recuperaciones con plazos inacabables, no hacían que su vida fuera fácil.
Poco a poco se fue refugiando en aquellas cosas que le permitían desenvolverse en soledad y sin necesidad de terceros.
Estaba cansado de esperar mejorías que no llegaban, amores no correspondidos y reproches varios.
Se centró en sí mismo para sobrevivir, aunque pudiera resultar egocéntrico, cualquier cosa para no volver a caer en una depresión.
Su vida era una carrera de obstáculos constante, sabía que no iba a dejar de serlo y nadie iba a ponerse en su piel.
El mundo no le gustaba y menos la época que le había tocado en suerte.