Los últimos años de su vida habían sido un bucle de su casa a la radio, echaba la vista atrás no tenía ningún motivo para sentirse orgulloso, nunca se había lucrado ejerciendo como locutor.
Tenía los títulos que le acreditaban como tal, pero nadie le había pagado por sus horas de radio ya en el recuerdo e incluso en algún momento le salieron caras.
Ahora aquella época era una nebulosa de recuerdos donde conoció a personajes que admiraba...
En el discurrir del tiempo se convirtió en un coleccionista de diplomas muchos de ellos relacionados con su vocación, lo que no le garantizaba que se le abriera ninguna puerta.
Seguía buscando su sitio como radiofonista sin éxito.
Veintiún años dedicados a un medio y una vocación que amaba, de la que se veía alejado de un modo que le parecía injusto.
Ahora llevaba un tiempo alejado del micrófono, siendo un estudiante incansable, el pasado no volvería y se veía desengañado.
Sus prioridades cambiaron, había empleado veintiún años de su vida en agradar a todo el mundo sin conseguirlo e intentando ayudar a todos los que estaban alrededor.
No iba a seguir regalando su tiempo a cambio de nada y tampoco iba a pagar por trabajar como le habían propuesto innumerablemente en el último año.
Motivo por el cual se empezaba a plantear muchas cosas, sus agendas de contactos habían acabado en la basura, nadie le había echado una mano cuando lo necesitaba.
Había pasado todo 2014 acumulando diplomas y recibiendo silencios a cambio de sus ofrecimientos y 2015 llevaba el mismo camino.
Aunque nadie creyera en él seguiría sintiéndose locutor de radio por mucho tiempo que pasara.