Soledad

Me encanta cuando intento acercarme una dama y esta se comporta con la frialdad de una sala de operaciones, dejándome sumido en desconcierto más absoluto.Recientemente después de un año entero esperando di el paso de declararme a una dama, me hubiera salido más a cuenta no haberlo hecho, pues paso de hablarme desaforadamente a regalarme una frialdad propia de un cirujano.Nunca entenderé esas a esas damas que son como ráfagas de viento capaces de odiar y amar con la misma intensidad.Princesas extrañas que se toman el amor como ir a fichar a la oficina y miran tus reacciones como un examinador de tráfico implacable.No logro comprender como se puede cambiar en horas de parecer, dando una impresión más propia del viento o una nube.Quizás juegue en mí contra gran intensidad sentimental y mi apasionamiento.Siempre he sido igual y no creo que ahora que mi cabeza está cubriéndose de canas vaya a cambiar, echando la vista atrás mi vida sentimental no es más que una sucesión de errores.Solo los tontos se enamoran de la persona equivocada, es lo único que tengo gran experiencia.No soy el tipo de chico que cuenta conquistas a puñados por una razón, nunca me tomaron en serio en ese terreno, atrás quedaron la búsqueda del primer beso y el primer amor.Un día me levante habían pasado años y mi corazón se había marchitado, tantos intentos, incluso delegando en terceros la búsqueda de amor para llegar al final del camino.No todos tienen derecho a amar y menos la fortuna de poder hacerlo, por eso soy un príncipe oxidado y desteñido.Al que solo le dejan escribir, pues es inofensivo entre palabras.Soy fiel a mi amiga soledad.