Le había costado entenderlo pero cuanto más leyera más y mejor escribiría y es reto le motivaba a seguir adelante.Se entrenaba vocalmente estudiando italiano para principiantes, era la manera más divertida de desentumecer la boca, sin sentirse como sí fuera al foniatra.Su resentimiento inicial se trasformo en decepción, después de llorar mucho durante su ausencia radiofónica y fundir agendas, sin conseguir nada, se le endureció el corazón.La lección aprendida resultaba dolorosa, no podía confiar en nadie y menos a nivel profesional donde todo se movía por egoísmo.Escribir se convirtió en su terapia para no caer en el desánimo.Se alegró de tener una segunda vocación costosa como una carrera de fondo.