Revista Talentos
¡¿Hola?! Por decir algo... No sé muy bien por dónde coger esta entrada porque llevo tanto tiempo sin actualizar que no sé por dónde empezar. Lo primero de todo, perdón por dejar el blog colgado. Es cierto que he seguido subiendo fotos en las otras redes sociales, Instagram, Facebook o Twitter pero no he escrito ni os he actualizado con las novedades desde que llegué como debería haber hecho. ¡Aunque en ello estoy!
Estos tres meses, casi cuatro dentro de nada, se me han pasado volando. Literalmente. Volando. Ayer estuve pensando un poco en todo lo que he visto, hecho, conocido, comprado (sí, veremos cómo vuelvo) o viajado estando aquí y me da la impresión de que llegué ayer, como quien dice. En fin. ¡Ya estamos casi en Navidad! Por si en Estados Unidos no te acuerdas de que después de Halloween llegan las navidades, tranquilos, todos los comercios te lo recuerdan cambiando las calabazas por pinos y renos everywhere.
Como resumen general, os cuento que con la familia estoy muy contenta, los niños son geniales y se portan muy bien. Bueno, no voy a mentir, a veces tienen sus más y sus menos, pero son niños... Creedme que lo agradezco todos los días. No tengo queja sobre horarios, coche o móvil, así que por ese lado también agradecida. Pasé una buena noche de Halloween y espero pasar una buena cena de Thanksgiving mañana también, que seguro que sí. De repente me doy cuenta de que se han pasado cuatro meses de golpe y Carlos, mi novio, está al caer.
Por otro lado, quería presentaros a Archie. Es el perro de la familia. Un goldendoodle muy cariñoso que te persigue por toda la casa para hacerte compañía. Nunca había tenido un perro en casa y la verdad es que se les coge mucho cariño, sobre todo a éste, que es muy bueno. ¿Tenéis animales en vuestras familias de acogida?
Cuando llegué, todo me parecía súper emocionante, todo era nuevo para mi, muy distinto a España y, efectivamente, como lo vemos en las películas americanas. Hasta el más mínimo detalle que te pueda parecer imposible, existe y es lo más normal del mundo. He visitado Nueva York dos veces, he ido a barbacoas vecinales, he hecho un pastel de bienvenida al vecindario para los nuevos vecinos, me he quedado en la calle sin llaves y lloviendo, he visto lo bonito que es aquí el otoño, los famosos autobuses escolares amarillos, he estado en una log cabin de madera en medio del monte con osos alrededor, he comido marshmallows de la hoguera, he desayunado en una comunidad Amish, visitado un campo de calabazas o he visto el desfile de bienvenida al otoño de Maryland, entre muchas cosas que iré contando.
Y, por supuesto, tengo un montón de descubrimientos con respecto a tiendas baratas donde comprar con sueldo auperil, curiosidades, viajes y visitas, anécdotas, etcétera. También os contaré cómo ha sido conocer a otras au pairs de mi zona, cómo notas que te vas integrando, cómo te acostumbras a su forma de comer y a sus horarios, al metro, a los niños, a coger el coche para todo, a la complicada televisión de los mil canales o a pagar en dólares, pesar en libras o medir en millas. ¡Pero será otro día!
¡Muchísimas gracias por leerme incluso después de mi abandono! :)