Revista Diario

Seixas

Publicado el 30 abril 2012 por Anabel
SEIXAS¿Conocéis a Antonio Augusto de Seixas?, ¿no? Quiero traerlo a mi blog y otorgarle un lugar preferente por el papel que llevó a cabo en el año 1936, dando refugio y cobijo a  más de mil de extremeños (hombres, mujeres y niños) durante el inicio de la guerra civil española, cuando las fuerzas expedicionarias africanas acababan con la vida de miles de nuestros compatriotas. Entonces, Salazar, presidente de Portugal, afín al bando sublevado, ordenaba devolver a todos los refugiados que cruzaban la frontera y que inmediatamente después eran fusilados. Así se nos ha dicho siempre, aunque algunos parezcan empecinados en negarlo.Pues bien, el 20 de septiembre de 1936, más de seiscientas personas cruzaron la ribera que separa España de Portugal a la altura de Oliva de la Frontera, huyendo de las tropas sublevadas. Antonio Augusto de Seixas podía haberse cruzado de brazos y optar por la solución más fácil: devolver a esas personas a España para que los sublevados hicieran lo que quisieran con ellos. Sin embargo, este teniente de la Guardia Fiscal Seixas y Oliveira Soares, optaron por permitir el paso de unas 618 personas a las que buscaron acomodo cerca del pueblo de Barranco , en una finca donde crearon el Campo de Refugiados de Coithadinhas. Allí la gente del pueblo les ayudaba con algo de comida, e incluso el médico local pasaba a hacer algunas visitas a los más enfermos. Pero los refugiados continuaban llegando y los sublevados acechando y disparando desde la otra orilla de la ribera y Seixas optó por crear un campo de refugiados clandestino que llegó a albergar a más de cuatrocientas personas, sin apoyo de la autoridad , sin comunicarlo a nadie. Fue el campo de refugiados de Russianas. Allí, solo llegó la ayuda del teniente y de los habitantes del pueblo. Posiblemente si el resto de autoridades, hubieran llegado a saber de su existencia, esas personas habrían sido devueltas a España. Para cuando los gobiernos de ambos países llegaron a un acuerdo de repatriación, Seixas se las había apañado para llevar a los refugiados de Ruisianas a Coitadinhas y así cuando se procedió a realizar el recuento de refugiados, había más de mil.  Fue el propio Seixas quien se encargó de escoltarlos hasta Lisboa, y también fue él quien sufrió la ira de Salazar que lo acusó de traición, lo encarceló durante sesenta días en una cárcel de Elvas y lo suspendió de sus funciones, aunque finalmente fue repuesto en sus funciones. Cuando abandonó definitivamente el cuerpo, se dedicó a trabajar como industrial, hasta su muerte en 1958.Desconozco cual sería la ideología de Seixas,  pero cuando tuve la ocasión de ver un documental de Canal Extremadura, algunos de los protagonistas de la historia decían que el Teniente manifestaba algo como: No soy de izquierdas, ni de derechas, pero no me gusta nada lo que vienen haciendo esos de Franco.  El documental se titula  "Los refugiados de barranco" (productora Mórrimer), podéis verlo si pincháis el enlace. Es muy interesante, os lo aseguro.Pues bien, a pesar de haber salvado a más de mil extremeños, en su mayoría campesinos, mujeres y niños, ni una calle de Badajoz recuerda a su figura, pero sí tenemos un parque de la Legión, de macabro recuerdo por la "Matanza de Badajoz" y  hasta un  barrio llamado "Polígono de  la Paz", lo que no estaría  mal si no fuera porque la Paz a la que se refiere es la franquista, aunque debo reconocer que poco a poco ha ido perdiendo su significado, en la memoria colectiva. Por no hablar de la tan cacareada desaparición de la calle Margarita Nelken a manos del consistorio popular  hace un par de años. En fin, al menos desaparecieron los nombres de generales y políticos de nefasto recuerdo. Tanto Seixas, como Oliveira Soares, o el pueblo de Barranco son merecedores de nuestro agradecimiento. el único consuelo que me queda es que el año pasado, en Oliva de la Frontera (pueblo de origen de mi madre ) se inauguró un monumento a la memoria de Seixas y al pueblo de Barranco. Me parece que es el momento de tomar ejemplo. Alguno pensará que eso es remover la mierda del pasado, pero seguro que se emocionó muchísimo  viendo "La Lista de Schindler", porque los nazis eran muy malos y están muy lejos. Nos son tan ajenos que no duelen. Pero claro, seguro que los campesinos extremeños que huían se lo tenían más que merecido y duele mucho ver las barbaridades que se cometieron durante la guerra civil. Yo tampoco entiendo de derechas ni de izquierdas, como Seixas, pero me parece que la gente valiente y solidaria merece un reconocimiento. Si queréis más información hay un libro titulado La columna de la muerte de pacense Francisco Espinosa Maestre que trata este tema.

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