Revista Diario

Salvando abejas

Publicado el 04 junio 2010 por Hada

SALVANDO ABEJASMe ocurren cosas muy extrañas, últimamente.

Nunca me han ido las siestas y menos desde hace años, que no como al mediodía. Sin embargo, la fiebre, ayer, me lanzó hacia el sofá a eso de las cuatro de la tarde. Enseguida llegó Morfeo y ahuecó sus brazos para adormecerme.

Soñé con gentes que no recuerdo conocer de forma consciente.
Soñé con tres mujeres y un hombre, todos argentinos, todos destacados profesionales del mundo de la belleza femenina en diferentes vertientes.
Soñé con travesías locas en lanchas motoras tan rápidas como el mismo aire.
Soñé, y como siempre ocurre cuando uno sueña, desperté...Y sucedió lo extraño.

Al acercarme a ver a mis periquitos y a Don Pancho, en su jaula, vi lo que primero pensé eran demasiadas moscas: había dejado las puertas correderas de la terraza de la cocina algo abiertas. Cuando fui a cerrarlas, me di cuenta del zumbido.

En realidad eran, al menos, 20 abejas, que luchaban desesperadamente por salir y no encontraban la forma.
Los vecinos debieron haber estado sulfatando y echando todo tipo de insecticidas y las pobres, medio moribundas, llegaron hasta aquí, buscando refugio. Decidí ayudarlas a escapar y armada con un vaso plástico y un par de papeles de cocina fui atrapándolas y devolviéndolas al exterior.

SALVANDO ABEJAS

Maté a una sin darme cuenta, lo que me entristeció mucho. No la vi caída en el suelo y creo que la pisé. Pero las demás salieron fuera, ilesas, y se alejaron volando. Para otras creo que ya era tarde y continuaron por el suelo de la terraza intentando recuperar la respiración perdida.

Fue impresionante observar cómo las menos afectadas se abalanzaban sobre las que yacían muertas intentando levantarlas y hacerlas reaccionar.

Nunca me ha gustado la miel, pero siempre me han caído muy bien las abejas. Jamás me han picado, pese a verme envuelta por ellas hace unos minutos. Supongo que saben que no las temo y que no supongo un peligro para ellas.

SALVANDO ABEJASMe hubiese gustado poder salvarlas a todas. Por esto, lo de sulfatar no me va mucho y mis viñas todavía esperan.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas